Desde que 'Fleabag' se convirtiese en todo un fenómeno hay un nombre que no hemos dejado de escuchar, el de Phoebe Waller-Bridge. Ella protagonizó, adaptó y produjo la serie para Amazon basándose en su propia obra de teatro, pero aunque es su nombre el que resuena (y con razón, también es creadora de 'Killing Eve' y 'Crashing', guionista de 'Sin tiempo para morir' y actriz en 'Han Solo') otra mujer se escondía detrás de su éxito: Vicky Jones, amiga, compañera de profesión y enorme aliada creativa. En Jones se basa el personaje de Boo de 'Fleabag' y juntas crearon este monólogo que una escribió y protagonizó y la otra dirigía. De esta amistad, llena de colaboraciones y retos artísticos, han salido varias obras de teatro, muchos guiones y ahora ha servido también para que Jones dé el salto a la pequeña pantalla con su propia serie para HBO: 'Run'.
La premisa es bastante sencilla: Ruby (Merritt Wever) y Billy (Domhnall Gleeson) fueron novios en la universidad donde hicieron un pacto: si uno de los dos escribía "Run" y el otro respondía en menos de 24 horas lo dejarían todo para encontrarse en Nueva York. Llevan 17 años sin verse, pero esas 3 letras en un mensaje son el principio de una aventura, en todas sus acepciones, cuando Ruby decida abandonar su monótona vida en un impulso.
En 'Run', Jones emplea el mismo sentido del humor negro y descarado de 'Flebag', ese que se mueve constantemente a un lado y otro de la línea que separa lo que es gracioso y lo que en el fondo es bastante triste. Tampoco, como en 'Fleabag', juzga a sus personajes, ricos blancos y privilegiados, por vivir internamente entre la insatisfacción y el fracaso. Porque no pasa nada, es humano ser desgraciada en tu enorme casa con hijos y piscina y un desgraciado que se las da de gurú de vida. No quiere justificar sus errores porque Billy y Ruby son egoístas y caprichosos, justo lo que en el fondo queremos ser todos.
Moviéndose entre la comedia romántica y el thriller casual, Jones explora temas mucho más complejos que ese concepto tan manido del amor verdadero, porque lo que Ruby y Billy tienen se parece más a la dependencia y la nostalgia que al cariño. No es que quieran estar juntos, es que quieren sentir que vuelven a ser jóvenes con un futuro incierto por delante, algo más que una vida programada, volverse a sentir deseada o tener la oportunidad de volver a hacer las cosas y hacerlas bien. ¿Quién no ha fantaseado alguna vez con la vida que pudo ser y no fue? Esa mezcla de recuerdos, deseos e ilusión es en la que se apoya 'Run', una comedia romántica que no va de amor, va de ser mala madre, de envejecer, de aceptar la mediocridad, de que te frustre tu vida aunque lo tengas todo, de sexo y sexualidad, y va de querer cambiar y permitirte hacerlo.
El primer episodio transcurre casi íntegramente en el interior de un tren, como una secuela loca de 'Antes del amanecer'. Un espacio confinado, más estrecho que donde estás pasando la cuarentena, que se convierte en una persecución, en un montón de tiras y aflojas que van anticipando el ritmo nervioso que tendrán el resto de capítulos y la relación tóxica entre sus personajes. Porque Ruby y Billy son absolutamente antagónicos, pero entre ellos existe una fuerte complicidad, una conexión especial de ese amor de juventud en la que también está latente la tensión sexual. Vagón arriba, vagón abajo, empieza un juego de deseos, celos y rencores donde el control o el poder de la situación va pasando de uno a otra entre coqueteos ataques y confesiones.
Nada es lo que parece
Algo que hace muy especial 'Run' y de lo que tenemos que hablar con cuidado para no caer en spoilers son sus múltiples giros de guion. Empezamos conociendo a los personajes por cómo se presentan a los demás, pero como en las redes sociales, lo que somos y lo que queremos parecer no siempre coincide y es mucho más revelador lo que esconden que lo que cuentan. A través de algunos flashbacks y la aparición de las otras personas que forman parte de sus vidas, descubrimos quiénes son realmente fuera de esta aventura y las tramas empiezan a complicarse pasando de la intimidad inicial a una carrera a gran escala fuera de control con constantes cambios de tono y género. El tráiler cuenta muy poco de lo que realmente esconden sus 8 episodios de media hora (de los que hemos visto 5 para esta review), y es lo mejor que le puede pasar a la serie. Los y las espectadoras tendrán que ir recogiendo todas las piezas de información y decidir cuáles son verdad y cuáles no hasta formar la imagen completa, si es que la hay. 'Run' es una serie centrada por completo en Ruby y Bill, en su historia, y funciona por la enorme química que hay entre sus dos protagonistas.
Poco a poco y casi siempre con papeles secundarios, Merritt Wever ha ido ganando la popularidad que merece. La hemos visto en 'Studio 60', 'The Walking Dead' o 'Historia de un matrimonio', pero siempre en papeles pequeños; en 'Nurse Jackie' era la única capaz de robarle protagonismo a Edie Falco y en 'Creedme', serie de Netflix sobre la investigación de un caso de violación, demostró su increíble talento también para el drama junto a Toni Collette. En 'Run', sin embargo, Wever interpreta un papel raro en su carrera: la protagonista absoluta y además la protagonista de un romance. Vuelve a explorar su faceta más cómica, pero más desde la expresividad, el sarcasmo y el descaro que la comedia física, ingenua y torpe de la enfermera Zoey. Ruby es una mujer perdida, pero también decidida y empoderada e inevitablemente feminista, sin grandes discursos, pero señalando constantemente el paternalismo de su compañero y su necesidad individual de no quedar reducida al rol de madre y esposa.
El que sí que tiene experiencia previa en esto de las comedias románticas el Gleeson, que antes de convertirse en el General Hux de 'Star Wars' enamoró a Rachel McAdams en 'Una cuestión de tiempo'. Su personaje es probablemente el más complejo de la serie, vulnerable e inseguro por un lado y un manipulador de manual por el otro. Billy es un vende humo que se aprovecha de la idea del sistema capitalista de que la felicidad se puede comprar con dinero, es esa figura del hombre exitoso que lo único que no puede conseguir y lo que más anhela es una conexión emocional real con otra persona.
A la hora de crear 'Run', Vicky Jones ha decidido rodearse de mujeres. Ella escribe los guiones que produce junto a Waller-Bridge, Layla Blackman ('Big Little Lies') o Emily Leo ('Bajo la sombra'), y ha puesto en la dirección a otras tantas como Kate Dennis de 'El cuento de la criada' y Natalie Bailey. Muchas mujeres comprometidas detrás de las cámaras y también delante, donde además de Gleeson aparecen pocos personajes masculinos y entre todos los secundarios y secundarias de los 5 primeros episodios, solamente habría que destacar a la manipuladora y ambiciosa Fiona, el personaje de Archie Panjabi. Con las voces de todas estas mujeres trabajando juntas, los guiones están cargados de una verdad y una naturalidad a la hora de hablar de los complejos y la sexualidad femenina que aún son casi una novedad, especialmente en la comedia. La masturbación femenina o el deseo no se retratan con una mirada sexualizada y enfocada al público masculino, si no como una parte natural de las relaciones.
Jones y su equipo han creado una serie que es comedia, thriller, drama, acción y romance todo en uno, pero sobre todo es un producto con mucha inteligencia emocional y honestidad, justo lo que les falta a sus protagonistas. 'Run' se estrena en HBO el próximo 13 de abril y emitirá un capítulo a la semana cada lunes.
Nota: 7
Lo mejor: Sus actores y la química entre ellos.
Lo peor: Le cuesta un poco entrar de lleno en su trama de thriller.