Conocido como un productor con amplia experiencia a la hora de apostar por producciones de acción, estuvo detrás de títulos como 'Ciudad sin ley', 'Plan de escape', 'El único superviviente', '2 Guns' o más recientemente con 'Sobrevive esta noche' o 'La fuerza de la naturaleza'; Randall Emmett es reconocido, sobre todo, por haber estado detrás de la producción de filmes recientes de Martin Scorsese, como 'Silencio' o 'El irlandés'; así como haber producido 'Sin tregua' o 'Muere otra vez'.
Sin embargo, su carrera como director es otro cantar, tras realizar 'Tras la pista del asesino', uno de los últimos largometrajes que pudo protagonizar Bruce Willis antes de su forzado retiro por la afasia que padece; ahora estrena 'El río de la ira', una película cuyo principal atractivo es su enigmático título, que, a priori, evoca a wésterns modernos como 'Comanchería' o 'Uno de nosotros'. Sin embargo, no hay que dejarse engañar por un título atractivo, porque lo interesante acaba ahí.
'El río de la ira' narra cómo Shelby John, interpretado por Jack Huston, un exheroinómano, decide convertirse en un asesino de narcotraficantes, camellos y señores de la droga después de perder a su prometida, quien murió de una sobredosis. Una carrera contrarreloj en la que se enfrentará a un policía en edad de jubilación que buscará parar lo antes posible las matanzas.
Acción correcta, pero su trama es muy floja
Se supone que la cinta de acción, con guion de Adam Taylor Barker y Chris Sivertson, busca tener un trasfondo de denuncia social, al tener como escenario a la grave epidemia de opioides que vive Estados Unidos. Entre 2020 y 2021, hubo alrededor de 100.300 muertes por sobredosis en el país norteamericano, situación que se ha agravado tras la pandemia de COVID-19. A pesar de ser una realidad terrible, Emmett banaliza esta realidad, con una propuesta cuya premisa buscaba ser una denuncia a la inacción de las instituciones a esta realidad.
Ya, de primeras, Emmett muestra a una pareja que considera que su voluntad de dejar las drogas es suficiente para desintoxicarse. Su amor idealizado puede con todo, aunque después se ve que es insuficiente. Tras la muerte de la novia del protagonista, comienza la acción y la venganza, mostrando que Emmett, realmente, buscaba una excusa rápida para crear una especie de personaje revanchista al más puro estilo Liam Neeson, aunque con un actor mucho más joven que acaba de entrar en la cuarentena.
El resultado es una película que tiene más alma de cine de serie B para la sobremesa de canales temáticos que de ser una cinta de acción digna de disfrutarse en la gran pantalla. Lo peor es que cuenta con actores de primer nivel, como el caso de Robert De Niro y John Malkovich, dos veteranos que, por otro lado, en los últimos años han elegido trabajos tremendamente olvidables, especialmente en el caso de De Niro. A ello se suma un Jack Huston deslucido.
'El río de la ira' está hecha para los más cafeteros del género. Poco más puede destacarse de una producción cuyo único objetivo es engordar una cartelera que vuelve a sufrir saturación de lanzamientos y que no pasa por su mejor momento.
Nota: 4
Lo mejor: A pesar de ir con el piloto automático, Robert De Niro y John Malkovich infuden presencia.
Lo peor: La manera en la que se banaliza con un tema tan serio como la crisis de opioides.