Los últimos años de la carrera de Clint Eastwood como cineasta han sido bastante irregulares. El director de 'Sin perdón', 'Million Dollar Baby' o 'Gran Torino' ha centrado sus recientes trabajos en ensalzar la figura y logros de destacadas personalidades americanas, algunos realizados con gran soltura, como el caso de 'Sully', y otros de forma bastante torpe y con una visión demasiado simplista de los hechos, como ocurrió con 'El francotirador' o '15:17 Tren a Paris'.
Con 'Richard Jewell', su última película tras las cámaras, vuelve a centrar sus esfuerzos en seguir esta misma línea que ha recorrido en la última década. Aquí, Eastwood nos narra la historia del atentado del Centennial Olympic Park de Atlanta durante los Juegos Olímpicos de 1996, donde Richard Jewell, un atento y cotidiano guardia de seguridad con gran devoción hacia su trabajo, descubrió una mochila con explosivos y logró evitar una tragedia mayor. Esta propuesta, como ya ocurrió en las anteriores películas del director, vuelve a poner el foco de atención sobre un héroe anónimo, una persona de a pie que realiza un gran acto por su país y por su gente, aunque, al contrario que en películas como 'El francotirador', el personaje, su entorno, sus intenciones y aspiraciones acaban por situarse muy por encima del acontecimiento o de la exaltación patriota. Hay aquí una narración mucho más medida y sustancial que se sirve de la cotidianidad de su personaje para construir la épica de la historia, una narración que, pese a sus 131 minutos de duración, logra mantener el interés en todo momento sin llegar a aburrir.
Gran parte de la importancia de la película recae también en el tratamiento mediático que se hizo sobre el caso, en el cómo la prensa difundió que Jewell estaba siendo investigado por el FBI como principal sospechoso del atentado y en el cómo la sociedad y los medios pasaron a tratarlo como culpable después de haberle considerado como un héroe. Aquí, Eastwood teje una excelente crítica hacia los medios de comunicación, hacia las instituciones gubernamentales y hacia la manipulación mediática, mostrando cómo la búsqueda desesperada de una exclusiva, el difundir información con falta de veracidad o el hacerse eco de un determinado discurso creado en torno a una noticia sin contrastar puede conllevar a casos como el de Jewell.
Además, respecto a estas cuestiones de las fake news, el falso culpable, el linchamiento mediático o la contribución o apoyo de la instituciones a las mismas, llama especialmente la atención que algo ocurrido en los 90 siga estando tan presente hoy en día en la era digital. Aunque, por otro lado, esta demonización de los medios y del FBI se puede llegar a ver desde otro punto de vista, algo que queda bastante claro dadas las características del personaje de Jewell, el aparente apoyo que Eastwood parece mostrar hacia el presidente Donald Trump y los ataques que este último realiza hacia la prensa.
De hecho, Jewell es un personaje que responde claramente a muchos de los estereotipos que se les atribuye a los simpatizantes de Trump: alguien aparentemente bonachón, con gran afición por las armas y con una gran fe en su país y en sus instituciones pese a que los medios, la sociedad y el FBI estén en su contra, lo que reincide en ese tono tan patriótico que suele desprender el cine de Eastwood. No obstante, pese a dejar plasmado su punto de vista, el director muestra una distancia mayor de la historia respecto a la visión que ofrecían películas como 'El francotirador' o '15:17 Tren a París', lo que hace que el relato sea capaz de hablar por sí solo y desprender muchos más matices que van más allá de la ideología de su realizador.
La polémica en torno a Kathy Scruggs
Otra cuestión polémica dentro de 'Richard Jewell' es el tratamiento que se le ha dado a Kathy Scruggs, el personaje interpretado por Olivia Wilde. La cinta de Eastwood insinúa que esta periodista del Atlantic Journal-Constitution sedujo al agente Tom Shaw del FBI para conseguir información sobre el caso del atentado del Centennial Olympic Park, lo que constituye un punto de vista un tanto machista dado que no hay constancia alguna de dicho hecho mostrado en pantalla. Sí que es cierto que al personaje de Scruggs se le da unos rasgos bastantes caricaturescos con los que parece que se quiere mostrar distancia con la persona real, sin embargo, cuando estás representando a alguien no ficticio lo ideal sería mostrarlo con la mayor veracidad posible y no recurriendo a una caricatura, lo cual constituye una considerable falta de respecto hacia la figura de la periodista.
No es el caso del resto de personajes, a los que se les ofrece un tratamiento cuidado al detalle y lleno de matices. De hecho, gran parte de la fuerza de la película reside en este aspecto, especialmente en lo bien que queda reflejada la carga que recae sobre el personaje de Jewell y todo lo que rodea a su entorno. Incluso siendo un rol con ideales que se distarán mucho de los de bastantes espectadores, logra transmitir una gran cercanía que se traduce en que el caso y la narración del film logren generar un mayor interés. Mención especial a Kathy Bates y a su formidable interpretación como la madre de Jewell, personaje dibujado sin apenas palabras que con cada pequeño gesto o frase consigue transmitir el calvario de su rol llegando incluso a erizarte la piel. Posiblemente una de las mejores actuaciones de 2019.
Si algo ha demostrado Clint Eastwood a lo largo de su filmografía es que pocos cineastas pueden presumir de disponer de un poder narrativo tan contenido y eficaz, y, aun con 89 años tras sus espaldas, el director demuestra que sigue al pie del cañón entregando con 'Richard Jewell' otro gran ejemplo de ello. De hecho, de sus recientes trabajos, 'Richard Jewell' es el que mejor gala hace de su aclamado estilo, lo que conlleva a que, sin dejar muy atrás grandes cintas como 'Sully' o 'Mula', sea su mejor película de esta última década y, por consiguiente, de su saga del héroe estadounidense.
Nota: 8
Lo mejor: El buen manejo de la narración y la portentosa interpretación de Kathy Bates como la madre de Jewell.
Lo peor: El toque tan patriótico que impregna Eastwood y la imagen que se da de la figura de Kathy Scruggs, la periodista del Atlantic Journal-Constitution interpretada por Olivia Wilde.