El cine no ha sido cobarde en los últimos años a la hora de exponer las inmundicias de las grandes organizaciones. Si en el medievo los estratos predominantes eran el clero, la nobleza y la monarquía, hoy en día la herencia de aquellos poderes sigue tan viva como entonces. 'Spotlight' o 'El Club' nos han revelado recientemente la facilidad con la que una institución tan poderosa como la Iglesia puede esconder los esqueletos en el armario, y ahora es el turno de Netflix de abrir las puertas de la barbarie pasada. La plataforma de contenido online estrena 'The Keepers', su nueva serie documental, con el objetivo de indagar en un enigmático asesinato que evidenció la podredumbre de una estructura tan omnímoda como marchita.
¿Quién mató a la hermana Cathy? Esa pregunta da sentido a la serie, pero no se busca tanto componer una respuesta absoluta sino explorar el resto de cuestiones que derivan de aquel fatídico suceso. En noviembre de 1969 desapareció una monja en Baltimore y su cadáver fue hallado a comienzos del año siguiente. Cathy Cesnik era una jovencísima profesora de instituto que atesoraba todos los atributos positivos de la pasión religiosa: solidaridad, valor y amor al prójimo. El primer episodio de 'The Keepers' plantea todas las claves de su desaparición y sirve de columna vertebral de un verdadero thriller de siete horas de duración, que toma diversas bifurcaciones e incide en todo tipo de posibilidades dentro del marco de la investigación del crimen.
De hecho, la investigación se adentra en terrenos yermos a sabiendas, emulando los pasos de las dos antiguas alumnas protagonistas, que a través de un grupo de Facebook han mantenido candente el caso de Cathy tras medio siglo de golpes contra la pared. A partir del segundo capítulo se revela que la trascendencia del caso va mucho más allá de la sustracción de una valiosa vida. El cineasta Ryan White se introduce machete en mano en un entramado de abusos a menores, curas que parecen salidos de la Camorra y, en definitiva, la futilidad del sistema judicial ante un estamento más poderoso que ellos: la Iglesia, capaz de neutralizar cualquier tipo de esfuerzo por confesar los traumas más dañinos.
'The Keepers' es un ejercicio necesario de reflexión sobre el duelo de las víctimas, que no tiene fecha de caducidad, ya que vive con ellos desde el momento en que se produce el evento traumático. En realidad, se trata de un documental dedicado a las víctimas, que cuentan con una inigualable oportunidad para expresar sus sentimientos, tan trivializados comúnmente a causa del desconocimiento generalizado. White también acerca su mirada al testimonio de allegados a Cesnik, posibles verdugos, muñecos políticos de trapo e incluso a la primera archidiócesis de Estados Unidos, que hace un alarde de costumbres arcaicas al responder con impersonales monosílabos a cuestiones intrincadas.
Anti-atracón
La larga duración de los episodios y la densidad de su contenido no propician el consumo ágil propio de Netflix, sino que se trata de un producto que debe ser degustado con más calma. Aun así, se estructura de manera similar a compañeros de género como 'The Jynx', gestionando la información con cuentagotas para introducir nuevos personajes y posibilidades con cada episodio. Almacenando y ofreciendo la tensión según se crea conveniente, a veces para llegar a un callejón sin salida y otras para acabar con valiosas reflexiones.
'The Keepers' indigna y permite conocer de primera mano la frustración de las víctimas de abusos a la hora de enfrentarse a los causantes de sus daños, y a sus propias represiones mentales. La serie muestra sin partidismos ni críticas simplonas los polos opuestos de la Iglesia católica, capaz de ejecutar a sus peones más valiosos para seguir campando a sus anchas.
Nota: 7
Lo mejor: La denuncia de horrendos actos que todavía se mantienen vigentes. La figura de Cathy sigue siendo relevante a pesar de su súbito fallecimiento.
Lo peor: Algunos virajes inanes que no aportan a la profundización de la investigación.