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CRÍTICA

'El techo amarillo': No más impunidad

Crítica de 'El techo amarillo', documental dirigido por Isabel Coixet. Premio TVE Otra Mirada en el 70 Festival de San Sebastián. Nominado al Goya al mejor largometraje documental.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 16 de Diciembre 2022 | 16:30
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'El techo amarillo': No más impunidad

En el año 2018, nueve antiguas alumnas del Aula de Teatro de Lérida denunciaron ante la policía los abusos sexuales que sufrieron por parte del profesor Antonio Gómez, quien fue director de la institución entre 2009 y 2017, figura que ejerció un autoritario poder en la escuela hasta su despido. El caso tuvo que archivarse por haber pasado demasiados años de los crímenes cometidos, habían prescrito, aunque el fiscal encargado del caso dejó claro en el documento de prescripción que las denuncias tenían base real.

El techo amarillo

En 2020, el diario ARA publicó un extenso reportaje en el que se señalaba la impunidad del caso, con el exdirector despedido con una cuantiosa indemnización de casi 60.000 euros además de varios premios. Las denunciantes, miembros del colectivo Dones a Escena, quisieron romper este círculo de silencio, cómplice del criminal. Por esto aceptaron protagonizar 'El techo amarillo', este poderoso documental realizado por Isabel Coixet, quien siempre ha mostrado su lado más comprometido en sus largometrajes de no ficción como pudo verse en 'Invisibles' o 'Viaje al corazón de la tortura'.

Premio TVE Otra Mirada en el 70 Festival de San Sebastián, donde se mostró en Sección Oficial fuera de concurso, 'El techo amarillo' llega a salas comerciales tras ser nominada al Goya y al Gaudí al mejor documental. Coixet tenía un importante reto con esta propuesta, contar con solemnidad, emoción, respeto y sobriedad los testimonios de las víctimas que han decidido hablar frente a las cámaras. La cineasta realiza un ejercicio de montaje magistral, dividiendo el filme en nueve episodios, en los que enlaza los testimonios de las mujeres que han querido alzar la voz contra la impunidad.

El techo amarillo

Desde el inicio, llama la atención el título del film, el cual se explicará dentro de la cinta, siendo uno de los momentos más representativos del largometraje, en el que una de las víctimas narra cómo su mente se quedó en blanco, cómo solo podía mirar el techo de color amarillo mientras su profesor de teatro comenzaba a abusar de ella. La cineasta, así como los propios testimonios, narran los hechos de manera desnuda, directa y muy franca, algo que se plasma en cómo, con las voces en off, la realizadora sabe transmitir fuerza visual de forma delicada, respetuosa y elegante.

Un film valiente que da voz y rostro a las víctimas

Coixet realiza el retrato de un depredador sexual, un manipulador que se valió de su posición de poder para ir encantando a sus jóvenes estudiantes, todas menores de edad, entre 14 y 17 años. Es aterrador cómo la cineasta plasma cómo va formándose ese círculo perverso en el que el abusador va maniobrando a sus víctimas, cómo las va llevando a su terreno. Lo consigue haciendo gala de sobriedad y elegancia, con relatos que estremecen más porque son contados sin atisbos de sentimentalismos, de manera serena, algo que asusta mucho más.

El techo amarillo

Por otro lado, algo que también Coixet construye es cómo lleva tiempo procesar lo ocurrido. La cineasta deja en evidencia cómo es de necesaria reformar de nuevo la ley sobre la prescripción relacionados con los abusos sexuales. Queda en evidencia al plasmar un proceso de asimilación, sanación y valentía para hablar sobre lo ocurrido, algo que lleva tiempo, que solo se logra a través de los años, de la madurez. Justo un proceso que va en contra los tiempos que tiene la propia Justicia. A ello se añade que vuelve a recordarse la importancia de introducir el concepto de estupro dentro del código penal.

A ello se suma cómo esos años que se necesitan para asimilar lo sucedido y denunciarlo y cómo estos no corresponden a los tiempos de la Justicia provocan que una terrible sensación de impunidad, algo que el documental plasma de manera directa. A ello se suma un silencio cómplice, el de todos aquellos que sabían de este secreto a voces, volviendo así a revictimizar a unas mujeres que solo buscan la verdad y que no han obtenido algo tan simple como una disculpa por parte de esas instituciones que protegieron al agresor y no a ellas.

Filme realizado con solemnidad, elegancia y de manera austera, 'El techo amarillo' es un terrible relato de terror, que sobrecoge por lo que narra. A pesar de ello, es un largometraje valiente, que vuelve a recordar cómo el cine puede ser un importante factor de agente social (el film va a servir de prueba ante la Justicia, dado que el caso ha podido reabrirse al surgir denuncias que no han prescrito). 'El techo amarillo' es cine de denuncia, que expone la impunidad ante los abusos sexuales y que reivindica, desde la humilde posición de la cineasta, revisar de nuevo las leyes. Coixet muestra el poder del documental como formato cinematográfico, con uno de sus mejores largometrajes.

Nota: 8

Lo mejor: Su sobriedad y su estilo directo a la hora de abordar los testimonios de las víctimas.

Lo peor: Ver que la impunidad ante los abusos, puesto que el agresor sigue en libertad.

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