Muy complicada es la vida de un fanático del cine fantástico y de ciencia ficción. Un buen día aparece una película que tiene futuro, que puede ser la semilla de una gran franquicia. Y, por no recaudar suficiente, el sueño se esfuma. Tanta incertidumbre puede acabar con cualquiera, sobre todo si un "clásico instantáneo" como lo fue 'Pitch Black' recibe una secuela inesperada... que no llegó al mínimo para ser pasable.
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Sin embargo, el fortachón con poco pelo que protagonizó esa primera entrega es ahora un revienta taquillas, y sabe que le debe mucho al furyano. Más todavía a sus fans. Por eso, y tras la negativa del estudio de financiar 'Riddick', Vin Diesel ayudó a que esta tercera parte haya llegado a los cines. Y está claro que ha querido hacer justicia al personaje, obviando ciertos errores del pasado. Con la siempre inestimable ayuda de David Twohy, por supuesto.
'Riddick' olvida gran parte de 'Las crónicas de Riddick' y nos presenta al protagonista desterrado en un planeta en el que, a primera vista, no parece ser muy fácil sobrevivir. Pero eso no ha sido nunca un problema para el furyano. Desde el principio de la película queda claro que han querido volver a sus orígenes, una decisión muy acertada. Sin embargo, aunque parezca que quieren arriesgar por momentos, por desgracia se mantiene la sensación de haber visto esto antes.
El metraje se divide claramente en varios arcos. El primero es el monólogo de Riddick luchando por sobrevivir, aprendiendo a ganar la batalla a ese planeta que tiene trampas y aliens para acabar con el más valiente. Quizás el momento más "innovador", lastrado por un exceso de monotonía. Para salir de ahí, se le ocurre activar una baliza de emergencia y esperar a que lleguen los mercenarios que buscan cobrar la recompensa por su cabeza.
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Acción "low cost"
Para terminar, nos deleitan con un festín de acción sin igual, y la historia se torna oscura, pero con excesivas reminiscencias a 'Pitch Black'. Esa descarga de adrenalina suple la monotonía del principio, aunque se verá lastrada por un acabado de efectos especiales realmente precario, destacando una persecución con motos que llega a dar bastante vergüenza ajena. El resto no deja de ser bestial; apurado, predecible, pero bestial, aunque por desgracia se nota demasiado por momentos la necesidad de haber contado con algo más de presupuesto. Los alienígenas-escorpiones dejan huella como enemigos, eso sí, y nos deleitan con varias escenas de violencia y cuasi-terror a lo 'Alien' que harán las delicias de los amantes del despiadado Riddick.
Vin Diesel ha querido con 'Riddick' tener un detallazo con sus fans, y eso debe ser tenido en cuenta. No es Papá Noel, por lo que no puede ofrecerle al furyano una superproducción digna de Marvel. Pero al menos devuelve un poco de lustre a una saga que muchos daban por perdida. Es posible que los ajenos al personaje de Diesel vean en esta historia una más, una cinta de acción sin grandes alardes y llena de tópicos. Pero los fans deberían ver que, con sus fallos y aciertos, esta película está hecha con todo el afán de darles una alegría. Es una pena que haya sido como ese regalo que se tiene que comprar deprisa y corriendo a última hora.