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CRÍTICA

'Shin Godzilla': La bestia y la burocracia

Hideaki Anno, creador de 'Neon Genesis Evangelion', dirige 'Shin Godzilla', eficaz reboot de la franquicia de la mítica bestia japonesa que fue presentado en el 49º Festival de Sitges.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 20 de Enero 2017 | 11:03
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Sin duda, Godzilla es uno de las figuras más representativas del cine japonés, de hecho es todo un icono internacional, uno de los pocos personajes nipones que tiene su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, ahora llega el tercer reboot de la franquicia y también la que es la 31ª película protagonizada por este monstruo gigante: 'Shin Godzilla', que pudo verse en el 49º Festival de Cine Fantástico de Sitges y que se convierte en la tercera cinta del Sitges Tour A Contracorriente.

Shin Godzilla

Una misteriosa criatura surge de las profundidades del mar. Japón se convierte en un auténtico caos cuando ese monstruo sale de las aguas para abrirse paso destruyendo todo lo que se encuentra en su camino. La extraña criatura empieza a crecer, convirtiéndose en un monstruo parecido a un lagarto que mide más de 110 metros de altura y causando el horror allá por donde pasa y con Tokio como principal destino. La bestia, de nombre Godzilla, provocará divisiones y discusiones en el gobierno japonés, que se ve incapaz de actuar con rapidez para derribar al monstruo.

Godzilla vuelve a causar el terror

En 1954 se estrenaba 'Godzilla. Japón bajo el terror del monstruo', la primera película del mítico monstruo, en ella se mostraba el miedo del pueblo japonés a los peligros de la energía atómica, también servía para canalizar el horror sufrido tras haber sido víctimas del ataque de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. Todo quedaba mostrado en un monstruo gigante que sólo dejaba destrucción y desolación a su paso. Esa esencia, renovada y actualizada a los problemas actuales, regresa con 'Shin Godzilla', la bestia regresa con su tercer reboot, un auténtico retorno, puesto que la versión japonesa es completamente diferente a cualquier remake visto por parte de Estados Unidos, como también de las últimas producciones que Toho estrenó del monstruo a inicios de este siglo.

Shin Godzilla

'Shin Godzilla' cambia sus preocupaciones al centrarse en peligros de energía nuclear, pero esta vez con el desastre de Fukushima en la mente, como también el terremoto sufrido en 2011, el más devastador que se recuerda en los últimos tiempos. Sin embargo, aunque la película tenga sus dosis de catástrofe y destrucción, lo que impera en la cinta son los diálogos del gobierno, convirtiendo al filme en un ácida crítica a la burocracia gubernamental que provoca que 'Shin Godzilla' sea una sátira kafkiana en la que la destrucción se convierte en lo único que logra romper discusiones estériles sobre lo que se debe hacer con la criatura, y que provocan que el país quede más destrozado al no haber un razonamiento rápido. También se muestra la gran dependencia que tiene Japón respecto a Estados Unidos, siendo este parte culpable de la aparición del monstruo.

Crítica a la excesiva burocracia del gobierno

En ese sentido, la cinta gana mucho al tener diálogos que mantienen la tensión y dosifican las dosis de acción, que están centradas sólo en el ataque destructor de la criatura. Por otro lado, dichas escenas van in crescendo, siendo las primeras un homenaje a la cinta japonesa original, puesto que los efectos visuales se notan a propósito. Además, aquí es donde se ve la maestría de Hideaki Anno, el creador de 'Neon Genesis Evangelion' trae el espíritu destructor de los Ángeles de la icónica serie, a su lado Shinji Higuchi, cuya experiencia en la dirección de las cintas en imagen real de 'Ataque a los titanes' dota al filme de un mayor espectáculo.

Shin Godzilla

'Shin Godzilla' es un robusto regreso del monstruo al cine japonés. Una vuelta que, afortunadamente, se podrá disfrutar en salas españolas, aunque carezca de la recaudación de su contraparte estadounidense. Pese a ello, la cinta es un verdadero espectáculo, con sus dosis de crítica social y política. Vuelve la bestia en forma de cine autoral. Magnífica.

Nota: 7

Lo mejor: Sus diálogos políticos y la sátira gubernamental que Hideaki Anno retrata.

Lo peor: Sus efectivos visuales iniciales, que aunque sean un homenaje a la cinta original, le restan credibilidad.