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CRÍTICA

'El radioaficionado': El deseo de querer y no poder

Crítica de 'El radioaficionado', ópera prima de Iker Elorrieta. Protagonizada por Falco Cabo, Usue Álvarez y Jaime Adalid. Presentada en la sección Zinemira de la 69ª edición del Festival de San Sebastián.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 2 de Septiembre 2022 | 08:50
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'El radioaficionado': El deseo de querer y no poder

El austismo o el síndrome de Asperger son trastornos que cuyo retrato en la ficción ha ido evolucionando, desde títulos emblemáticos como 'Rain Man' o 'Mary y Max' a representaciones más actuales que han buscado ofrecer un rostro distinto, desde una perspectiva más social, como la francesa 'Especiales' o la israelí 'Siempre contigo', o que busca derrumbar prejuicios, como las series 'The Good Doctor', 'Está bien no estar bien' o la reciente 'Woo, abogada extraordinaria'. Desde una perspectiva más pequeña, llega ahora 'El radioaficionado', ópera prima de Iker Elorrieta, que se estrena en salas comerciales tras su paso por la sección Zinemira del 69 Festival de San Sebastián.

El radioaficionado

Elorrieta narra el deseo del protagonista de cumplir con sus propios deseos. La cinta se ambienta en un territorio aparentemente seguro, puesto que Nicolás, el protagonista, crea antenas de radio, tiene un trabajo y vive con su tía, mientras vive el duelo por la muerte de su madre, fallecida recientemente. De ahí, que aproveche unas vacaciones para volver al pueblo de su padre, muerto también hace varios años, para cumplir dos deseos: descubrir más sobre las señales de radio con las que se comunican los marineros, profesión de su padre, y lanzar las cenizas de su madre al mar.

La trama parecería convencional, si no fuese porque es un mayor de edad que está tutelado y que debe estar medianamente vigilado. Es ahí donde comienza la historia. Aparentemente, Elorrieta busca reivindicar la independencia de un hombre que tiene autismo, así como mostrar la importancia de un entorno apacible para desarrollar esa autonomía. Sin embargo, el cineasta no deja de poner una serie de obstáculos que, lejos de resaltar la capacidad de vivir a solas, provocando el efecto adverso.

El radioaficionado

Retrato concreto de una persona con trastorno del espectro autista

De ahí, que no quede claro del todo las intenciones de 'El radioaficionado'. Sí, queda patente que, a pesar de crear entornos seguros, parte de la sociedad es hostil hacia el diferente. Sin embargo, Elorrieta deja en evidencia los deseos de autonomía de su protagonista, llevando al límite al personaje, acompañado por una antigua amiga, Ane, que no resulta ser una buena influencia y deja la pregunta de hasta qué punto la dependencia es más de la persona a la que se cuida o del cuidador.

Esto provoca que 'El radioaficionado' tenga un buen planteamiento, pero no vaya más allá. De hecho, provoca el paradójico efecto adverso, pues deja en evidencia que cada persona con trastorno del espectro autista es un mundo y que, en ciertas ocasiones, debe haber una protección del individuo, al cual se lo tiene que velar para seguir dentro de un entorno seguro en el que pueda adquirir, poco a poco, esa independencia. Como ópera prima, funciona a medias debido a esto. No obstante, gracias a la interpretación de su protagonista, un certero Falco Cabo, el filme deja una resolución que invita a la reflexión y a cierta esperanza.

Nota: 6

Lo mejor: La interpretación de Falco Cabo.

Lo peor: Termina quedándose en tierra de nadie y con un mensaje contrapuesto a su planteamiento inicial.

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