Fernando González Molina es uno de los directores de mayor éxito en España. Desde que estrenó en 2009 su primer largometraje, 'Fuga de cerebros', todas sus películas han superado el millón de espectadores en nuestro país. El realizador navarro es el artífice de films tan populares como 'Tres metros sobre el cielo', 'Palmeras en la nieve' o 'El guardián invisible'. Antes de embarcarse en la producción de las secuelas de esta última, González Molina se estrena en el documental con su proyecto más personal hasta la fecha, 'The Best Day of My Life'.
El director aborda por primera vez el tema de la homosexualidad en una película que ha supuesto una experiencia profesional transformadora para él. 'The Best Day of My Life' narra las vidas de seis personas procedentes de varios países que tienen en común su pertenencia a la comunidad LGTB, y abarca el transcurso de una semana que culmina en el Madrid World Pride de 2017, la gran celebración del Orgullo LGTB que tuvo lugar el pasado verano en la capital española.
Los seis protagonistas del documental son Abril, actriz que acaba de comenzar su proceso de reasignación de género, Ruth, una activista lesbiana que vive en Uganda, donde la homosexualidad está penada por ley, Nick y Max, una pareja de chicos rusos que deben mantener su relación en secreto, Geena, una chica transgénero de Almería que sueña con convertirse en actriz y Timo, un saltador de trampolín homosexual y sordo. Todos ellos, unidos en Madrid, son un ejemplo de superación ante la adversidad y del esfuerzo constante por vivir tal y como son.
Activismo, reivindicación y humanidad
'The Best Day of My Life' trata muchos aspectos de la comunidad LGTB y su lucha a lo largo de los últimos 40 años. La película no es solo un fresco emocionante e inspirador sobre un grupo de personas valientes y hermosas que merecen toda nuestra atención, sino también un homenaje a todos los que los han precedido, a los pioneros que con su valentía allanaron el camino para que hoy en día podamos disfrutar de mayor libertad y tolerancia en muchos países, y para que las nuevas generaciones LGTB lo tengan cada vez más fácil para aceptar su condición y decirle al mundo quiénes son, sin miedo. Claro que, aunque hemos llegado lejos, todavía queda mucho camino por hacer, y precisamente por eso el documental reivindica una celebración como la del Orgullo, un instrumento esencial para seguir avanzando que no debemos abandonar ni dar por sentado.
Las historias personales de los seis protagonistas ofrecen un abanico muy variado de experiencias LGTB alrededor del mundo, con las que se nos recuerda que no todos los países disfrutan de la libertad que hasta cierto punto tiene el colectivo en España, y concretamente en una ciudad tan diversa y liberal como Madrid. El retrato que se hace de Uganda a través de Ruth y el grupo de militantes al que pertenece es especialmente descorazonador. Allí, como en tantos otros países, la homosexualidad está perseguida por la ley, lo que quiere decir que atreverte a vivir tu verdad es arriesgarte a ser asesinado, un acto de supervivencia continua. Y aun con todo, Ruth asegura que la situación de su país es mucho más relajada que la de los estados musulmanes de África, lo que da una perspectiva terrorífica al asunto.
González Molina compone una historia ramificada que se entrelaza con fluidez a través de las diferentes problemáticas que aborda el documental, logrando un discurso cohesionado y completo que refuerza con un tratamiento visual muy cuidado e imágenes de gran belleza que delatan al realizador de ficción que hay tras las cámaras. Pero todo lo que se ve en 'The Best Day of My Life' no es ningún caso impostado, sino que irradia sinceridad y naturalidad. Porque el documental son sus protagonistas, sus voces, y los seis son seres auténticos, personas con las que es imposible no conectar, a las que acabas queriendo como si los conocieras personalmente. Acompañarlos durante una semana tan especial en sus vidas supone una experiencia reveladora, divertida, y conmovedora, es como darles la mano para machar junto a ellos en su celebración de la diferencia y la libertad.
"El mejor día de mi vida son todos, porque soy yo" (Abril)
Cuando ves a Ruth llegar por primera vez a una Gran Vía madrileña llena de banderas arcoíris y la oyes decir, con lágrimas en los ojos, "Es el sitio más bonito en el que he estado jamás", eres consciente de la importancia de un acontecimiento como el Orgullo LGTB, a pesar de que sus detractores insistan en que perjudica o ya no es necesario. Por eso también es importante que 'The Best Day of My Life' llegue al mayor número de personas posible. Hay mentalidades imposibles de cambiar, pero con que esta película sirva para quitarle la venda de los ojos a una persona, ya habrá merecido la pena.
'The Best Day of My Life' nos recuerda muchas cosas. Que el sentimiento de privilegio y libertad no existe en todos los países, que nosotros estamos mejor que antes, pero todavía existe mucho prejuicio e ignorancia alrededor del colectivo LGTB, que hemos conseguido derechos, pero ahora toca pelear para que otros también los tengan. Que nos sigue faltando representación, protección y apoyo. Que decidir ir a contracorriente para ser fiel a uno mismo es el acto más valiente y digno de orgullo. Que "si eres capaz de transformarte a ti mismo, eres capaz de transformar tu entorno".
Y que no estamos solos.
'The Best Day of My Life' nos ofrece estas y otras valiosas lecciones, mensajes que deberían propagarse por el mundo como una onda expansiva, para que cuando alguien vea a una pareja como Max y Nick mostrándose el cariño, no sienta odio, ni rechazo, ni incomprensión, sino que elija ver el amor.
Nota: 9
Lo mejor: La elección de los seis protagonistas y la labor de González Molina componiendo la historia y las imágenes.
Lo peor: Que se deje fuera los aspectos más polémicos del Orgullo.