Aunque quede un largo camino hacia la igualdad en el cine, bien es cierto que la industria audiovisual francesa ha sido una de las más prolíficas en cuestión de mujeres cineastas, con figuras veteranas y reconocidas como Catherine Corsini, Céline Sciamma, Lisa Azuelos, Claire Denis o Anne Fontaine; así como también con directoras jóvenes como Justine Triet, Jeanne Herry, Houda Benyamina, Audrey Diwan o Mati Diop. Siguiendo esta estela, llega la ópera prima de Charlène Favier, 'Slalom', la cual obtuvo el sello de la Selección Oficial del Festival de Cannes 2020, estuvo en la sección Punto de Encuentro de la 65 SEMINCI de Valladolid y ha sido candidata a dos Premios César.
Para su ópera prima, Favier, quien también firma el guion, trae un drama personal que vivió en su adolescencia, pues la cineasta esquió de forma profesional hasta los 16 años. La directora retrata los abusos sexuales en el mundo del deporte. Sin embargo, lejos de hacer un alegato colectivo, se fija en los detalles, en cómo se entra en un juego de dominación y manipulación, haciendo un retrato fehaciente del delito de estupro.
Desgarrador a la par que certero, Favier va tejiendo una tela de araña en la que se muestra cómo su protagonista, una adolescente de 15 años cuyo deseo es convertirse en esquiadora olímpica, va cayendo en las redes de su entrenador, un hombre cercano a la cuarentena, cuya frustración por no haber llegado a la cima del esquí le ha empujado a canalizarlo a través del entrenamiento en jóvenes promesas. Sin entrar en juicios de valor, Favier plasma cómo la joven, en plena pubertad, busca la atención de su mentor.
Un debut sólido que sabe poner el foco en su denuncia social
Sin embargo, aquí Favier, de forma sutil pero directa, plasma cómo la joven, debido a su edad, no sabe gestionar este tipo de atracción, siendo labor del adulto poner el límite. Es ahí donde radica la denuncia de la directora, en cómo el adulto viola la voluntad de la protagonista, provocando que las ilusiones de una adolescente por ser olímpica se conviertan en su peor pesadilla, mostrando lo complicado que le resulta a sí misma enfrentarse a una situación desoladora. Es interesante también cómo el título del filme, 'Slalom', puede ser una metáfora a los propios obstáculos a los que debe enfrentarse la protagonista en este descenso a los infiernos.
Favier realiza así un retrato profundo de los abusos sexuales y el estupro, en el que el agresor sabe disfrazar sus pulsiones y la víctima vive atrapada en una culpabilidad que a la que no sabe (o no quiere) ponerle etiqueta. Toca aplaudir la sublime interpretación de Noée Abita, la cual transmite esa frustración y esos miedos que vive su personaje, Lys. La artista tiene una manera de trabajar que recuerda a la de Sidney Flanigan en 'Nunca, casi nunca, a veces, siempre', lo que hermana al cine de Favier con el de Eliza Hittman, especialmente en lo referente a tener protagonistas jóvenes que viven vidas paralelas, alejadas de la mirada parental.
'Slalom' parece heredera del cine de los Dardenne. Favier muestra una forma sublime de dirigir, dura y cruda como el invierno en los Alpes franceses pero tremendamente directa y humana, como 'El niño ' o 'El silencio de Lorna' (además de contar con Jérémie Rénier, uno de los actores fetiche de los cineastas belgas). Un acercamiento concreto sobre los abusos sexuales en el deporte, cuyo mensaje es universal. Un debut sólido de una cineasta que aspira a tomar el relevo de los veteranos del cine social.
Nota: 8
Lo mejor: La sutileza a la hora de plasmar las situaciones de abuso. La interpretación de Noée Abita.
Lo peor: Verla desde una óptica maniquea.
