Cinco años después de la extravagante 'Abracadabra', en la que Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez vivían una especie de intercambio de cuerpos, el bilbaíno Pablo Berger regresa al cine con un proyecto con el que vuelve a demostrar ser uno de los cineastas más curiosos y atrevidos del panorama cinematográfico español. Lo hace saltando a la animación con 'Robot Dreams', adaptación de la novela gráfica homónima de Sara Varon y que llega a salas comerciales tras haber sido nominada a cuatro Premios Goya y haber sido laureada en los festivales de Annecy y Sitges.
'Robot Dreams' se ambienta en un universo de animales antropomórficos cuya atmósfera recuerda, como el propio cineasta declaró en su entrevista a eCartelera, al estilo de las propuestas de Spike Jonze o Charlie Kauffman, especialmente 'Her', en la que se veía un vínculo sentimental entre su protagonista y la voz femenina de una inteligencia artificial. En este caso, a pesar de que tanto el título del cómic de Varon como de la película hacer una referencia casual a la serie de historias 'Sueños de un robot' de Isaac Asimov, la propuesta de Berger va por otro lares.
Sí, hay toques de ciencia ficción, en lo que significa de su solitario protagonista, un perro (curiosamente, considerado el mejor amigo del humano) que busca la amistad de un robot tras ver un anuncio en el que se anunciaban que estos androides ochenteros como posibles sustitutos de relaciones reales. Así comienza la simpática historia de amistad entre Dog y Robot, la cual vive un drama cuando la máquina se quede estropeada en la playa y el can deba abandonarlo temporalmente.
Una serie de circunstancias impiden una reunión inmediata. Lo que comienza siendo una historia simpática y de aspiraciones familiares deriva en una extraña reflexión sobre la soledad y la amistad. Por un lado, Dog intenta rehacer su vida sin Robot, buscando amistades reales; por el otro, el androide conoce el lado más cruel de la sociedad, aquel que le recuerda que no es un ser viviente, que se le puede usar a placer. Berger, quien firma también el guion de esta adaptación, ahonda en aspectos que abordó Chris Columbus en la correcta 'El hombre bicentenario'. Ahora bien, lo hace de forma más profunda y mostrando las dos vertientes, la 'real' y la 'artificial'.
Una de las mejores propuestas de animación española de este año
Lo curioso, es que 'Robot Dreams' bien podría ir enlazada, en su planteamiento, con otra obra distópica, la mítica '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' de Philip K. Dick. En el sentido de que plantea cuál de los dos protagonistas ofrece una mayor humanidad, la de Dog, cuya incapacidad para crear vínculos sociales le lleva a 'comprarse un amigo'; o la de Robot, ese androide que termina desarrollando su propio concepto de amistad o lealtad.
Reflexión profunda en una apuesta aparentemente más mundana, en la que destaca su animación tradicional que ahonda en esa sensación de nostalgia, de cinta vintage. Le otorga a su propuesta un toque de ligereza que hace que su densidad sea más digerible. Berger busca encontrar el equilibrio entre apuesta de autor, pensando en un público más adulto, pero experimenta en querer atraer al público más joven. Por otro lado, aplauso en lograr narrar todas estas cuestiones sin diálogos, dejando que sean las propias imágenes las que hablen. Su experiencia en la magistral 'Blancanieves' (su mejor película hasta el momento) ha logrado extender esa apuesta por el que sea la imagen la única conversadora.
Berger se supera frente a lo que fue 'Abracadabra' y trae uno de sus largometrajes que más incentiva los sentidos. Hablando dentro de la animación, puede decirse que se está ante la película de animación española más redonda del año (clara favorita al Goya en la categoría de mejor film de animación) y entre una de las mejores del panorama internacional, codeándose con pesos pesados como 'En nombre de la tierra' o 'El chico y la garza'. Una demostración de que la animación es una expresión artística capaz de cautivar y atraer a cineasta profanos. Una maravilla.