'Runner Runner' podría haber sido una gran película si tenemos en cuenta los elementos con los que cuenta. Esto es, un joven director que sorprendió hace un par de años con la notable 'El inocente', un holgado presupuesto, un reparto encabezado por tres conocidos actores y un guion firmado por Brian Koppelman y David Levien, autores que demostraron que conocían a la perfección los entresijos del mundo del juego en 'Rounders'.
Sin embargo, una vez visionado el metraje nos damos cuenta que nada más lejos de la realidad. La premisa, aunque trillada, podría haber llegado a ser estimulante, al contar la historia de un joven con coraje que acaba trabajando con un empresario sin escrúpulos y que con el tiempo descubrirá la cara amarga del negocio. Sin embargo, no hay absolutamente nada destacable en este thriller anodino que se empeña en seguir punto por punto todos los tics del género y en el que nadie parece estar muy interesado en lo que se está contando.
El filme no llega a encontrar un tono determinado y se mueve arrítmicamente, saltando entre diferentes escenas que parecen surgidas cada una de películas diferentes, lugares comunes que forman parte de lo que se presupone la fórmula del éxito. 'Runner Runner' intenta cumplir a rajatabla con el esquema clásico, con la desgracia que esta ausencia constante de sorpresas acaba jugando en su contra. Un joven metido en un problema, el malvado villano, la femme fatale de buen corazón, el policía que sigue la pista al esquivo villano... y sin saber qué hacer con ellos, se les deja transitar por los caminos de siempre.
El metraje avanza y cada vez se vuelve más predecible hasta un final que de frío e insustancial más bien parece un anticlímax. El guion no ayuda a genera ningún tipo de empatía hacia los personajes provocando que la tensión sea completamente inexistente. Peor si tenemos en cuenta que lo único que se le ocurre a Brad Furman para subsanar este error sea mover mucho la cámara y subir la música hasta límites insospechados en las escenas de acción.
Eso sí, estas escenas están muy dosificadas ya que la película está obcecada en centrarse en la palabra, aunque sus personajes no tengan mucho que decir. La moralina final y las constantes críticas a los males de la sociedad actual están continuamente presentes, pero sin influir lo más mínimo en el grueso de la historia, como si fuera un elemento indispensable para dar algo más de entidad a un producto que de por sí no tiene.
Ben Affleck sigue en sus trece
Que Ben Affleck haya sorprendido con sus habilidades detrás de la cámara no quiere decir que por arte de magia se haya convertido en un buen intérprete. En 'Runner Runner' nos retrotrae a sus peores películas, por lo que sus personajes en 'Pearl Harbor' o 'Daredevil' podrían ser fácilmente intercambiables con el de Ivan Block. El actor se muestra completamente impertérrito, haciendo que dé igual que esté en una fiesta, airado o dando de comer a unos peligrosos reptiles, su cara se mantendrá inexpresiva aunque su voz sí que vaya por el camino correcto. Cierto es que grandes estrellas de la historia del cine no destacaron por sus habilidades actorales, pero incluso ellas contaban con algo de lo que Affleck carece: carisma.
Justin Timberlake sigue intentando encontrar su hueco en el mundo del cine y gracias al esfuerzo (y a la incapacidad de su compañero de reparto) consigue destacar por encima del resto. Por último, lamentarme que Gemma Arterton y sus marcadas curvas no se paseen más por la pantalla, ya que la actriz en sus escasas intervenciones vuelve a demostrar que es algo más que una cara bonita.
