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CRÍTICA

'Saw X': El backstage del juego más personal y diferente de John Kramer

Esta extraña precuela eleva a Tobin Bell por fin como gran protagonista para demostrar que no todo está dicho en esta saga de diez entregas, con un cambio de perspectiva: más sangre y diálogos pero menos dilemas y sorpresas.

  • Vuelve a los cines la saga empezada hace casi 20 años con una precuela situada entre 'Saw' y 'Saw II'.
  • Tobin Bell y Sawnee Smith retoman sus papeles de John Kramer y Amanda Young con mucho más tiempo en pantalla que nunca.
  • Estreno en cines el 29 de septiembre de 2023.
Por Rafa Jiménez Más 29 de Septiembre 2023 | 12:00
Redactor de cine y series, especializado en los estrenos actuales y Marvel. Muchas críticas y entrevistas

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Tobin Bell siendo más John Kramer que Jigsaw en 'Saw X'
Tobin Bell siendo más John Kramer que Jigsaw en 'Saw X' (DeAPlaneta)

Vivir o morir. El dilema planteado por John Kramer es el que se ve obligado cada estudio a afrontar con respecto a sus grandes sagas. En este caso, casi 20 años después de 'Saw' (2004), la franquicia se empeña en seguir intentando escoger la primera opción. Ya intentaron revitalizarla con el 3D, un spin-off... y ahora, con una precuela que se estrena en cines el viernes 28 de septiembre.

Kevin Greutert, director de una de las mejores entregas ('Saw VI') y de la peor con diferencia ('Saw 3D') se ha atrevido con el mayor cambio de rumbo junto a la reciente versión detectivesca de Chris Rock. Para bien y para mal, 'Saw X' es muy sorprendente.

La saga se pone adulta

La primera pista de este nuevo juego está en su duración: de los habituales 90 minutos a casi dos horas. Ya no se trata de un juego rápido donde se mata a mucha gente que se presenta en flashbacks. 'Saw X' es la película más desarrollada y dialogada de la saga junto a la primera, imitándola en un camino único en lugar de varias subtramas paralelas. Tampoco es que presente un psicoanálisis profundo, pero sí deja un largo tiempo de introducción de todos los futuros jugadores; no para empatizar con ellos, sino con su víctima de una falsa operación de tumor: John Kramer, el futuro asesino del puzzle.

El gran acierto de esta secuela es darle el mayor escenario dramático de la saga a su icono: Tobin Bell. Funcionando como una precuela de libro, por fin conocemos más de Kramer (¡su profesión!) y descubrimos en plenitud el auténtico origen de su faceta asesina más allá de flashbacks robados de otras entregas. ¡Hasta nos hace reír! Con un sarcasmo no muy sutil para reírse con una sala llena de espectadores.

'Saw X': El backstage del juego más personal y diferente de John Kramer

Cambio de perspectiva

Tobin Bell se luce en la tremenda expansión de tiempo de su personaje y del de Amanda, la potentísima relación principal de la película (salvando el no muy conseguido maquillaje rejuvenecedor). En consecuencia, por primera vez se cambia la perspectiva del espectador: de las víctimas al verdugo, porque la historia parte de que el verdugo antes fue víctima. Los fans de la saga disfrutarán como niños al vivir por primera vez un juego de Saw completamente desde bambalinas: vemos a Kramer pensar, experimentar, crear, fallar, sufrir, perfeccionar... En varios diálogos, él mismo reconoce que no todo está saliendo conforme al plan. ¡Y eso es nuevo, y tiene sentido!

En este juego primerizo, puede resultar frustrante para los seguidores más acérrimos no tener ese punto de vista divino. Seguramente sentirán esta historia como el intrascendente capítulo de una serie que no avanza la trama para aportar contexto. Pero es mayor el agradecimiento por tener algo nuevo y poder mirar tras la cortina de la magia que nos ha impactado tantos años. 'Saw X' es el backstage de todas las anteriores entregas, imperfecta y en construcción pero muy interesante.

'Saw X': El backstage del juego más personal y diferente de John Kramer

Las trampas, en segundo plano

Al pasar más tiempo preparando las muertes que ejecutándolas, otro gran cambio es que las trampas ya no son el centro de una película de 'Saw'. Si bien son más sangrientas y juguetonas (ese estómago...), también son menos frecuentes e importantes. El guion y el montaje no están muy inspirados en estas escenas, donde se plantean muy buenos discursos metafóricos con cada personaje pero luego no se resuelven conforme a esos ideales y la trampa carece de sentido.

Aunque no estén bien resueltas, sí que son necesarias y elevan ese nivel. Simplemente como experiencia cinematográfica, es muy estimulante que una película te lleve más allá de los límites de lo que te atreves a ver, y 'Saw X' recuerda muy bien la potencia del gore sin caer en una serie B. Sabe que, como heredera de la saga, tiene que cumplir. Y lo hace, con juegos muy divertidos y tensos, pero no tan macabros.

Parte de este desinfle de las trampas viene de que toda la personalidad de John le falta a casi todos los jugadores. No hay debate moral ni empatía por las víctimas; tan solo se sufre por lo físico, por lo que vemos (y que los actores no sepan fingir el sufrimiento tampoco ayuda). Aquel nuevo punto de vista deja demasiado claro quiénes son los buenos y quiénes son los malos; todo es blanco y negro, cuando anteriormente la trascendencia de las trampas venía de moverse entre los grises de si realmente quieres que esa persona se salve o no.

'Saw X': El backstage del juego más personal y diferente de John Kramer

Marcas de la saga desvanecidas

La parte buena de esta ausencia de grises es que convierte a 'Saw X' en una historia de venganza con un enfrentamiento muy interesante. La parte mala es que eso traiciona el código moral de Jigsaw: no se ve la oportunidad de redención. El resto de marcas de la saga tampoco acaban de funcionar las (pocas, afortunadamente) veces que se retratan: Billy en su triciclo, las cintas con las normas, el montaje frenético... Pero todo es por el bien mayor de innovar.

Pero la principal traición a esa herencia de la saga es un fallo de guion que prácticamente nunca se había cometido: dejar hilos sueltos. En una serie de películas que suelen medir sus cartas al milímetro como si fuera un 'whodunnit' para usar cada comentario o mirada para un giro o una trampa, es incomprensible que queden subtramas o personajes importantes que no se reutilicen ni mencionen.

Igualmente, el esperadísimo giro final tampoco funciona como esperamos, pero desde luego que hay giro: uno con mucho sentido que levanta el ritmo pausado de la película a un frenético tercer acto. Eso sí, el hecho de que todas las sorpresas sean internas de la trama impiden que esta entrega aporte nada crucial a la historia global de la saga, aunque sí profundice en ella. 'Saw X' no es necesaria, pero sí es muy interesante y refrescante.

'Saw X': El backstage del juego más personal y diferente de John Kramer

Por tanto, 'Saw X' no es la mejor secuela de la saga, pero sí es la más diferente. Presenta a Jigsaw como no lo hemos visto nunca, expandiendo su historia de origen y poniéndonos en su perspectiva. Y eso para una décima entrega es mucho decir. Como fan, es doloroso que ya nada sea lo mismo y el juego no llegue a ser tan macabro. Pero eso ya se ha hecho, y parte de esa frustración es la misma que cuando ves dispersarse a tus amigos del colegio: doloroso, pero necesario.

Si renunciar a ese pasado macabro por el drama y la novedad es el sacrificio a pagar para que la saga siga viva, Kramer ya nos ha enseñado que una segunda oportunidad requiere pagar un precio. Es mejor eso que tener otra entrega más de trampas gratuitas que acabe de matar la saga. Aunque 'Saw X' no tenga lo que más quieren los fans, tiene lo que más pueden necesitar: una razón para creer que Jigsaw sigue vivo, y que puede seguir acechando mucho tiempo más. Vivir o morir, John Kramer y Lionsgate eligen lo primero y han pagado el precio por esta nueva vida en cines a partir del viernes 29 de septiembre.

7
Lo mejor: Consigue demostrar que la saga puede seguir viva, ¡siendo la décima entrega! La relación de Kramer y Amanda.
Lo peor: La resolución de todas las trampas, sobre todo de la final.

P.D.: Hay una escena post-créditos.

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