Han sido muchas las historias sobre la Segunda Guerra Mundial que han podido verse en el cine. Recientemente, han sido varios los títulos que han querido enfocar la perspectiva en la infancia, pues los ojos de los niños ven de una manera muy diferente. Ha habido miradas más accesibles, como 'El niño con el pijama de rayas' o 'El año en que dejamos de jugar'; otros más crueles, como 'El pájaro pintado', y otros más solemnes, como 'La ladrona de libros' o 'Una bolsa de canicas'.
'La sala de cristal' va más en la línea de 'El niño con el pijama de rayas' o 'El año en que dejamos de jugar', al tener una manera de narrar la historia, didáctica y amable. A diferencia de otros títulos sobre el conflicto bélico, el filme pone el foco en la población alemana, alejándose de la realidad de los campos de concentración. En cierta manera, recuerda a 'Lejos de Praga', en la que una familia huye de la ciudad, constantemente bombardeada, por el pueblo, más tranquilo y con menor probabilidad de ataques.
Christian Lerch, veterano actor de televisión y teatro en su Alemania natal, se atreve con su segundo largometraje de ficción a narrar la historia de un niño que es hijo de un soldado alemán. Pocas veces se ha mostrado en el cine a aquellos hombres que fueron obligados a servir al ejército nazi, como también no se ha visto mucho la realidad de los desertores. Esto, por supuesto, da para un filme mucho más complejo, pero Lerch, el cual firma el guion junto con el afamado escritor Josef Einwanger (el cual se inspiró en su propia infancia), prefiere centrarse en su joven protagonista, un niño de 12 años que vive un auténtico dilema de lealtades.
La respuesta seria y alemana a 'Jojo Rabbit'
Precisamente esa es su parte más ricas. En tiempos de guerra, la razón y la lógica son enterradas bajo la propaganda, el fanatismo y el radicalismo. Es interesante cómo Lerch convierte a un pueblo alemán en un escenario más propio de 'Una aldea francesa', en la que sus ciudadanos viven bajo el yugo del nazismo con resignación e impotencia. No obstante, la forma en la que el niño protagonista, Félix (Xari Wimbauer), vive las ideas políticas de Hitler recuerdan mucho a 'Jojo Rabbit', incluyendo cierta mirada naíf hacia el Führer, con una madre que también tiene a un marido en el frente y que no simpatiza con las ideas nazi,
Lo curioso es que, como le sucedía al filme de Taika Waititi, Lerch no sabe cómo resolver la trama, provocando un final abrupto, cuya resolución desluce el resultado final, dando la impresión de llegar atropelladamente, como si se hubiera despistado con subtramas durante parte de la cinta y, en su parte final, volver a la trama central. Esa sensación hace que 'La sala de cristal' no destaque mucho más que otros productos similares. No obstante, sí es cierto que como producto didáctico y pedagógico puede servir.
Nota: 6
Lo mejor: La manera en la que deja evidencia el sinsentido del nazismo.
Lo peor: Su abrupto final echa por tierra toda una trama que exigía un final distinto.