Desde su estreno en Estados Unidos, el pasado mes de septiembre, el drama musical 'Querido Evan Hansen', adaptación de la obra homónima de Steven Levenson, Benj Pasek, y Justin Paul, ha sido duramente vilipendiado por la crítica estadounidense, recibiendo una serie de comentarios feroces sobre varios de sus aspectos técnicos y artísticos y comparándola desfavorablemente con la producción original, que obtuvo seis galardones (entre ellos el de mejor actor y mejor musical) en la 71ª edición de los Premios Tony.
Consideraba la obra que impulsó definitivamente la carrera de Ben Platt, la película llega, por fin, a salas comerciales españolas, lo que hace que surja la pregunta: ¿de verdad es tan mala la adaptación cinematográfica? La respuesta rápida es no, pero, como todo en la vida, tampoco es que sea la gran producción musical que se supone que debiera ser, dada la buena recepción del material original, aclamado desde que se convirtió en una de las producciones más estables de la escena de Broadway.
Cierto es que se está ante el largometraje menos redondo de Stephen Chbosby, otrora realizador de títulos muy reconocidos como 'Las ventajas de ser un marginado' o 'Wonder'. Lo es porque su principal problema es que el tono dramático, que busca estar en la línea del cine social norteamericano, provoca que cualquier situación musical parezca impostada, especialmente porque se ha eliminado cualquier atisbo de espectacularidad. Tampoco ayuda que tanto la realización de Chbosky como el guion de Levenson -que cabe recordar, adapta su propia obra- se tomen demasiado en serio a sí mismos. Cierto es que su temática requería delicadeza, pero esto se ha confundido con excesiva sobriedad.
Tampoco ayuda a que su supuesto mensaje de dar visibilidad a los problemas de la salud mental y de prevenir el suicidio, realmente, sea una muestra de egocentrismo y oportunismo de unos protagonistas cuyas intenciones no quedan del todo bien retratadas. Tanto el personaje principal, que da título a la cinta, como todos los que le rodean, están excesivamente ensimismados en sus propios problemas y sus acciones no ayudan a que se les comprenda mejor, pues no solo se habla de mentiras piadosas, sino de manipulaciones a gran escala.
En ese sentido, 'Querido Evan Hansen' podría haber sido una especie de respuesta norteamericana a la intimista 'Josefina', la estupenda ópera prima de Javier Marco, un drama que también tenía de premisa la utilización de una mentira para poder lograr un vínculo afectivo con alguien.
Una correcta producción feel-good
Pero, a pesar de lo dicho, esta adaptación cinematográfica no es una producción fallida. Su principal problema es que su material original la obligaba a ser una gran versión y una de la protagonistas de la temporada de premios. El resultado, es una correcta cinta feel-good, pues su tono ligero invita a que las acciones de su personajes se vean desde una perspectiva más condescendiente, eso gracias al carisma de sus actores, que buscan transmitir los problemas de comunicación que existen entre ellos y consigos mismos.
Ben Platt demuestra que conoce a su personaje al dedillo. Es más, todo ese conocimiento se percibe en su manera de tratar a Evan Hansen, con ligeros movimientos y tics, que ayudan a sentir que hay un background tras ese joven con graves problemas de ansiedad. Por otro lado, están primeras espadas del cine estadounidense, Julianne Moore y Amy Adams brillan en sus papeles de madres desconcertadas. Sorprende Danny Pino, cuya carrera ha estado enfocada en la televisión, pero que ya demanda papeles más solemnes en la gran pantalla.
'Querido Evan Hansen' no es ese gran musical que todo el mundo esperaba, cierto, pero eso no quita que es una correcta cinta feel-good, de esas que tanto abundan en otras industrias y que continúan demostrando que necesitan su lugar en la gran pantalla como manera de reivindicar la presencia de producciones de 'clase media' en salas comerciales, al no ser ni un gran blockbuster ni un filme de arte y ensayo. Precisamente, en esa línea, este drama musical cumple con un objetivo poco valorado por ciertos sectores.
Nota: 6
Lo mejor: Su elenco defiende sus papeles, todos hacen un ejercicio que bien merece un aplauso.
Lo peor: Realmente, esas expectativas que generó no eran exageradas, sino muy legítimas. Por otro lado, demuestra que no todas las producciones teatrales son capaces de tener una correcta adaptación al cine, al ser lenguajes muy distintos.