Aunque es un personaje que nació allá por finales de los 60, Scooby-Doo nunca se ha ido. El gran danés y su grupo de "chicos entrometidos" ha ido adaptándose a los tiempos con nuevas temporadas de la serie de animación, filmes en acción real o películas para televisión o directas al mercado doméstico. Su mayor salto al presente tiene lugar en '¡Scooby!', película que en España veremos en cines (en Estados Unidos, por la pandemia, acabó estrenándose en alquiler digital).
Y tiene toda su lógica que llegue a la gran pantalla porque '¡Scooby!' está pensada para verse a lo grande. La panda de Mystery Inc. da el salto a la animación por ordenador, y al cine de superhéroes, en una aventura que funciona mejor cuanto más recuerda al Scooby-Doo de toda la vida. En la película vemos cómo Shaggy y Scooby se alían con el superhéroe Blue Falcon y su compinche Dynomutt para detener los malvados planes de Pierre Nodoyuna, todo un clásico de Hanna-Barbera.
La película, que empieza mostrándonos cómo se conocieron Shaggy y Scooby, se centra mucho en la relación entre ellos dos y el poder de la amistad como gran moraleja. También muestra el peligro de no dejar a un amigo crecer o seguir otros caminos que no coincidan con los nuestros, y que las mejores amistades lo superan todo. Scooby y Shaggy llevan décadas con un afecto aparentemente irrompible y no está mal ver esa relación pasar por un bache y llevarnos alguna lección por el camino. Y como ya han demostrado Baby Yoda, Baby Groot y más versiones "babies" de personajes conocidos, mostrar cómo eran estos personajes de niños (y cachorros) siempre es un acierto para ganar puntos de adorabilidad.
Tony Cervone, director de la película, lleva mucho tiempo trabajando para Warner Bros., y sobre todo para su departamento de animación, así que conoce muy bien a los personajes de la Máquina del Misterio. Durante toda la película, a pesar de los obstáculos que se autoimpone por actualizarse, vemos cómo Shaggy y Scooby hacen todo lo posible por mantenerse fieles a su esencia con mucho humor físico, situaciones absurdas y la contagiosa risa del can. Tenemos efectos de sonido dignos de los dibujos animados de toda la vida, un absoluto ninguneo de las leyes de la física y un montón de guiños al legado de Hanna-Barbera y de la propia 'Scooby-Doo'. Empezando por el villano, icónico donde los haya, aunque haya perdido su look característico (no su bigote) y a su fiel Patán. A lo largo de la película podemos buscar desde homenajes a la cabecera de la serie de animación de Scooby-Doo a otros personajes de la cantera, como el Capitán Cavernícola. Y cuanto más absurda y más loca es, y más recuerda a los dibujos que veíamos de pequeños, mejor nos lo pasamos.
Toda esa nostalgia se enfrenta en una balanza con la otra película que nos quiere contar '¡Scooby!': una cinta de superhéroes con golpes de humor para la generación Z que se nota demasiado que están escritos por gente mucho más mayor. Se puede pasar por alto que entre los antecedentes del villano se encuentre "robar la cuenta de Netflix de su madre", pero hay un gran número de momentos de absoluto repelús, como el cameo de Simon Cowell. La película intenta tanto sonar actual que en muchas ocasiones lo único que consigue es dar cringe. Y pierde por el camino lo que hacía tan especial a 'Scooby-Doo': esas aventuras llenas de misterio en las que lo sobrenatural era solo una trampa y deseábamos ver el momento en el que Fred y los demás tiraban de la careta y el culpable, completamente terrenal, decía eso de "¡y me habría salido con la mía de no ser por estos críos entrometidos!". '¡Scooby!' tira todo eso por la borda y mete un superhéroe de verdad con un perro mecánico y una aventura en la que lo sobrenatural es sobrenatural. Y pierde bastante la gracia, la verdad.
Scooby-Doo no necesita a ningún superhéroe
Durante toda la película no se quita la sensación de que Scooby-Doo no necesita a ningún superhéroe para salvarlo, que la trama de Blue Falcon no aporta nada, y que es una aventura mucho más entretenida cuando no está intentando ser lo que no es, por mucho que Blue Falcon ya haya aparecido en aventuras anteriores del gran danés. Lo bueno es que Shaggy, Fred, Velma, Daphne y por supuesto Scooby recuerdan a sus versiones clásicas toda la película y funcionan como si no hubiera pasado el tiempo por ellos, incluso con las ligeras modificaciones para hacerlos personajes de este tiempo. Aunque los personajes "superheroicos" no son anticlimáticos, no se acercan al encanto de las chicas y chicos entrometidos. Es una pena que no hayan confiado en el atractivo sin añadidos de Scooby-Doo para los niños de hoy en día, pero a pesar de ello la película no baja de ritmo y supone una ocasión fantástica para volver a llevar a los pequeños al cine. Se lo pasarán estupendamente. Puede ser fantástica para descubrirles el maravillosamente loco universo de Hanna-Barbera si todavía no lo conocen. En lo visual, a pesar de no ser rompedora, el salto al 3D no le sienta nada mal y sabe aunar las nuevas técnicas con rasgos de la animación de siempre. Sigue recordando a la serie de animación a pesar del cambio.
Los adultos también pueden disfrutar perfectamente de '¡Scooby!' precisamente por todos esos guiños a los dibujos de su infancia, desde Pierre Nodoyuna a los Easter Eggs que se dejan ver al principio de los títulos de crédito. '¡Scooby!' no es el salto al cine perfecto para el gran danés porque confluyen dos películas muy distintas, y se nota muchísimo cuál sobra y no funciona. Es un claro ejemplo de que no necesitamos superhéroes para todo por mucho que estén de moda. Y menos Scooby-Doo. Pero no deja de ser una película divertida y con ritmo que deja patente, si somos capaces de ignorar "la otra película", que sí existen personajes realmente atemporales.
'¡Scooby!' llega a los cines el 15 de julio.
Nota: 6
Lo mejor: Todas las reminiscencias a los dibujos animados clásicos y al universo Hanna-Barbera.
Lo peor: Que en un intento de actualizarla la hayan convertido más en una película de superhéroes que de Scooby-Doo.