El cine argentino continúa siendo uno de los más prolíficos de Sudamérica. Su mirada irónica y ácida marida muy bien con géneros como el thriller, el drama o la comedia, con cineastas convertidos en expertos en esta materia como Juan José Campanella, Damián Szifrón o el tándem Gastón Duprat-Mariano Cohn. Director de producciones con un enfoque más comercial, parece que ahora Ariel Winograd busca sumarse a esta categoría de cineastas con 'El robo del siglo', comedia basada en hechos reales que narra uno de los atracos más surrealistas de la historia.
El 13 de enero de 2006, en la sucursal del Banco Río de Acassuso, situado a 21 kilómetros de Buenos Aires, en un área residencial de personas de alto nivel adquisitivo, se perpetró un atraco con rehenes. Planeado por Fernando Araujo, el cual carecía de antecedentes criminales -era profesor y campeón de jiu-jitsu, además de dedicarse al arte-, él y su banda lograron sustraer entre 15 y 19 millones de dólares en joyas y dinero. Lo excepcional de este robo fue que se perpetró con pistolas de juguete y no hubo que lamentar víctimas mortales ni heridos, siendo el último asalto analógico de la historia de la Argentina. Además, obtuvo el respaldo de la opinión pública, algo excepcional debido a la naturaleza del robo.
Un asalto surrealista y que hubiera sido perfecto de no ser porque la esposa de uno de los miembros de la banda decidió contarlo todo a la policía tras un ataque de despecho. Tal es lo absurdo y extravagante del hecho, que era imposible que no se convirtiese en una película. De hecho, hubiera sido demasiado increíble para la ficción de no ser porque es un hecho real. Para rizar más el rizo, el guionista principal del filme es el propio Araujo, el cerebro del golpe, además de que el equipo creativo contó con la ayuda del resto de presos, como de los agentes de policía que cubrieron el atraco.
Versión cinematográfica digna de estar a la altura de un atraco histórico
Una situación extraña que, sin duda, plasma el espíritu del robo. Winograd, cuyo sentido de lo épico a nivel comercial ya ha podido verse en propuestas suyas como 'Mamá se fue de viaje', sabe crear un auténtico espectáculo visual cuya precisa ejecución deja en pañales a series como 'La casa de papel' o 'Lupin'. Todo ello aderezado con ese toque de humor irónico y sardónico, muy propio del Campanella de 'El cuento de las comadrejas' o del Szifrón de 'Relatos salvajes'. Si a ello se le añade que la cinta está protagonizada por grandes estrellas del cine argentino, el resultado es sublime.
Como ladrón, Araujo demostró ser astuto y ha sabido reconvertirlo en un guion muy elaborado, en el que se aprecia cuáles fueron los motivos más allá del robo, poniendo en contexto el atraco, que se produjo pocos años después del estallido del Corralito y sus terribles consecuencias en la sociedad y economía argentina. Ya lo dice la frase -ya icónica- que dejó Araujo antes de escapar del banco: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores". Un golpe único cuya versión cinematográfica está a la altura.
Nota: 8
Lo mejor: La sublime templanza de Guillermo Francella, es un deleite verle en escena.
Lo peor: La parte final no está tan bien pulida como la presentación y el atraco.
