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CRÍTICA

'Siempre juntos (Benzinho)': El calor maternal

Crítica de 'Siempre juntos (Benzinho)', dirigida y coescrita por Gustavo Pizzi. Protagonizada por Karine Teles, Otávio Muller y Konstantinos Sarris. Mejor película iberoamericana en el 21º Festival de Málaga.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 3 de Agosto 2018 | 09:35
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El cine brasileño continúa ofreciendo una serie de películas de increíble calidad que van mostrando aspectos diferentes de su sociedad, más cercanos al costumbrismo. Últimamente, desde el país sudamericano están llegando una serie de títulos protagonizados por mujeres con un retrato muy cercano a la realidad, poco visto no solo en la industria iberoamericana, sino en la internacional en sí. Un nuevo ejemplo de ello es 'Siempre juntos (Benzinho)', segundo largometraje de ficción de Gustavo Pizzi, que es también su segunda colaboración como guionista junto con la actriz Karine Teles, que protagoniza la película, una de las sensaciones de la 21ª edición del Festival de Málaga, en la que logró el premio al mejor filme iberoamericano y el premio Feroz de la crítica.

Siempre juntos

Irene es ama de casa, vive con su marido Klaus y sus cuatro hijos en una casa a las afueras de Petrópolis. Su marido tiene una pequeña papelería algo desvencijada, su hijo mayor, Fernando, juega al balonmano, mientras que el segundo, Alan, toca la tuba en la orquesta escolar, los dos gemelos, los más pequeños, aún van a la escuela y se dedican a disfrutar de su corta edad. Irene es una mujer fuerte, que nunca se ha dejado derribar por nada ni por nadie, siempre mirando hacia delante. También acoge a su hermana Sônia y y su sobrino, ya que han huido de casa debido a que ambos son víctimas de malos tratos. Sin embargo, la vida familiar se trastocará cuando a Fernando le fiche un equipo alemán de balonmano y deba poner rumbo a Europa. En unos días, Irene verá cómo su realidad se trastoca, llevando como buenamente puede que su hijo mayor, su ojito derecho, abandone el nido.

El retrato social de la madre

Pizzi y Teles firman un guion completamente diferente al de su anterior colaboración, 'Riscado'. Eso sí, ambos tienen en común el mostrar un retrato muy personal de una protagonista femenina. Ambos, que fueron pareja sentimental, se compenetran muy bien para ofrecer un retrato familiar que emana realidad en cada una de sus escenas. El público se convierte en testigo del día a día de una familia brasileña de clase medio-baja. Ambos aprovechan, con pequeños detalles, para enseñar una realidad que no es, para nada, ajena a muchas familias de Río de Janeiro. La familia vive en una casa que se casa pero que resiste, vieja y con grietas, pero con cimientos fuertes, una metáfora sobre la propia familia que se muestra en la cinta.

Siempre juntos

Aunque la realidad familiar sea increíblemente real, quizás también una analogía de la situación colectiva de Brasil, es la figura de la madre en la que está la principal fuerza. Un personaje femenino excepcional, ya que plasma la realidad de muchas madres, amas de casa, esposas y mujeres sudamericanas. Una mujer de carácter fuerte pero que llora, padece y se derrumba, como todo el mundo, y, como todo el mundo, coge fuerzas para levantarse de nuevo y seguir mirando hacia delante. El cuadro no es estéticamente atractivo pero evoca humanidad, humildad, carisma y una reivindicación justa del papel de la madre, de la matriarca iberoamericana.

Uno de los mejores trabajos de Karine Teles

En ese retrato, Karine Teles tiene un peso innegable, ella es Irene. La actriz parece resarcirse del frío retrato maternal que mostró en 'Una segunda madre' para mostrar la otra cara de la moneda. Magnífico acierto, llegando a parecer, por momento, que no es una actriz, sino una mujer retratada en un documental. Imperfecta, poderosa, insegura, valiente, maternal, trabajadora. No es una imagen de una persona fuera de lo común, ahí reside justamente su fortaleza, es el retrato de muchas madres sudamericanas que deben lidiar con una economía inestable, con un marido excesivamente soñador, lleno de buenas intenciones pero nulo como emprendedor, con unos hijos que crecen y hacen su vida. Un retrato real, pocas veces visto y, justamente por ello, se convierte en un elemento necesario para ver en cines. También aborda, aunque de forma más secundaria, la violencia machista a la que se enfrenta la mujer brasileña, en la imagen de Sônia, la hermana a la que acoge Irene.

Siempre juntos

'Siempre juntos (Benzinho)' muestra la felicidad en la vida cotidiana, sin grandes lujos, subsistiendo pero disfrutando de cada momento que otorga la propia vida. Eso sí, en su retrato no ha empalagos, finales felices, imágenes maniqueas, sino la vida misma. Con momentos de alegría, momentos de tristeza, momentos de realidad. Además, muestra un retrato femenino que recuerda, justamente, al de otras películas brasileñas recientes como la ya nombrada 'Una segunda madre' y 'Doña Clara', retratos llenos de humanidad y alejados de clichés o pasión literaria. Magnífica, sin duda, uno de los mejores estrenos que se puede ver en este 2018.

Nota: 8

Lo mejor: El retrato de la madre como piedra angular de la familia y Karine Teles, que está espectacular.

Lo peor: Es de esas películas que "no cuentan nada", no está hecha para aquellos que busquen tramas complejas o trascendentales.