Tras realizar con éxito 'La vida en rosa', en la que exploró la vida y obra de la icónica cantante Édith Piaf; Olivier Dahan siguió ahondando en la biografía de grandes personajes históricos femeninos con la fallida 'Grace de Mónaco', en la que Nicole Kidman intentó meterse en la piel de ese otro gran icono que fue Grace Kelly. Muchos años después, con el tiempo suficiente para que el proyecto cobre forma y fuerza, el cineasta opta por el retrato cinematográfico de una mujer de Estado, que defiende los derechos de las mujeres, la dignidad humana y que lucho por velar por los valores europeos. Se está hablando de Simone Veil, con 'Simone, la mujer del siglo'.
'Simone, la mujer del siglo' sigue una estructura similar a la que tuvo 'La vida en rosa'. Dahan opta por utilizar las convenciones más clásicas del biopic, aquel que busca abarcar la vida de una figura histórica desde su infancia hasta su muerte. Ya lo hizo con la Édith Piaf de Marion Cotillard y lo repite con la Simone Veil de Elsa Zylberstein. Eso sí, Dahan, quien también firma el guion, opta por dejar el film justo cuando la magistrada está escribiendo sus memorias, lo que logra que los momentos relacionados con el presente fluyan y conversen con los recuerdos del pasado, sirviendo también como hilo conductor de los distintos momentos históricos que vivió la política.
Veil es conocida, a nivel internacional, por haber despenalizado el aborto en 1975, durante su etapa como ministra de Sanidad en el gobierno de Valéry Giscard d'Estaing; como también por haber sido la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo de Estrasburgo, desde 1979 hasta 1982; además de miembro de la Academia Francesa desde 2008, donde ocupó el asiento número 13. Sin mencionar que, debido a su origen judío, vivió la persecución nazi, siendo ella y su familia llevada a campos de concentración tras la invasión de Alemania a Francia y convirtiéndose, junto con sus hermanas, en supervivientes de la Shoá.
Todos esos logros, Dahan los busca mostrar. Lo hace de manera desordenada, gracias a que el film es un baúl de recuerdos que se muestran en pantalla según conveniencia del hilo narrativo principal, que son las escrituras de las memorias en el ocaso de su vida. Esto le da mayor libertad al guion, que puede sacar a relucir los logros de una mujer de carácter, quien nunca se dejó amedrentar. El realizador tampoco duda en plasmar al machismo más rancio, aquel que se permitía insultarla y denigrarla en el Parlamento por el solo hecho de ser mujer; así como la fuerza de voluntad que tuvo que aguantar al enfrentarse a la extrema derecha del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen.
Un esmerado retrato de una mujer que hizo historia
Dahan convierte su propuesta en un logrado retrato poliédrico de Simone Veil. Logra sintetizar los momentos más importantes de su vida, gracias a esa libertad que le da el visitar cada instante según a placer. Eso sí, la cinta no hubiera llegado a buen puerto sin la interpretación de Elsa Zylberstein, quien ofrece una de las mejores interpretaciones de su carrera, al ser la más solemne y la más compleja que se le ha visto, al menos con un papel protagónico. Ella sabe transmitir el alma de Veil. No está sola, el film cuenta con principales figuras del cine en francés, como el belga Olivier Gourmet, Élodie Bouchez, Judith Chemla o Sylvie Testud.
La cinta también sabe contar con un reparto joven de prestigio, al contar con Mathieu Spinosi; pero, sobre todo, con Rebecca Marder, de la Comédie Française, en el papel de la Simone Veil joven, la que tuvo que sobrevivir en los campos de concentración, la que tuvo el valor de estudiar en la universidad, la que tuvo que enfrentarse a sus compañeros varones por querer ser magistrada, la que tuvo que vivir más desgracias tras la Shoá, al sufrir la prematura muerte de su hermana en un accidente de tráfico. Zylberstein está magnífica como Simone Veil, pero no hubiera podido retratarla tan bien si no hubiera estado Marder plasmando sus años de juventud.
Junto con un apartado técnico magnífico, su diseño de producción es magnífico (obra de Daniel Erdei, Joëlle Aoun y Zoltán Gelsi), como su fotografía (con Manuel Dacosse como director); 'Simone, la mujer del siglo' es el regreso por todo lo alto de Dahan, quien logra resarcirse con el retrato de una mujer que hizo historia y cuya influencia sigue presente tanto en la sociedad y política francesa como europea. Un sentido homenaje.
Nota: 8
Lo mejor: La interpretación de Elsa Zylberstein.
Lo peor: La sensación de que Dahan quiere abarcar mucho.