El biopic es un género al que nos hemos acostumbrado a mirar con buenos ojos debido a la mala costumbre de considerar como historias dignas de entrar a la carrera de premios cualquiera que nos cuente la vida (completa o parcial) de una figura notable de la historia. Por este motivo, resulta cada vez más difícil discernir entre la genuina calidad de un producto y el interés que nos suscita conocer los hechos biográficos del protagonista en cuestión, más allá de que estén mejor o peor contados.
En el caso de 'Rebelde entre el centeno' nos encontramos ante una propuesta cuyo personaje principal tiene un enorme potencial de fascinación y una obra literaria muy jugosa de la que desentrañar unos cuantos misterios. Sin embargo, la cinta transita, casi todo el tiempo, por los derroteros más convencionales, asumiendo el mínimo riesgo estilístico y manteniendo un pulso narrativo básicamente complaciente.
J.D. Salinger, figura central del filme, fue un escritor prodigioso. Aclamado aunque elusivo, se hizo famoso tras la publicación de 'El guardián entre el centeno', considerada por muchos una de las novelas más importantes del siglo XX. Tras el gran éxito de su publicación, decidió, poco a poco, dejar de conceder entrevistas y recluirse en una casa en el campo, huyendo de la esfera pública y creando a su alrededor una gran leyenda artística.
La interpretación de Nicholas Hoult
A diferencia de otras apuestas similares, Nicholas Hoult no ha tenido que realizar grandes esfuerzos para interpretar su papel. Su trabajo actoral es correcto, tiene carisma y logra ser accesible para el espectador. Sin embargo, no tiene que enfrentarse a un maquillaje complejo, alguna dificultad física o habilidades artísticas que deban mostrarse en pantalla, ni imitar una voz y una gestualidad muy específicos y reconocibles.
El mayor logro de Danny Strong, su director y guionista, es hacer una exposición ordenada de los sucesos más relevantes de la vida del personaje que expliquen, en rasgos generales, lo que, de forma imprescindible, el espectador debe entender. También deja espacio para las anécdotas pintorescas, ciertos momentos dramáticos y una buena dosis de contenido inspiracional que contentará a los amantes de la escritura creativa.
La presencia de Kevin Spacey (que, en esta ocasión, no ha sido eliminado del montaje final) nos recuerda el gran talento de este actor que, desgraciadamente, hemos perdido ya de cara al futuro a causa de sus malas conductas en su faceta personal. Su participación aquí, no obstante, no brilla más allá del alto nivel al que nos tiene acostumbrados.
En definitiva, la película cuenta una historia interesante, de manera amena y entretenida, pero también algo superficial, puesto que no logra profundizar en las entrañas psicológicas de una mente tan compleja. Probablemente, ningún espectador sienta quedarse a medias con lo que le han explicado pero sí puede que eche de menos percibir en ella algún destello de la genialidad de la obra del propio Salinger o algún intento más arriesgado de plasmar parte de los secretos de una voz literaria tan cautivadora.
Nota: 6
Lo mejor: Logra captar la atención y no deja cabos sueltos.
Lo peor: Resulta algo convencional y complaciente.