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CRÍTICA

'Segundo premio': Para saber la verdad, hay que buscar en las canciones

Amistad, amor, música, realidad y ficción se dan la mano en lo nuevo de Isaki Lacuesta, la historia de un grupo que se parece mucho a la leyenda de Los Planetas.

Por Luisa Nicolás Más 24 de Mayo 2024 | 09:00
Estoy a dos entrevistas de convertirme en mejor amiga de Shyamalan.

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'Segundo premio'
'Segundo premio' (Bteam)

"Para saber la verdad, hay que buscar en las canciones", dice el personaje de May en 'Segundo premio', y qué complicado es eso de 'la verdad'. Todo hecho pasado por el filtro del recuerdo termina empapado de subjetividad, así que Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez - sobre un guion de Fernando Navarro- se han arrancado la etiqueta de biopic y han abrazado la leyenda de un grupo, en una ciudad, a punto de cambiar el panorama musical con su tercer disco. Son Los Planetas, es Granada, estamos a finales de los 90 y el disco es 'Una semana en el motor de un autobús'. 'Segundo premio' es, más o menos, la historia detrás de esas 12 canciones, una historia de amistad, de amor, de música y de otras adicciones.

Lo que cuenta el 'Elvis' de Baz Luhrmann puede ser tan real como la 'Priscilla' de Sofía Coppola, dónde ponemos el foco es lo que marca la diferencia. En Los Planteas solo canta J, pero en 'Segundo premio' suenan muchas voces: la de un cantante luchando por mantener su banda, la de una bajista que decide abandonar, la de un batería que acaba de llegar y la de un guitarra que quiere desaparecer. Cada uno vivió el germen de aquel disco a su manera, con recuerdos contradictorios, y la realidad y la ficción se dan la mano dentro y fuera de las canciones, solo así se podía capturar la auténtica esencia del grupo.

'Segundo premio'

Lacuesta ya jugó con la fragilidad de la memoria en su anterior película, 'Un año, una noche', y saltó a un lado y a otro de la línea que separa lo verdadero de lo inventado en 'Cravan vs Cravan', 'Los pasos dobles' o 'Entre dos aguas'. En 'Segundo premio' se sirve de saltos en el tiempo, de mentiras, drogas, rock y secuencias oníricas para ofrecer una mirada íntima a una lucha artística, limpiando el mito de héroes y villanos, de nostalgia o glorificación.

En una entrevista con Jesús Llorente de 1999 editada por Rockdelux en el libro 'Los Planetas. La verdadera historia', J dice de Florent: "Lo que tengo con él es una relación mística. Compartimos ciertas cosas como si fuésemos hermanos o almas gemelas". Esa frase de hace 25 años es el corazón que bombea 'Segundo premio' y ese amor, y no el romántico, es el que inspiró el disco. O eso cuenta la leyenda.

En 'Segundo premio' nunca se mencionan los nombres de J, Florent o Eric, son el cantante, el guitarra y el batería; solo May, la primera bajista del grupo que no quiso acompañarles en su ascenso al éxito, existe realmente en esta fábula. Al final es ella la que está en el centro de nueve órbitas concéntricas. A May la interpreta Stéphanie Magnin y al cantante Daniel Ibáñez; Mafo captura con sorprendente naturalidad el espíritu transgresor e indómito de Eric, pero es Cristalino el que carga con una cruz acuestas y consigue hacernos sentir un poquito de ese peso sobre nuestros hombros.

'Segundo premio'

Los Planetas es la mejor banda del indie rock español y una de las más influyentes (aunque no hayan influido a Arde Bogotá), así que en lo musical, Lacuesta apostó por lo auténtico, por contratar a músicos profesionales como actores, por honrar las canciones con subtítulos que invitan a vivirlas con nuevos sentidos. En lo visual, de viaje a 1997, la película está editada en 4:3 y la cámara gira sobre los ensayos de la banda en corrientes circulares para que la experiencia sea inmersiva.

Un himno generacional

'Segundo premio' reconstruye la Granada de aquella época bajo la óptica del protagonista de 'Un buen día', desde el Planta Baja igual que antes de arder en 2016 al Amador, bar que sirvió de peregrinación para los fans de Los Planetas desde la publicación de 'Super 8'; pero el resto de la ciudad, la parte que ellos no visitan, no parece importar. Un poco igual pasa con Nueva York, donde llegan siguiendo los pasos de Lorca. Ni rascacielos, ni Times Square, solo encontramos un estudio y los bajos de un puente habitados por un caimán.

Lacuesta, Rodríguez y Navarro no esconden la (complicada) relación de la banda con las drogas, tampoco la juzgan ni caen en el sensacionalismo. Con melancolía y cierta resignación, sus directores utilizan lo simbólico y un fundido a negro para transmitir la parte más cruda de la adicción y nos dejan momentos mágicos que no terminas de comprender hasta que no estás completamente dentro de una fiesta en decadencia. Rollo indie.

Premio a la mejor película, a la mejor dirección y mejor montaje en el Festival de Málaga, 'Segundo premio' es una película conmovedora y frágil sobre emociones reprimidas, a veces es una especie de experimento que desafía lo que imaginabas saber de la banda, es verdad y es mentira, es un himno generacional en un mundo de gente incompleta. Y definitivamente es para fans de Los Planetas.

8
Lo mejor: El respeto a las canciones y cómo retrata las adicciones.
Lo peor: Se nota a la banda soplando en el cogote de sus autores.
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