Coches, velocidad y adrenalina. Con estos pocos ingredientes, el automovilismo se ha creado un hueco dentro del género de acción y aventuras, regalándonos sagas incombustibles como 'Fast & Furious', debuts prometedores como 'El diablo sobre ruedas', reimaginaciones en clave familiar como 'Cars' o rivalidades legendarias en el mundo de las carreras como 'Rush' o 'Le Mans '66'. Todas ellas rinden homenaje a coches, camiones y, en definitiva, vehículos sobre ruedas que te hacen tomar la curva de manera vertiginosa y acelerar al mismo tiempo el velocímetro y tus pulsaciones.
'Rally Road Racers' es la última intentona de seguir explorando un género ya explorado, pero esta vez en clave animada y muy familiar. A los mandos se encuentra, Ross Venokur, que ya dirigió otro fracaso como 'El príncipe encantador' para Vanguard Animation, que parece no tener los medios para competir en las grandes ligas de la animación. Sin embargo, si la propuesta mantenía algún interés sobre su estreno era sin duda por la presencia como productor de John H. Williams (uno de los artífices de 'Shrek'). No ha sido suficiente.
La cinta de Venokur, aunque a priori pudiese parecer influenciada por el carácter familiar y positivo de 'Cars', hunde sus raíces en películas como 'Los autos locos' o 'Los locos del Cannonball', obras que aunaban en la emoción de la carrera donde no existen reglas la comedia casi slapstick y la acción adrenalínica a 200 kilómetros por horas.
Animación inane con despojos posmodernos
Eta es otra historia sobre perderse y encontrarse, con un Zhi (loris perezoso) que sueña con ser el campeón de las carreras y alzarse con la copa. Sus sueños se ven impulsados de alguna manera cuando la empresa del mejor corredor del mundo Archie Vainglorious (un sapo) decide socavar el pueblo de ascendencia asiática de Zhi, incluida la casa de su abuela, con la que convive. A partir de ahí, contará con la ayuda del expiloto Gnash (una cabra), que guarda un vínculo con su pasado, para participar en la carrera de la Ruta de la Seda y salvar a su pueblo.
'Rally Road Racers' es indudablemente familiar, para bien y para mal. Cuenta con una ristra de personajes simpáticos y llanos, sin un ápice de complejidad o dificultad para los niños espectador, y con una moraleja fácilmente asimilable. Pero también es insufriblemente previsible, con una animación tirando a ramplona y poco imaginativa (incluso desde los diseños), y unas reflexiones que de tan obvias resultan irritantes.
Desde esa abuela que hace taichi y aconseja como si fuese el maestro Yoda hasta un villano (lo mejor de la película) que saca los colores de esos pijos de familia adinerada que se cree con derecho a adquirir cualquier terreno para luego recalificarlo, la cinta de Venokur discurre por caminos que nos sabemos de memoria sin salirse ni un poquito de la carretera. Eso sí, Zhi se marca bailes del Fortnite para celebrar sus victorias mientras el espectador consulta hastiado el calendario para comprobar si efectivamente estamos en 2023.
Lo mejor: Alguna crítica sosegada contra el pijerío adinerado.
Lo peor: Metáforas enclenques, personajes olvidables y previsibilidad máxima.
