Ya lo dijo el poeta latino Horacio: "Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá". La película de Matteo Garrone, 'Gomorra', marcó un antes y un después en la forma de tratar a la mafia y la corrupción italianas. Pronto vinieron propuestas mordaces, crudas y directas sobre esa oscura realidad como 'Calabria' o series como 'Roma criminal' o la serie de 'Gomorra'. De estas dos últimas proviene el realizador Stefano Sollima, que presenta ahora 'Suburra', nominada a cinco premios David di Donatello.
Noviembre de 2011, días previos a la renuncia del Papa como Sumo Pontífice. En medio de ellos está el Parlamento italiano a punto de disolverse, con un gobierno que va a la deriva. Roma se ha convertido en un lugar de políticos corruptos, mafiosos y dudosas figuras eclesiásticas. Todos ellos están conectados por un gran proyecto inmobiliario a las afueras de la capital, en la costa de Ostia. Se trata de un ambicioso plan para crear Las Vegas en Europa, un proyecto en el que todas las partes tendrán que ponerse de acuerdo pero en el que también todos querrán llevarse una recompensa extra.
Thriller dividido en episodios
El filme va a caballo entre el ritmo de un largometraje y en el de una serie. En ese sentido, se puede apreciar que la cinta está coproducida por Netflix y que sirve más como impulso de la serie que prepara la plataforma en streaming del mismo nombre y que servirá como secuela de este largometraje. Partiendo de ese condicionamiento, hay que aplaudir la buena labor de Sollima en crear una producción dividida en actos y ejecutada con una espeluznante frialdad y distancia.
En 'Suburra', título que hace referencia al barrio de la Suburra de la antigua Roma, lugar miserable conocido por su inmoralidad y corrupción, no hay empatía hacia ningún personaje. Sollima crea un relato desesperanzado que sirve para provocar una fuerte crítica social disfrazada de elegante y tétrico thriller donde intereses y ambiciones van desde el pulcro despacho papal hasta un club de alterne de extrarradio dominado por la Cosa Nostra. El cineasta, que firma el guión junto con Sandro Petraglia y que está basado en la novela de Carlo Bonini y Giancarlo De Cataldo, saca a relucir la parte más oscura de las altas esferas italianas, de los pilares en los que la sociedad de bienestar se sostiene.
La corrupción del sistema
Para ello, Sollima divide en varios fragmentos su película, como si de episodios se tratase, en el que muestra cada una de las partes interesadas en el proyecto, que provoca una hecatombe gracias a un desliz sexual (y banal) de un político corrupto. 'Suburra' pone en evidencia el gran círculo vicioso con una atmósfera asfixiante que emponzoña todo aquello que toca. Una película coral, en la que sus actores demuestran una solvencia digna de una producción de este calibre.
Una propuesta cruda, directa y amarga en la que no hay lugar a la luz, literalmente puesto que ha sido rodada de manera oscura, con poca iluminación. 'Suburra' es un buen ejemplo de thriller con tintes reales, intenso y brutal, aquél que alejado de los estudios de Hollywood. Su mensaje es fuerte y el poso que deja se digiere lentamente. Un buen ejemplo del cine italiano más mordaz, aquel que muestra que el infierno de 'La divina comedia' de Dante no está muy alejado de la realidad.
Nota: 8
Lo mejor: Su crítica es cruda y directa, no deja opción a la duda.
Lo peor: El que se haya producido pensando ya en una continuación.