Probablemente todavía no habías nacido. Una gran parte de los fans de 'Star Wars' nacieron después del estreno de la última entrega de la trilogía original, como es mi caso, y, sin embargo, esas películas de galaxias remotas, de romances ingenuos, villanos imponentes, androides e inclasificables bichos peludos de dos metros, guardan un vínculo especial con nosotros, y en cierto modo son una parte indivisible de nuestra formación cultural. Para muchos, 'Star Wars' probablemente sea la definición misma de 'aventura'. En 1983 se estrenaba 'Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi' dejando a los seguidores de la saga una agradable sensación de plenitud, posiblemente desconocedores de que hoy, treinta y dos años después, tú estarías esperando con incontenible emoción la llegada del siguiente capítulo de la historia. 'Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza' retomará la narración allá donde quedó supendida hace tanto tiempo, y nos devolverá a los personajes que la hicieron mítica.
En la edición de los premios Oscar de 1984 'Star Wars: Episodio VI- El retorno del Jedi' estaba nominada en cinco categorías (todas técnicas), entre ellas la de mejores efectos especiales, que terminó otorgándole la estatuilla. Muy probablemente la nueva película orquestada por J.J. Abrams acabe repitiendo una actuación similar en los premios más famosos de Hollywood, y me atrevería a aventurar que incluso recibirá una nominación a mejor película. La película fundacional, aquella pionera 'Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza', ya compitió en esta categoría, aunque terminó siendo derrotada por 'Annie Hall'. En un año de cine dominado por la nostalgia como el que acabamos de vivir, con reboots y remakes que replantean clásicos de una época recordada con idolatría, no parece una idea tan descabellada.
Por aquel entonces las aspiraciones de George Lucas quizá no se correspodían con lograr reconocimiento. Sus películas no lo necesitaban, pues ya habían alcanzado ese estatus de obras inmortales, ajenas a las modas o al paso del tiempo. Su interés residía en cerrar dignamente la trilogía, al tiempo que dejaba abiertas varias vías por las que su universo podría expandirse en un infinito número de secuelas. La trama retomaba las aventuras de Luke Skywalker, la princesa Leia, Han Solo y el resto de integrantes de la resistencia rebelde en su lucha contra el malvado imperio. La narración arranca en Tatooine, donde Han Solo duerme su sueño de carbonita en la guarida de Jabba el Hutt. Sus compañeros se infiltrarán tras sus muros para rescatarlo del peligroso gangster espacial, tarea para la cual la ayuda del Jedi Skywalker será vital. Una vez Han Solo ha sido liberado el equipo pondrá rumbo a la luna Endor donde, junto a la ayuda de los Ewoks, presentarán batalla contra las fuerzas del imperio. Mientras tanto, en la entrañas derruidas pero aun letales de la estrella de la muerte, Luke se enfrentará al poder oscuro del Emperador, al tiempo que trata de liberar a su padre del yugo del lado oscuro de la fuerza.
Un desenlace digno
Hablo de George Lucas como autor de la película porque como bien es sabido él mismo supervisó el proceso de producción de las tres películas originales, si bien tan solo dirigió la primera. El director de este episodio fue Richard Marquand, que para bien o para mal, y a pesar de tener una filmografía relativamente abultada, tan solo ha pasado a la historia del cine por su contribución a la saga 'Star Wars', la cual popularmente es una de las peor consideradas. Este acuerdo mayoritario resulta fácilmente comprensible en cuanto a que, efectivamente, comparada con sus compañeras, 'Star Wars: Episodio VI' supone un ligero declive en la calidad de la saga. Lo cual no quiere decir que la cinta sea mala en absoluto, pero después del listón tan alto dejado por 'Star Wars: Episodio V - El imperio contraataca' el resultado tiene un ligero regusto a decepción.
La película muy inteligentemente se apoya en aquellos elementos que hicieron a sus antecesoras funcionar tan bien: una trama tremendamente simple, de estructura casi esquemática, unos personajes igualmente sencillos, pero de gran personalidad y construcción genuina, una fusión de géneros absolutamente armónica y la construcción de un universo increiblemente realista gracias a unos efectos visuales que aun hoy resultan deslumbrantes.
Dónde esta entrega tropieza es en la sensación que abruma al espectador de que todo lo que se ve en pantalla resulta familiar, de que aquí los responsables están más preocupados por asombrarnos con la magia de sus efectos especiales que por ofrecernos una buena historia, del modo en que lo hicieron las anteriores. La película adolece además de un pronunciado viraje hacia un tipo de cine más infantil, con esos Ewoks, que ciertamente resultan entrañables, pero también un poco cargantes.
En resumen, 'Star Wars: Episodio VI - El retorno del Jedi' no es la peor entrega de la saga, pero sí uno de sus más bajos exponentes. La magia que hizo grande a la franquicia creada por George Lucas está presente aquí, y es innegable la capacidad de entretenimiento de la película, pero de algún modo el espectador no experimenta la misma emoción que sentía con el fantástico episodio IV o con el ya antológico episodio V.