Un tipo de producción que suele atraer al público son las películas o series inspiradas en hechos reales, especialmente aquellas que narran parte de la crónica negra de un país. El exponente más evidente son las famosas 'True Crime', que ha encumbrado a la producción documental, acercando al público masivamente el poder narrativo de la no-ficción. No obstante, ese no es el caso de 'Sin aliento', largometraje distribuido por Netflix que parte una terrible tragedia real para reconvertirla en una propuesta de ficción cuya libertad creativa le permite retratar el lado más ponzoñoso de las relaciones sentimentales.
Debut en la industria audiovisual francesa del estadounidense David M. Rosenthal, puede decirse que 'Sin aliento' es el trabajo más notable del realizador, el cual en los últimos años se había especializado en producciones de bajo coste y serie B y quien ya había colaborado con Netflix con 'El final de todo'. A pesar de estar pensada para estrenarse exclusivamente en la plataforma en streaming, los hermosos escenarios naturales y marinos ofrecen un deleite visual que invita a dejarse llevar por la vocación submarina de sus protagonistas.
Su cuidado estético ayuda a entrar de lleno en la historia, inspirada en la buceadora y apneísta francesa Audrey Mestre, quien falleció trágicamente en 2002 a la edad de 28 años, tras ahogarse cuando buscaba romper el récord de apnea femenina al sumergirse a una profundidad de 171 metros en la costa de la República Dominicana. Dado que siempre hubo dudas del motivo del error humano que le llevó a la muerte, el filme, con guion del propio Rosenthal, aprovecha para crear un thriller en el que los pequeños detalles cuentan y que estos pueden disfrazar un asesinato en forma de accidente.
Desde esa hipótesis, 'Sin aliento' narra cómo se forja una relación tóxica, entre la protagonista, una joven universitaria que descubre su vocación por el buceo y su instructor, una celebridad de la disciplina deportiva y que ve cómo su fama va llegando al ocaso en beneficio de su novia, el nuevo talento a descubrir, el diamante en bruto. Aquí, Rosenthal tenía una oportunidad de oro para retratar el perfil del hombre maltratador, el cual no muestra sus cartas hasta que tiene asegurada la baraja y en cómo camela a su víctima cual encantador de serpientes.
Un thriller que funciona gracias a la química de sus protagonistas
Sin embargo, Rosenthal no ahonda del todo en el carácter tóxico de la relación, la cual tarda en mostrarse, y peca de recrearse en los bellos escenarios naturales y en apacibles escenas submarinas que otro cineasta hubiera aprovechado para narrar cómo algo tan pasional puede tornarse en un territorio hostil y peligroso. A ello se suma que introduce una serie de secuencias con fuertes tintes eróticos que no aportan nada a la trama y que afectan negativamente al resultado final, pues parecen descartes de la trilogía '365 días', la infame apuesta erótica de Netflix. En ese sentido, Rosenthal comete los mismos errores que 'El hombre ideal', aquel en el que ya narró un thriller con un turbio triángulo amoroso.
A pesar de ello, 'Sin aliento' es un largometraje con resultados suficientes como para alabarlo. Destaca especialmente sus protagonistas, un triángulo amoroso hipnótico, que atrapa tanto por su atractivo como por su calidad interpretativa. Camille Rowe destaca como esa joven que, finalmente, decide marcar su propia senda en la vida; aunque quien sorprende es Sofiane Zermani. El cantante y actor nunca se había enfrentado a un papel tan opuesto a él y muestra su poder como bello tenebroso, con un estilo interpretativo que recuerda al de Pierre Niney en 'El hombre perfecto' o al de Pascal Elbé en 'El hijo del otro'. El tercero es discordia es César Domboy, el cual brilla en sus breves momentos de aparición y no hubiera estado de más darle una mayor presencia en pantalla.
'Sin aliento' es un correcto thriller. Cierto es que hubiera dado para mucho más en otras manos, pero eso no quita que sea un trabajo eficiente, que permite ver a Rosenthal más cerca de sus trabajos más independientes, al recordar a 'Janie Jones', la que era su propuesta más alabada hasta el momento. Una película que, eso sí, sabe mostrar los terribles tentáculos que existen detrás de las relaciones tóxicas y las manipulaciones sentimentales.
Nota: 6
Lo mejor: La química de sus actores protagonistas. La interpretación de Sofiane Zermani.
Lo peor: Se recrea demasiado en sus hermosos escenarios y tiene escenas innecesarios de sexo explícito que deslucen el resultado final.
