A pesar de haberse realizado mucho cine en clave LGBT -nota aparte, es interesante ver cómo ha ido evolucionando con el paso del tiempo-, hay un tema que suele colear respecto a la temática gay y es la relacionada con la senectud. Hay muy pocos largometrajes que hayan narrado historias de varones jubilados homosexuales. Quizás, como dijo el cineasta italiano Filippo Meneghetti, sea debido a que resulta "difícil de aceptar" la sexualidad de los progenitores. En este sentido, han sido las historias de mujeres las que han logrado dar visibilidad a la realidad LGBT de la tercera edad, como la reciente y magistral 'Entre nosotras'.
Sin embargo, no es tan sencillo encontrar una contraparte masculina que no sea una representación de una relación viciada, como sucedió con títulos como 'La virgen de los sicarios', 'Gerontophilia' o 'Dioses y monstruos'. Por ello, títulos como 'Suk Suk', tercer largometraje del hongkonés Ray Yeung, se antojan esenciales. Mostrado en la sección Panorama de la 70ª edición del Festival de Berlín, el cineasta hace un ejercicio de reconciliación, reivindicación y homenaje con esta apuesta cinematográfica, que se convierte en el filme más ambicioso y redondo de su carrera.
'Suk Suk' narra una realidad incómoda para el colectivo LGBT, la historia que hay tras los ancianos, de aquellos pioneros en la lucha de derechos, cuando estos ni siquiera eran considerados como tal. En ese trasfondo, puede verse cómo el armario personal se ha convertido en una cómoda losa, convirtiendo la doble identidad en una piel más. Es lo que se ve en esta historia de amor otoñal, la última primavera de un taxista que se resiste a jubilarse y un antiguo amigo y amante que sí está jubilado. En el reencuentro, surge la pasión, esa que parecía que el destino les había negado.
Yeung logra crear una historia de amor concreta y realista, en la que el armario y la presión social y familiar -que en las sociedades asiáticas es aún mayor- son los otros agentes importantes de este relato. Aquí no hay jóvenes lozanos que deciden aceptarse a sí mismos, sino ancianos que dudan entre si darse una última oportunidad para vivir felices, en libertad y en sintonía consigo mismos o, por el contrario, disfrutar clandestinamente de esos encuentros furtivos, puesto que ya es muy tarde para reivindicarse a uno mismo.
Un filme que reivindica la lucha LGBT en los jubilados y les da visibilidad
El director surfea con elegancia este planteamiento. Abiertamente gay y activista por los derechos LGBT en países asiáticos, el cineasta sabe crear empatía hacia el lado de los ancianos armarizados como también por aquellos que, gracias al impulso, a la fraternidad y a la solidaridad de jóvenes del colectivo, deciden tomarse de la mano y unirse para vivir en libertad sus últimos años, surgiendo así la figura de las residencias para personas LGBT. Es a ellos a quienes, al final, el realizador lanza un sentido tributo.
Aunque Yeung tiene un buen planteamiento de fondo, esto no hubiera posible que hubiera cogido buena forma de no ser por su tándem protagonista. Tai Bo y Ben Yuen, ambos saben llevar con tono mesurado esta historia de amor, transmitiendo cariño y franqueza, dejando secuencias llenas de ternura y pasión, pero también otras en las que se aprecia la más inhóspita realidad.
'Suk Suk' es el camino a seguir a la hora de realizar cine en clave LGBT comprometido. Una respuesta asiática a la formidable 'El amor es extraño' de Ira Sachs, así como también un referente generacional, como lo fue recientemente la cinta taiwanesa 'Llevo grabado tu nombre'. Ya iba siendo hora de tener protagonistas maduros y que sus tramas estén hechas desde el respeto y la dignidad.
Nota: 8
Lo mejor: La escena en la que los ancianos activistas reclaman con total dignidad su derecho a tener una residencia para jubilados LGBT.
Lo peor: Su poca distribución en salas.