Tras la hipnótica 'Sonata para violonchelo' y la histórica 'Barcelona 1714', la cineasta tarraconense Anna Bofarull hace una especie de vuelta a los orígenes con 'Sinjar', presentada fuera de concurso en la 25ª edición del Festival de Málaga y en el BCN Film Fest, en el que narra tres historias fragmentadas protagonizadas por tres mujeres cuyas vidas quedan marcadas por la barbarie del Estado Islámico y que muestra cómo este crea una tela de araña que afecta de diversas formas y en todas, son las mujeres las principales afectadas.
'Sinjar' hace referencia a la ciudad y región kurda Sinyar, situada al noroeste de Irak, cerca de la frontera con Siria, en las montañas que dan nombre a la zona. El título también rememora la Masacre de Sinyar, la matanza y el secuestro genocidas de varones yazidíes por parte del ISIS en agosto de 2014. Precisamente, es la ciudad iraquí donde comienza este filme de tres historias, con las que Bofarull, quien firma también el guion, realiza un retrato poliédrico de las consecuencias del terrorismo islámico en Oriente Próximo y cómo afecta principalmente a las mujeres. El comienzo es frontal, al mostrar el horror que desató el ISIS en la zona, pues las secuencias las protagonizan dos de las mujeres que serán los personajes principales de la cinta, las cuales intentan huir del lugar junto con el padre de familia y el resto de hermanos.
Bofarull muestra cómo las mujeres se convierten en objetos de guerra, al ser esclavizadas, sometidas, violadas y despojadas de cualquier dignidad. Bofarull hace un alegato de denuncia, pues dos de sus relatos están relacionados, al narrar cómo la madre de esa familia ha terminado siendo sirvienta de un jefe del EI, mientras que sus hijos pequeños son convertidos a la fuerza al islam, y también al contar cómo la primogénita de la familia, Arjin, logra huir y decide alistarse en las milicias femeninas kurdas para liberar a su madre y hermanos de la barbarie del ISIS.
Dar voz y rostro a esas mujeres esclavizadas por la barbarie del ISIS
Estos dos relatos son contados de forma cruda, sin paliativos, pero también sin caer es manierismos. Bofarull muestra una sobriedad sublime, pues logra acercar el horror que viven estas mujeres al público con el objetivo de concienciar, de mirar más de cerca una guerra que parece lejana, pero que no lo es. Lo consigue gracias también a sus dos magníficas actrices, Halima Ílter brilla, pero quien deslumbra es la debutante Eman Eido, refugiada kurda en Turquía, quien, precisamente, vivió los horrores del ISIS en carne propia, siendo su personaje una manera de exorcizar el trauma. Por otro lado, el relato que de Arjin logra que se rememore el poderoso documental 'Comandante Arian', con el que Alba Sotorra retrató el día a día de estas mujeres milicianas que luchan por su libertad.
Por otro lado, Bofarull busca acercar más los peligros del yihadismo y cómo sus tentáculos pueden llegar a estar muy cerca. Esto lo muestra en el tercer relato, el único que no está vinculado directamente a los otros dos, solamente por temática. Protagonizada por una siempre magnífica Nora Navas, esta historia muestra cómo el yihadismo actúa cual peligrosa secta, al captar a jóvenes que viven un momento de flaqueza, como el caso del hijo del personaje de Navas, una enfermera viuda de Barcelona, la cual se queda perpleja cuando descubre que su vástago, convertido al islam, se enrolado en el ISIS y ha huido a Siria. Bofarull muestra cómo, allá por 2014, no había herramientas para evitar este tipo de captaciones y cómo los tentáculos de la barbarie tienen muchas formas. En ese sentido, este relato se acerca a la mirada que tenía Marie-Castille Mention-Schaar sobre este fenómeno, apenas abordado en la sociedad, en la estupenda 'Le ciel attendra'.
Bofarull regresa a sus raíces, pues 'Sinjar' está hermanada con sus primeros trabajos documentales, en especial con 'Hammada', en el que narró la realidad de un niño saharaui refugiado en Dajla. En este caso, lo hace con perspectiva femenina, poniendo en primera línea cómo en los conflictos armados, son las mujeres las principales afectadas. Sin duda, es el trabajo más notable de la cineasta catalana, cuyo compromiso social es real y concreto, recordando que el horror y la barbarie no están tan lejos y que los derechos, en especial los de las mujeres, deben protegerse cada día. Poderoso alegato que da voz y cara a todas esas víctimas del terror.
Nota: 7
Lo mejor: Permite acercar al público la historia de las milicianas kurdas que luchan por su libertad contra el ISIS.
Lo peor: Al final, termina padeciendo en el 'efecto Babel', pues la historia de Novas, aunque importante, se queda en tierra de nadie al no estar tan conectada con los otros dos relatos.