Llevábamos sin una película original de Walt Disney Animation Studios desde 2016, cuando estrenaron esa maravilla llamada 'Vaiana'. En el estudio se quedaron con ganas de más viajes y pusieron la vista en el Sudeste asiático, una zona totalmente inexplorada para la casa del ratón. En la D23 Expo de 2019 presentaban al mundo 'Raya y el último dragón' y mostraban a los asistentes a la convención (entre los que me encontraba) un poco de metraje en el que conocíamos a una joven de aspecto reflexivo que tenía una misión: encontrar al último dragón vivo del reino ficticio de Kumandra. Mucho cambió desde ese verano de 2019 hasta 2021, tanto dentro como fuera de la película. Para empezar, ya no tenía a los mismos directores que se anunciaron en su momento.
En Disney eso es algo más habitual de lo que parece. El estudio (igual que Pixar) trabaja con un sistema de ensayo-error en el que van mostrando cada cierto tiempo la película al resto de empleados, que posteriormente les ofrecerán su opinión más sincera. Pero, además, luego se enfrentan al consejo de sabios formado por los directores más veteranos del estudio. Si no habéis visto la serie documental sobre el making of de 'Frozen 2' en Disney+, os lo recomiendo. Se aprende mucho de los cruciales últimos meses de producción de una cinta de animación. El caso es que 'Raya y el último dragón' no debía de estar funcionando del todo y acabó un año antes de su estreno inicial (finales de 2020) en manos de Don Hall, codirector de 'Vaiana', y Carlos López Estrada. Adele Lim y Qui Nguyen firman el guion definitivo, aunque en los créditos aparecen unos cuantos nombres más. La película llevaba unos cinco años en desarrollo. Y aunque todo esto suene muy turbulento, el resultado final es redondo. Sea lo que sea lo que fallaba, lo arreglaron. Sin miramientos, 'Raya y el último dragón' es una aventura épica, muy divertida y con corazón.
Una de las cosas que no cambió fue el reino de Kumandra. La película parte de un prólogo animado como un teatro de sombras (y no será el único momento en el que probarán con otros estilos de animación) en el que se nos explica que Kumandra era un reino en el que los humanos vivían en armonía protegidos por los dragones del agua, que llenaban de vida la zona, hasta que un día aparecieron los Druun, unas criaturas que convierten en piedra a todo el que tocan. Los dragones, salvo uno, se sacrificaron para expulsar a los Druun, y ese último dragón desapareció, dejando atrás una piedra que es el último vestigio de la magia de los dragones. Los hombres, por supuesto, se pelearon por ella y acabaron dividiendo Kumandra en cinco reinos enfrentados. El padre de Raya, líder del reino del Corazón (cada uno se llama como una parte del dragón), no pierde la esperanza de reunirlos de nuevo, pero él y Raya son traicionados y los Druun regresan, esta vez sin dragones para protegerlos. Por eso Raya se lanza en busca de Sisu, el último dragón, con la esperanza de que no esté todo perdido.
'Raya y el último dragón' no tiene ninguna canción ni romance, pero no por ello deja de parecer una película de Disney en ningún momento. La película es una aventura de acción que, a pesar de que por momentos puede volverse un poco demasiado típica, está impregnada del ADN de la casa en su sentido del humor y el carisma de sus personajes, tanto los principales como los secundarios (algunos de ellos van a vender bastantes peluches). Empezando por Raya. La nueva princesa Disney ya no resulta tan seria como parecía en la versión que se vio en la D23 Expo, pero sí que se explica por qué decide embarcarse en esta misión y por qué se lo toma tan a pecho. Es una mujer resolutiva que desde pequeña deja claro que ha nacido para enfrentarse a los peligros de cara. Aunque a veces pueda resultar un poco tosca, Kelly Marie Tran le da mucho encanto, humor y ternura sin perder fuerza. Tiene muchas papeletas para convertirse en un nuevo triunfo para las princesas Disney entre las niñas y los niños. Pero no es la única que es un derroche absoluto de carisma. El gran acierto de la película se encuentra en Sisu, el último dragón, y en haber elegido a Awkwafina como su voz. Su trabajo convierte a la dragona en una absoluta robaescenas, y en uno de esos compinches de lujo que Disney sabe hacer tan bien como el mismísimo Genio de 'Aladdin'. Además, la amistad que surge entre ella y Raya es el corazón de la película, y lo que distingue una aventura aparentemente más tradicional como 'Raya y el último dragón' de películas de otros estudios.
El principal aporte que hicieron los que tomaron posesión del proyecto fue incluir la confianza como centro de toda la historia, y una que hoy en día necesitamos más que nunca. Esa lección se va desarrollando a través del camino de la heroína que vive la protagonista, que empieza dudando de la palabra de todo el mundo (y la entendemos) y debe, poco a poco, dejar caer su coraza. Sisu, por otro lado, es el paradigma de la buena fe, y tiene que aprender que también existe gente que no tiene intenciones loables. La influencia que tienen la una en la otra crea un vínculo muy especial, que se vuelve mucho más especial cuando se contrapone con la antagonista de la historia: Namaari (Gemma Chan). La hija de la líder del reino Colmillo es una agradabilísima sorpresa porque en ella encontramos a una rival compleja, con capas, que enriquece mucho la historia de Raya y Sisu. Y que, como Raya, es capaz de dar una buena somanta de palos. Gracias que está ella, porque los Druun son lo más flojo del guion con diferencia (porque en animación son muy resultones). En el Disney actual siguen sin ser capaces de darnos un villano o una némesis a la altura de sus históricos malos malísimos.
Ya en los tráilers sorprendían algunas de esas escenas de peleas porque, seamos sinceros, las princesas Disney siguen sin tenernos acostumbrados a verlas dando caña (por muy bien que se le diera a Rapunzel el uso de la sartén como arma peligrosa o que Mulan salvara a toda China con una mezcla de lucha y suerte). 'Raya y el último dragón' por fin nos da una protagonista entrenada para plantar cara a sus rivales, y capaz también de recibir algún golpes, en escenas muy visuales. Ojalá hubiera más, la verdad. No hay una gota de sangre, sigue siendo una película familiar, pero se agradece que hayan ido un poco más allá para crear una guerrera que sabe luchar y mostrárnoslo. No esperéis un 'John Wick', pero sí es algo a lo que Disney Animation no nos tiene acostumbrados.
Visita Kumandra
No solo las escenas de acción son un prodigio visual. 'Raya y el último dragón' es un nuevo salto de calidad dentro del estudio. El uso de la luz y el agua son alucinantes, por ejemplo. Kumandra alberga algunos de los escenarios más bellos que haya hecho Disney en los últimos años. Desde los parajes naturales a los núcleos de población, las localizaciones son apabullantes, y están llenas de detalles y guiños a la cultura del Sudeste asiático. Será el público de la zona quien tendrá que juzgar si esos homenajes les faltan o no al respeto, pero para alguien que desconoce la zona y sus tradiciones, la película ha conseguido que me pique la curiosidad y que quiera saber mucho más de esa parte del mundo, de sus creencias, rituales y gastronomía. Los personajes, de Raya a Namaari o Sisu, tienen un diseño que funciona, y unos vestuarios que parecen reales con el nivel que alcanzan ya las texturas digitales. La fotografía, sobre todo en las escenas de lucha, y la banda sonora de James Newton Howard son una preciosidad. Ojalá no sea la única vez que visitemos Kumandra. Se nota mucho que, pese a los cambios, sabían que el reino de los dragones era un grandísimo trabajo.
'Raya y el último dragón' coquetea con 'Indiana Jones' (ojalá lo hiciera más) y con las películas asiáticas de acción, quizás de primeras parezca poco "para toda la familia". Pero sabe compensarlo con una "búsqueda del tesoro" ágil y divertida, con una leyenda épica, con un equipo de secundarios que aparecen poco pero que dejan huella, con toques de comedia que funcionan y con una pareja de protagonistas, Raya y Sisu, con carácter arrollador. Y con una contrincante a la altura como es Namaari. Pero, sobre todo, con un nuevo reino ficticio lleno de magia, tan bonito y tan vasto en detalles que es la viva demostración de que el estudio de animación sigue en plena forma. Si podéis, id a visitar Kumandra en pantalla grande porque es como merece ser vista.
'Raya y el último dragón' se estrena el 5 de marzo en cines y en Disney+ con pago extra por Acceso Premium.
Nota: 8
Lo mejor: Kumandra, uno de los mejores escenarios del Disney reciente. El carisma de Sisu. La mezcla de aventura clásica y humor funciona estupendamente. Namaari como antagonista compleja.
Lo peor: Los Druun no son unos antagonistas a la altura. Se queda corta en "efecto sorpresa", no es tan fresca como por ejemplo 'Zootrópolis'.