La Segunda Guerra del Golfo es un episodio aún muy incómodo para la historia actual de los Estados Unidos. La reclusión de 780 varones como prisioneros en el centro de detención de Guantánamo atentando contra los derechos humanos básicos, como respuesta a los Atentados del 11 de septiembre de 2001, es un tema que aún despierta controversia, dado que la prisión aún tiene a 40 reclusos detenidos indefinidamente sin haber pasado por sede judicial alguna que haya juzgado los supuestos crímenes por los que se les acusa.
Entre los encarcelados estuvo Murat Kurnaz, ciudadano turco residente en Alemania desde su nacimiento, en 1982 en Bremen. Aunque la cinta hubiera podido narrar las torturas que vivió en la base estadounidense entre 2001 y 2006, la historia opta por poner el foco en su madre. De ahí, que se titule 'Rabiye Kurnaz contra George W. Bush', una producción que narra el valor de una madre coraje, que luchó para que su vástago tuviese un juicio justo, tras haber sido acusado de terrorismo por viajar a Karachi, Pakistán, aunque no hubiese pruebas de ello.
Basada en hechos reales, la cinta dirigida por Andreas Dresen y escrita por Laila Stieler busca ser varias cosas. Por un lado, es un drama judicial, con el que se remarca la odisea a la que se enfrenta la protagonista, una mujer que hará todo lo posible por liberar a su hijo, aunque eso conlleve enfrentarse a un arduo proceso burocrático en el que la geopolítica solo dificulta el caso. Por otro, es un drama social que pone el foco en el carácter de Rabiye, una mujer tenaz, con un carisma único, cuyo humor se convierte en su mejor escudo para resistir durante tantos en la búsqueda de justicia. Además, es también una comedia, dado el carácter espontáneo de Rabiye, interpretada estupendamente por Meltem Kaptan, merecidísimo Oso de Plata a la mejor actriz en la Berlinale de 2022.
Una protagonista cuyo carisma eleva a la película
Ahora bien, esas tres vertientes no se mezclan del todo bien. El problema radica en que el proceso judicial busca ser lo más cercano posible a los hechos reales, lo que termina lastrando una historia a la que hubiera convenido un mayor dinamismo, especialmente, porque sus momentos de humor invitaban a ello. El giro a la comedia sorprende pero es uno de los aspectos mejor ejecutados, gracias a que transmiten naturalidad y cierto toque costumbrista. A partir de ellos, se puede ver el lado humano tanto de Rabiye como del abogado que termina defendiendo a su hijo, Bernhard Docke, encarnado por Alexander Scheer, quien muestra su lado más camaleónico.
Aunque Meltem Kaptan es el alma de la cinta, la sensación final es que Rabiye Kurnaz hubiera merecido otro tipo de estilo, dado que la trama termina perdiéndose en situaciones repetitivas y que terminan aportando poco. Eso sí, tiene la virtud de crear la sensación de estar viendo una película producida en los años 2000, gracias a la fotografía de Andreas Höfer, que evoca a largometrajes alemanes de esa época como 'Los edukadores' o 'Pingpong'.
'Rabiye Kurnaz contra George W. Bush' es una producción que busca rendir homenaje al carácter valiente y amable de su protagonista, cuya fuerza interior es fascinante. Sin embargo, no logra que el público conecte con la lucha que lleva a cabo, sintiéndose como algo ajeno, dado que se pierde en situaciones judiciales llenas de tecnicismos, provocando que el hijo detenido en Guantánamo sea casi un Macguffin. Una producción que logra salvarse gracias a ese torbellino interpretativo que es Kaptan.
Nota: 6
Lo mejor: El carisma y la fuerza interior que transmite Meltem Kaptan.
Lo peor: Su mezcla de géneros provoca que, al final, el caso judicial, que es la trama central, deje de interesar.