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CRÍTICA

'Rifkin's Festival': Aventura estival en San Sebastián

Crítica de 'Rifkin's Festival', dirigida y escrita por Woody Allen. Protagonizada por Elena Anaya, Enrique Arce, Louis Garrel, Gina Gershon, Sergi López, Wallace Shawn y Christoph Waltz.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 2 de Octubre 2020 | 09:10
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Recuperada ya la tradición de la cita cinematográfica anual con Woody Allen tras la (absurda) polémica que hubo alrededor de 'Día de lluvia en Nueva York', el cineasta vuelve a ejercer de turista, con una película en la que aprovecha para narrar una historia habitual en su filmografía con secuencias en las zonas más bellas y selectas de una ciudad europea. Tras haber creado estampas de Londres, París, Barcelona o Roma, el realizador estadounidense regresa a España plasmar la esencia de San Sebastián con 'Rifkin's Festival'.

'Rifkin's Festival' es, ante todo, una dedicatoria a la esencia del cine. Por un lado, Allen ambienta la trama dentro del Festival de San Sebastián, uno de los más importantes a nivel internacional; por el otro, el director intercala la historia con escenas en las que homenajea a los grandes cineastas del séptimo arte. Es imposible no deleitarse con los homenajes a Orson Welles, Alfred Hitchcock, Federico Fellini, Claude Lelouch, Luis Buñuel, François Truffaut, Jean-Luc Godard e Ingmar Bergman.

Rifkin's Festival

Ahí es realmente donde la película mejor funciona, con los protagonistas transportados a escenas de 'Jules y Jim', 'Al final de la escapada', 'Ciudadano Kane', 'Un hombre y una mujer', 'El ángel exterminador' o 'El séptimo sello'. Puede verse un tono melancólico que evoca la nostalgia de ese cine ha quedado enmarcado para la posteridad, entremezclado con el homenaje que se le puede rendir en el presente.

Porque, más allá de los tributos a los grandes del cine, 'Rifkin's Festival' no logra sobresalir como sí destacaron títulos más recientes de Allen como 'Café Society' o, sobre todo, 'Blue Jasmine' y 'Medianoche en París'. Y eso no es un reproche, pues todo funciona dentro la lógica Allen: un protagonista hipocondríaco (esta vez más cercano a la edad del cineasta), desilusionado con la vida y con vocación a escribir "la gran novela americana" y, justamente por eso, es incapaz de sacar un proyecto adelante.

Un homenaje a los grandes del cine y a la belleza de San Sebastián

En medio de un personaje con cierto espíritu nihilista, defendido muy bien por Wallace Shawn; están los otros arquetipos del cine de Allen. La esposa fascinada por el atractivo masculino ajeno que, además, también es una mirada crítica a la arrogancia y al egocentrismo del cineasta de arte y ensayo actual (capaz de creerse que la labor social de sus películas son tan esenciales que son capaces de resolver conflictos internacionales). Y, cómo no, no podía faltar la otra fémina, aquella que renueva el interés por la vida del taciturno protagonista.

Rifkin's Festival

Y sí, todo funciona dentro de la lógica de Allen. Sin embargo, el cineasta no logra transmitir la misma pasión por la historia que narra que por los honores que realiza. Eso sí, Allen consigue convertir a San Sebastián en un auténtico paraíso, gracias a la fotografía del gran Vittorio Storaro, que se ha encargado de la dirección de fotografía de los cuatro últimos largometrajes del cineasta neoyorkino. Donosti nunca ha lucido tan estival como en esta película.

Puede ser que 'Rifkin's Festival' no logre trascender en la muy extensa filmografía del maestro de obras como 'Annie Hall' o 'Manhattan'. No obstante, eso no impedirá que pueda disfrutarse, como si de un refrescante Spritz en una terraza se tratase. Gustará a los amantes de su obra y estilo, mientras que para los profanos, estarán esas hermosas estampas de San Sebastián, así como también esos homenajes a películas y cineastas que dejaron su huella en la historia, como el propio Allen, pese a no querer reconocerlo.

Nota: 6

Lo mejor: El homenaje a 'El séptimo sello', las escenas de Wallace Shawn y Elena Anaya.

Lo peor: Se echa en falta el realismo mágico de 'Medianoche en París' o el cinismo de 'Blue Jasmine'.