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CRÍTICA

'La semilla de la higuera sagrada': La ominosa decadencia del alma

Crítica de 'La semilla de la higuera sagrada', dirigida y escrita por Mohammad Rasoulof. Premio Especial del Jurado y Premio FIPRESCI en el 77 Festival de Cannes. Nominada al BAFTA y al Globo de Oro.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 19 de Enero 2025 | 17:15
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'La semilla de la higuera sagrada'
Imagen de 'La semilla de la higuera sagrada' (BTeam Pictures)

La situación del cine en Irán recuerda que el séptimo arte continúa manteniendo su poder como denuncia política. Realizadores como Jafar Panahi o Saeed Roustaee, quienes estuvieron detrás de magníficos títulos como 'Tres caras' o 'La ley de Teherán', han estado en prisión por mostrar públicamente contra el régimen teocrático de los ayatolás en Irán. Entre ellos, está Mohammad Rasoulof, quien logró huir a Alemania tras ser condenado a ocho años de prisión, además de enfrentarse al embargo de sus bienes y a la flagelación.

Escena de 'La semilla de la higuera sagrada'
Escena de 'La semilla de la higuera sagrada' (BTeam Pictures)

Se trataba de la condena más dura a la que se iba a enfrentar el cineasta, quien ya tenía varias penas de cárcel y la prohibición de trabajar y salir del país por ser una figura crítica con el régimen. Cuando en 2020, Rasoulof ganó el Oso de Oro del 70 Festival de Berlín por 'La vida de los demás', no pudo acudir ni a recoger el galardón ni tampoco a presentar su largometraje, dado que le había sido retirado su pasaporte.

4 años después, tras su huida a Alemania, pudo presentar en la Croisette del 77 Festival de Cannes su siguiente proyecto, 'La semilla de la higuera sagrada'. No fue nada sencillo. No sólo ejemplificaba la lucha por la democracia, los derechos de las mujeres y justicia para los presos políticos en su país, sino que mostraba las fotografías de dos de los protagonistas que no pudieron acudir por estar atrapados en el país de Oriente Próximo.

Escena de 'La semilla de la higuera sagrada'
Escena de 'La semilla de la higuera sagrada' (BTeam Pictures)

Más allá de la carga simbólica, el Premio Especial del Jurado del certamen representa también que se está ante una de las obras maestras de este pasado 2024 (y que bien merece estar en las listas de 2025 cuando el año llegue a su fin).

El parásito que extermina al huésped

Su propio título, en forma de metáfora, da pie a lo que Rasoulof denuncia en su proyecto: "La ficus religiosa es una planta con un ciclo vital poco habitual. Sus semillas, contenidas en excrementos de aves, caen sobre otros árboles. Las raíces aéreas brotan y crecen hasta el suelo. Entonces, las ramas envuelven al árbol huésped y lo estrangulan. Finalmente, la higuera sagrada se sostiene por sí misma".

Escena de 'La semilla de la higuera sagrada'
Escena de 'La semilla de la higuera sagrada' (BTeam Pictures)

Tremendamente significativa para la tradición budista, dado que la leyenda narra que Siddhartha Gautama alcanzó el nirvana (convirtiéndose así en el Buda número 28), después de haber estado meditando bajo un árbol de esta especie, su referencia hace referencia a la fe como objetivo máximo y su paradójico camino, de cómo la planta debe destruir a otra para poder erigirse.

Un simbolismo que cobra otro sentido en este largometraje, que narra el descenso a los infiernos de Iman, un abogado devoto y honesto que es elevado a juez por el Tribunal Revolucionario de Irán y que debe dictar sentencia tras las protestas políticas a nivel nacional contra el gobierno autoritario tras el asesinato de la joven Mahsa Amini, quien murió tras ser torturada brutalmente por la policía religiosa islámica por no usar el hiyab correctamente.

Escena de 'La semilla de la higuera sagrada'
Escena de 'La semilla de la higuera sagrada' (BTeam Pictures)

El arte como alegato por la democracia

A través de la ficción, el cineasta narra cómo la honradez del hombre se ve manchada tras su ascenso y de cómo su familia se le termina de volver totalmente en contra en un ejemplo de profecía autocumplida. Rasoulof hace una metáfora de la familia como exposición de la sociedad, en la que las mujeres se han convertido en el baluarte de la defensa de la democracia, siendo ellas las principales afectadas de la opresión que se viven en el régimen teocrático. La manera en la que lo denuncia es frontal, directa, combinando secuencias de ficción con protestas reales.

Rasoulof deja en evidencia a un régimen que vive ajeno a la realidad en un drama familiar que termina derivando en un sobrecogedor thriller en el que los instintos humanos terminan saliendo a la luz y de cómo la represión termina emponzoñando hasta los lazos más íntimos, como pueden ser los familiares.

La cinta es un alegato político sólido y comprometido. Rasoulof realiza una excepcional parábola en el que la indignación se muestra a través de la paranoia de un estado capaz de oprimir hasta la más mínima exhalación. Un largometraje con el que el cineasta termina encumbrándose como uno de los más relevantes del cine persa contemporáneo.

9
Lo mejor: Su alegato político demuestra el poder del arte como movimiento capaz de defender la democracia en tiempos adversos.
Lo peor: Buscar mayor sutileza ante un film que ha llevado a su director a prisión.
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