"La libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la raíz de la naturaleza humana y la madre de la verdad. Matar la libertad de expresión es insultar los derechos humanos, es reprimir la naturaleza humana y suprimir la verdad", dijo el intelectual chino Liu Xiabo, defensor de los derechos humanos y Premio Nobel de la Paz en 2010, fallecido en 2017. Esta misma frase, que aparece en la reseña de 'Un segundo', la película censurada de Zhang Yimou, se puede aplicar para 'El regreso de las golondrinas'.
Flamante ganadora de la Espiga de Oro en la 67ª edición de la Seminci de Valladolid, su victoria en el festival vino tras haber vivido una virulenta censura en su China natal. Producción independiente de apenas dos millones de yuanes (equivalente a 248.551 euros), el haber superado los 100 millones de yuanes de recaudación (12,48 millones de euros) provocó que el régimen comunista pusiera el foco en una cinta cuya fuerte crítica social al sistema había pasado desapercibida.
Retirada de salas de cine y, posteriormente, de plataformas en streaming tras haber intentado ser relanzada con un final manipulado con el que dejar bien a las instituciones chinas; su estreno tal cual se ha concebido se ha convertido en un acto de defensa a la libertad de expresión y a la democracia. De ahí que su llegada a salas comerciales españolas sea tan importante, así como la Espiga de Oro que obtuvo de la Seminci, que le terminó de dar ese impulso necesario para lograr popularidad, en la línea de lo sucedido con 'El huevo del dinosaurio', la cual ahondaba en los peligros de la extinción rural de Mongolia a través de la historia de una mujer pastora que termina embarazada accidentalmente.
Film de denuncia social que no ha logrado ser silenciado
En el caso de 'El regreso de las golondrinas', primer film en estrenarse dirigido por Li Ruijun comercialmente en España, el estilo neorrealista evoca a un fuerte espíritu de denuncia social que ha podido verse en otro cine igual de incómodo para el régimen, el de Jia Zhangke; con el toque rural que recuerda a los melodramas bucólicos de Zhang Yimou. Eso sí, su narración es mucho más áspera, pues Li muestra a unos protagonistas que son casados por conveniencia y que son expulsados por sus respectivas familias.
Dos marginados de la sociedad que sirven de metáfora para denunciar el claro estado de abandono del régimen comunista en las áreas rurales y de cómo su gente se ha quedado lejos de los niveles de desarrollo de un país que presume ser la segunda potencia económica mundial. Li muestra cómo, poco a poco, la pareja va creando un vínculo, a la par que muestra las vicisitudes de la vida rural.
A pesar de contar con estrellas de cine como Wu Renlin y Hai Qing, la cinta se nutre principalmente con actores no profesionales para la trama, con el agregado de una fotografía muy cuidada, obra de Wang Weihua. El cuidado por los momentos de intimidad, junto con secuencias que parecen propias del cine documental, convierten a 'El regreso de las golondrinas' en uno de los ejercicios cinematográficos más fascinante del cine social chino, cada vez más incómodo para un régimen autoritario.