Una de las características de la comedia británica es su habilidad para el humor negro mezclado con la acción o con situaciones apocalípticas, ejemplo de ello es la Trilogía del Cornetto de Edgar Wright. Como regalo de Navidad, la debutante Camille Griffin ofrece una cena de Nochebuena con el fin del mundo como postre. 'Silent Night' busca ser una vuelta de tuerca a las producciones apocalípticas, la cual busca ser la propuesta sui generis de estas fiestas.
El principal problema que tiene 'Silent Night' es que Griffin, la cual dirige y escriba la cinta, no sabe crear un ambiente de comedia como sí lo supieron hacer Wright, Guy Ritchie o Matthew Vaughn, el cual produce la película. Inicialmente, parece más bien una comedia ligera navideña, de esas que son dignas producciones de Hallmark y que en España son emitidas en la sobremesa de canales privados o en plataformas en streaming. Sus chistes carecen de gracia y las situaciones fuera de lugar parecen, precisamente, eso. Con lo cual, ya se comienza mal, pues no hay rastro alguno de ese humor tan propio del cine británico, con el toque maliciosamente divertido que sí pudo verse en 'Bienvenidos al fin del mundo' o la primera entrega de la saga 'Kingsman'.
Por otro lado, la forma en la que irrumpe el fin del mundo en la cena parece improvisada, como si a Griffin se le hubiera olvidado nombrarla; además de que la causa para el desastre sea poco creíble. Ahí también está el problema, pues Griffin parece no haber querido tener en cuenta la realidad actual, en la que una pandemia ha provocado que el mundo esté viviendo una terrible pesadilla. Tampoco ayuda que llegue a la cartelera coincidiendo con 'No mires arriba', con la que Adam McKay sí sabía combinar sátira con una trama apocalíptica mucho más creíble (y política).
El apocalipsis más absurdo para celebrar la Navidad
Griffin juega a narrar el fin del mundo queriendo hacer humor pero con una atmósfera cercana a la 'Melancolía' de Lars von Trier y aderezada con los melodramas típicos de reencuentros de amigos de toda la vida. El resultado es un mal combinando, como cuando esos viejos conocidos se han tomado varias copas de más y llega una resaca terrible dado que ya no están en edad de beber tales cantidades de alcohol. Por otro lado, no habla muy bien de la película que en su apartado interpretativo solo destaque el joven Roman Griffin Davis, hijo de la cineasta y conocido por su papel protagónico en 'Jojo Rabbit', a pesar de contar con un extenso reparto, liderado por dos primeras espadas que son Keira Knightley y Mathew Goode.
'Silent Night' acaba siendo una propuesta absurda, en el peor de los significados. No funciona como comedia negra, ni como drama apocalíptico ni tampoco como melodrama de reencuentro de amistades a lo 'Los amigos de Peter'. Parece que, de momento, el fin del mundo no parece ser el regalo ideal para disfrutar de las Navidades desde una perspectiva distinta a la habitual de estas fiestas.
Nota: 4
Lo mejor: Roman Griffin Davis sigue demostrando ser una gran promesa tras 'Jojo Rabbit'.
Lo peor: Que termina siendo un completo sinsentido en el cual no hay ni pizca de ese humor negro que tanto prodigaba su promoción.