"No se trata del dinero, no se trata del poder. Esto es solo cuestión de principios". Son palabras que pronuncia Edward Snowden, representado por Joseph Gordon-Levitt, en su habitación de hotel en Hong Kong. Aquel fue el lugar que eligió para sacar a la luz el escándalo de espionaje masivo que saltó a los medios de todo el mundo, y junto a él estuvieron Glenn Greenwald, periodista americano de The Guardian interpretado por Zachary Quinto, Ewen MacAskill, periodista británico interpretado por Tom Wilkinson, también de The Guardian, y Laura Poitras, encarnada por Melissa Leo, que se encargaría de elaborar el documental 'Citizenfour' donde, con el propio Snowden filmado, se narran con detalle los hechos denunciados y todo lo que le supuso después al informante.
Mientras el centro del argumento se encuentra en el Hotel Mine de Hong Kong, una serie de flashbacks nos envían a los momentos que fueron marcando poco a poco el presente de Edward Snowden. Todo comienza en el año 2004, cuando decide alistarse en el Ejército por un fuerte sentimiento patriótico en su juventud. Sin embargo, no puede terminar su instrucción por su fragilidad física y aprovechó sus conocimientos informáticos (que él mismo admitió adquirir de forma autodidacta) para buscar trabajo dentro del Servicio de Inteligencia de los Estados Unidos. Se elevó como el mejor de su promoción sin mucho esfuerzo, y su nombre fue haciéndose poco a poco más conocido entre sus jefes.
Secretos oscuros que no se podían contar
De forma paralela, se puede ver el lado personal de Edward Snowden, que conoció a Lindsay Mills, interpretada por la 'Divergente' Shaylene Woodley. Ella se convirtió en su compañera sentimental tras conocerse a través de una página de Internet. En este lado personal se refleja cómo afecta el trabajo a su relación, que evoluciona con bastantes altibajos por culpa de los secretos que Snowden no podía revelar, y que sin embargo nublaban su mente hasta el colapso.
Conforme pasaba más tiempo en su trabajo, descubría cómo su propio país espiaba de forma masiva a ciudadanos de todo el mundo, fueran criminales o civiles sin ningún tipo de antecedente. También vio lo sencillo que es acceder a los micrófonos o webcams de cualquier ordenador, o cómo sus propios superiores sabían secretos que ni él mismo conocía de su pareja. Conocer tantas hechos inconfesables le acabó causando un estrés que le provocaría sufrir episodios epilépticos. Después de trabajar en distintas sedes de Estados Unidos, Suiza y Japón, tuvo en Hawaii su último destino, antes de destapar todo lo que vio durante aquellos años de trabajo al servicio de su país. Estando allí tomó la decisión de sacar todo a la luz, y se citaría con las personas que le hicieron compañía en el Hotel Mine de Hong Kong, llegando de nuevo al punto en el que comienza la película y se dirige hacia el desenlace, donde el breve pero emocionante cameo de Snowden da punto y final a una historia que merece ser conocida.
El reparto de 'Snowden' realiza un gran trabajo durante toda la película y ninguno de los actores desentona en el ritmo de la obra, aunque el papel de Nicolas Cage se convierte en algo tan testimonial como anecdótico; tanto es así que acabas olvidando a su personaje durante gran parte del filme. Sin embargo, durante su breve protagonismo, muestra una faceta interesante que conecta favorablemente con Gordon-Levitt. Así sucede también entre Snowden y Lindsay, cuyas discusiones son tan veraces en pantalla que muchos pueden sentirse identificados en tales dramas cotidianos.
La película, a pesar de sus 134 minutos de metraje y de tener un contenido principal un tanto espeso, tiene suficiente ritmo para obligar a mantener la atención en pantalla sin mirar al reloj a cada instante, escandalizar la impunidad existente para espiar a toda clase de ciudadanos, y emocionar en su recta final, cuando en plena exposición de ideales, el verdadero Edward Snowden cierra el filme tras la buena interpretación de Joseph Gordon-Levitt en el resto de la obra.
Oliver Stone, quien ya tiene una dilatada experiencia como director, y que además cuenta con otras cuestiones políticas (reales) en su currículum, saca a través de este filme una biografía de Edward Snowden apta para las masas. Sacrificando el entrar de forma detallada en los sucesos que Snowden saca a la luz, dramatiza los hechos de tal forma que sean llamativos para el público, mientras aporta la información necesaria para que todos los espectadores comprendan lo que movió a Snowden a hacer todo lo que hizo. Es por ello incoherente esperar que esta película tratase la historia como se hizo en 'Citizenfour': Oliver Stone busca que esta historia, menos difundida de lo que se cree, sea conocida por personas que no sabían nada del héroe que abandonó su vida para abrir los ojos a la sociedad. Todos conocen el escándalo de escuchas masivas estadounidense, pero no sucede lo mismo con el nombre de Edward Snowden.
Nota: 8
Lo mejor: El valor de una historia real que será conocida por primera vez por muchas personas.
Lo peor: Esto causa que la trama central no sea demasiado profunda en detrimento de escenas más llamativas.