En este 2019, el cine LGBT está logrando una mayor difusión en salas comerciales. Títulos como 'Las herederas', 'Vivir deprisa, amar despacio', 'Sauvage' o 'Identidad borrada' han sido claros ejemplos de cine diverso en todos los sentidos, tanto de temática como de nacionalidad. Desde el Reino Unido llega ahora 'El secreto de las abejas', adaptación de la novela 'Tell It to the Bees' de Fiona Shaw y que supone el regreso a la dirección de largometrajes de la cineasta Annabel Jankel, que no se había vuelto a poner detrás de las cámaras desde la infame 'Super Mario Bros' de 1993.
Año 1952 en un pequeño pueblo industrial de Escocia, Lydia vive con su hijo pequeño Charlie. Sobreviven como pueden con el sueldo que ella gana en la fábrica textil de la zona, puesto que el padre de Charlie se ha desentendido de la economía familiar desde hace algún tiempo, gastándose el dinero en alcohol, aventuras amorosas y desenfreno. Lydia encontrará la ayuda de la doctora Jean Markham, que releva a su padre como médico de familia del pueblo. Jean la acogerá en su casa a ella y a su hijo. La retribución y el agradecimiento que Lydia siente empezará a convertirse en amor, iniciando las dos un romance que deberán mantener oculto.
Una propuesta que aspiraba a ser un filme elegante y de prestigio
El regreso de Jankel es con una propuesta que, a priori, es elegante, de época y narra el amor prohibido entre dos mujeres. Realmente son los ingredientes para hacer una buena película, de aquella que pueda sentirse como una caricia en la piel, como 'Carol', 'Un amor de verano', 'Disobendience' o la miniserie 'Cambio de identidad'. De hecho, en 'El secreto de las abejas' pueden encontrarse destellos de esa delicadeza, de esa mirada valiente ante una realidad hostil, que acecha constantemente.
El principal problema que tiene la cinta es que está rodeada de demasiados frentes abiertos y ninguno de ellos los sabe gestionar de forma satisfactoria. Las protagonistas no solo deben enfrentarse a una mirada hostil hacia el amor de dos mujeres, algo que no conciben los ciudadanos de un pueblo de la Escocia de 1952, sino también deben hacer frente al machismo, a la xenofobia (a Lydia se la odia por ser de Mánchester), a una situación de maltrato y violencia de género.
Son muchos conflictos y para hacerles frente, se necesita tener un mensaje claro, que verterbre al resto, algo que no se consigue. A ello hay que sumarle una segunda parte que da demasiados bandazos, sin saber exactamente adónde quiere ir, provocando contradicciones en la naturaleza de los personajes, así como también un desenlace incoherente con el resto de la trama.
No está a la altura de la increíble trama que tiene
Eso desluce un correcto diseño de producción, recuerda al de 'La librería' o 'El vendedor de tabaco', y unas interpretaciones muy entregadas, con Anna Paquin y Holliday Grainger transmitiendo pasión en su romance. A 'El secreto de las abejas' le acaba sucediendo algo similar a 'Elisa y Marcela', de Isabel Coixet, que intenta abarcar varios temas, quedándose al final en tierra de nadie. Esto es cosa de guion, firmado por las hermanas Henrietta y Jessica Ashworth, guionistas de 'Killing Eve', que no logra estar a la altura de una trama llena de matices y muy emotiva.
Jankel hubiera podido ofrecer una propuesta con la mirada social de Mike Leigh y Ken Loach, con una temática propia de Todd Haynes o Céline Sciamma. Sin embargo, al final 'El secreto de las abejas' se acerca más a la sensación de estar viendo un telefilme disfrazado de largometraje para la gran pantalla, que recuerda al cine de Shamim Sarif. Una lástima, ya que la temática de la novela dada para una nueva joya del cine británico.
Nota: 5
Lo mejor: Las interpretaciones de Anna Paquin y Holliday Grainger.
Lo peor: Al final se queda en tierra de nadie.