Jennifer es una Lolita a ojos de Richard, Stan y Dimitri. Una veinteañera estadounidense con la que Richard mantiene una relación a espaldas de su mujer y una chica con cerebro de "mosquita muerta" en palabras de Stan. La concepción que tienen ellos de Jennifer (Matilda Lutz) supone el pistoletazo de salida de 'Revenge', una película gore que alza a la protagonista femenina como heroína y está escrita y dirigida con muchísimo acierto y talento por Coralie Fargeat, siendo ésta su opera prima.
Doblemente premiada en el festival de Sitges con el galardón a Mejor dirección y el Premio Ciudadano Kane a Mejor dirección novel, esta película de violación y venganza es de lo mejor que hemos podido ver en el género últimamente debido a la personalidad que irradia el metraje. En medio del desierto, en medio de la nada, tres amigos y socios se suelen reunir anualmente para ponerse al día con sus vidas e ir a cazar. Este año, Richard llega junto a Jennifer a la casa donde se alojan un día antes que sus compañeros de trabajo. Cuando éstos irrumpen antes de lo previsto y conocen a la inquilina inesperada, empieza la verdadera caza y persecución en la que se centra la trama. Jennifer tendrá que huir de sus agresores y captores y refugiarse en el desierto, para luego convertirse en una total badass que persigue su propia justicia.
Desde el principio, 'Revenge' destaca por una brillante (y vibrante) estética que domina toda la puesta en escena y la realización de la película. La hipnótica composición que se consigue con todo ello, con una fotografía también añadiendo valor, habla de toda esa fiereza que se impone posteriormente en el relato. Con sólo ver los primeros minutos de introducción de la película, Coralie Fargeat muestra que como realizadora tiene mucho que mostrar y lo hace echando mano de elementos que como recursos narrativos hablan por sí solos y desarrollando con cada plano un auténtico ejercicio de estilo.
'Revenge' cuenta con el poder de las imágenes, la adrenalina de la acción, la visceralidad de la sangre, lo inquietante de la música y los recursos sonoros y una protagonista que va creciendo imparable a lo largo de la película. Mientras se juega con esa imagen de Lolita, gafas y chupachups mediante, también se habla de una realidad paralela, de cómo ellos cargan de intenciones las acciones de ella que sólo van dirigidas hacia una persona, lo que provoca la agresión sexual que sufre y el intento de asesinato.
Su resurgir de la nada es lo que nos mantiene expectantes, con toda la acción y violencia explícita que se promete. Desterrada en lo que parece los confines de la Tierra, Jennifer no sólo tiene que sacar fuerzas para sobrevivir, sino que lo hace retando a los hombres que le han advertido de que no se atreva a enfrentarse a ellos y pensar que tiene las de ganar. Ese viaje, ese tres contra una, es apasionante, un recorrido muy cinematográfico donde 'Revenge' hace gala de todas las virtudes formales ya mencionadas. Este hecho, sin embargo, también le puede parecer a algunos espectadores el pero más importante de la película, el que la trama obvie ciertos detalles de esa caza por el desierto que la alejan un poco de la realidad fuera de la pantalla.
Aun así, la historia y los personajes son tan potentes que esto no tiene por qué condicionarte. Ver cómo Jennifer se remienda sus heridas y busca incansablemente a sus atacantes para salir victoriosa de la contienda nos mantiene atentos a lo que pasa con una tensión muy disfrutable, con las escenas de dolor que protagoniza haciéndonos sufrir y estremecer. Hay una escena, el clímax de la transformación de Jen en el hueso duro de roer del conflicto, en que vemos al personaje de Matilda Lutz como si fuera la heroína de un videojuego, con la cámara girando alrededor de su figura. Es sin duda uno de los mejores momentos del filme, junto a otra escena onírica que ahonda en la configuración autoral desde la que Fargeat ha ideado y realizado 'Revenge'.
Un rape & revenge que encantará a los amantes del género
La directora y guionista también sabe sacar punta al humor de lo gore en las escenas en las que ellos resultan heridos, aludiendo prácticamente al slapstick a pesar de que el dolor mostrado es más que real. Es una manera de representar también el lado más patético y penoso de los personajes masculinos a cargo de Kevin Janssens, Vincent Colombe y Guillaume Bouchède.
Sí, hay una lectura feminista de la película derivada del empoderamiento del personaje femenino y la "restitución" de su valía como persona. Además, la película sabe cómo brillar y destacar en el género por su carácter y dirigirnos hacia la reflexión jugando con el morbo que puede generar el personaje femenino. Y en el final, como no podría ser de otra forma, llega la apoteosis de la exageración sangrienta del gore, con una escena que es el broche final perfecto para este rape & revenge tan sublime de una directora a la que no deberíamos perder de vista. Nunca se sabe.
Nota: 9
Lo mejor: El poder hipnótico de la realización y ambientación de la película y Jennifer como la heroína que busca recuperar su propia historia.
Lo peor: Para algunos, los pequeños detalles que la hacen menos realista, aunque no llegan a restarle verdad ni impacto al relato.
