El 25 de septiembre de 2015, los 193 líderes de los países miembros de la ONU firmaron un acuerdo popularmente llamado Agenda 2030, que consiste en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una iniciativa con 17 objetivos y 169 metas, que buscan luchar contra el cambio climático, combatir la desigualdad económica, fomentar el consumo sostenible, buscar la paz y la justicia. Con el lema "Transformar nuestro mundo", en plan entró en vigor el 1 de enero de 2016. Bajo esa premisa, se inspira Cristina Linares para dirigir 'Semillas de alegría', en la que reivindica los derechos de los niños dentro de esta Agenda 2030.
La película relata tres realidades, la de los niños de una pequeña comunidad ubicada en la costa de Colombia, en la que vive Jhon con su familia; de Miguel un pequeño angoleño que se ha subido a un árbol a modo de protesta para pedir que su hermano enfermo se cure, y las Isabel y Diego, dos chavales en España que intentan ayudar a sus familias. Tres continentes, tres países, tres situaciones en las que los niños buscan la felicidad pese a vivir en condiciones adversas.
Un filme con compromiso social
La primera cinta de Cristina Linares transmite autenticidad y compromiso social. Su objetivo es ofrecer un trabajo didáctico, como también concienciar al público. Con lo cual, su labor divulgativa prima, lo que hace que carezca de ambición cinematográfica, en la línea de documentales como 'Lucha de gigantes' o 'Camino a la escuela'. No obstante, conviene recordar que 'Semillas de alegría' es una propuesta de ficción, que tiene de base situaciones reales, no es un documental.
Eso sí, Linares combina actores profesionales con amateurs, logrando transmitir sensación de autenticidad. Además, la directora tiene muy claro su mensaje de denuncia social, poniendo el foco en los peligros de la especulación inmobiliaria en la costa colombiana, la dura realidad sanitaria en Angola o los efectos de la crisis económica en España, que aún siguen coleando.
De fuerte carácter divulgativo
Linares educa y advierte de la situación de riesgo que viven los niños protagonistas de las tres historias, cuyo único nexo es la grave situación de exclusión en la que viven, evidenciando la necesidad de educar y que son los niños la esperanza para un mundo mejor. Lejos de crear un relato edulcorado o naíf, Linares, con guion de Manuel Serrano, configura un filme esperanzador por consciente de la actualidad.
El resultado final es que 'Semillas de alegría' es un filme de divulgación, comprometido con la realidad, que viene también a recordar que la Agenda 2030 no ha sido cubierta debidamente por los medios de comunicación, más preocupados por polémicas a corto plazo, que se han limitado a ofrecer teletipos de agencia sobre un plan que no solo debería ser más visible, sino que debería contar con mayor apoyo gubernamental.
Nota: 7
Lo mejor: Su compromiso con la infancia y su ejercicio de divulgación sobre la Agenda 2030.
Lo peor: No tiene la ambición de directores como los Dardenne, Ken Loach o Víctor Gaviria.