Aunque Studio Ghibli reabrió sus puertas para acoger el tercer largometraje de Gorô Miyazaki, 'Earwig y la bruja', la mayor parte de sus principales talentos han comenzado a desarrollar sus carreras fuera de la aclamada factoría, como es el caso de Masashi Ando, jefe de animación de largometrajes emblemáticos de la compañía como 'El viaje de Chihiro', además de supervisor de 'La princesa Mononoke' y guionista de 'El recuerdo de Marnie'; también lo es de Masayuki Miyaji, quien participó en la producción de 'Mis vecinos los Yamada', así como también del largometraje que le dio el Oscar al estudio. Ambos forman tándem para dirigir 'El rey ciervo (The Deer King)', adaptación de la saga de novelas de Nahoko Uehashi y que ya fue presentada en el 42 Festival de Cine de Animación de Annecy.
'El rey ciervo' es casi una rara avis en la animación japonesa actual, al narrar una gesta épica, situada en el antiguo Japón, que combina elementos sobrenaturales con una historia de supervivencia enfocada desde una perspectiva médica (la propia novela ha sido catalogada como 'fantasía médica' en su propio país de origen), al introducir una temible pandemia que ha desatado el caso y la desolación en la región. Una temática que, por supuesto, retrotrae a los últimos años vividos por la Humanidad, azotada por el COVID.19.
Una ingrata coincidencia, por otro lado, pues será inevitable que el filme se enlace con la situación actual; a pesar de ser un proyecto anunciado en 2018, el cual adapta las dos novelas que conforman la serie literaria escrita por Uehashi en 2014. No obstante, es interesante cómo refleja el guion escrito por Taku Kishimoto la irrupción de una misteriosa enfermedad que se transmite de manera muy rápida y cuyo origen, aunque se sospeche, sea indeterminado, lo que provoca una serie de reacciones que, efectivamente, evocan a ciertas situaciones vividas hace ya dos años.
Un largometraje con una animación exquisita, digna de animadores provenientes de Ghibli
Pero 'El rey ciervo' es no solo una película sobre terrible pandemia, similar a la peste, en el antiguo Japón; es mucho más, al ser una reflexión sobre la importancia de la medicina y la necesidad de investigación para salvar vidas (no falta, por supuesto, la contraparte negativa, con la irrupción de movimientos que ponen en tela de juicio lo sucedido). Ando y Miyaji lo realizan desde una perspectiva épica, que tiene sus mayores virtudes en las escenas más íntimas, en las que se forja el vínculo del protagonista, Van, con la pequeña huérfana, Yuna, una relación de padre e hija entrañable que muestra que ambos fueron alumnos destacados de la factoría de 'Mi vecino Totoro' o 'Susurros del corazón'.
Esos momentos de vínculo paterno-filial refuerzan un relato que gana enteros cuando se enfoca en lo médico, en lo humanístico; sin olvidar que sabe crear un trasfondo en el que existen juegos de poder, conquistas, intrigas, traiciones políticas, en las que el ser humano muestra su rostro más impasible y despiadado. Quizás, dada la temática, las inevitables comparaciones con 'La princesa Mononoke' la perjudiquen, pero Ando y Miyaji saben encontrar su propia voz, logrando que 'El rey ciervo' sea una notable apuesta de animación, en la que Ando da un nuevo paso en su ascendente carrera, demostrando tener una visión propia como cineasta.
Con una animación exquisita, que muestra que el tándem de realizadores es un digno heredero de la factoría de 'El castillo ambulante' o 'El cuento de la princesa Kaguya'; 'El rey ciervo' es una esmerado largometraje, una aventura épica cuya máxima fuerza reside en los detalles, en las escenas íntimas y entrañables que dejan un poso mayor que ayuda a entrar más en la historia. Un nuevo éxito de Production I.G., estudio que vuelve a postularse como una estupenda alternativa a Toei, pues este título se une al de otros muy aplaudidos como 'Una carta para Momo', 'La isla de Giovanni' o 'Miss Hokusai'.
Nota: 7
Lo mejor: Su exquisita animación, la relación entre Van y Yuna.
Lo peor: Es tanto texto el que adapta, que se nota que se han dejado mucho por el camino.