Si esperáis encontrar una comedia en el nuevo título de Nicholas Hytner, podéis ir olvidándolo. A pesar, incluso, de que Maggie Smith fuera nominada al Globo de Oro a mejor actriz de comedia o musical.'The Lady in the Van' narra la historia de una amistad atípica y muy triste, en la que el drama lo impregna todo y la comedia queda escondida en ciertos diálogos y alguna secuencia aislada, pero el tono general es más serio.
La película se basa en la obra homónima de Alan Bennett, quien escribiera acerca de los años en los que Miss Shepherd se plantó con su furgoneta en la puerta de su casa. Esta es una premisa que, de partida, resulta muy atractiva, tiene un potencial para la comedia increíble, pero director y guionista (este es el propio Bennett) apuestan por un tono más melancólico. Si la historia en sí fuera interesante, si tuviera cierto gancho, no sería un problema; pero no es el caso. La película se limita a tratar el día a día de Bennett y Shepherd, no les ocurre nada de especial relevancia, solo se nos muestran pequeños hecho anodinos, de corte muy costumbrista. Y los conflictos que parecen asomar en determinados momentos, son tratados de forma muy superficial, sin que dejen una verdadera impronta en el devenir de la trama. ¿La consecuencia? 104 minutos que se hacen eternos.
Y conste que la cinta arroja algunas ideas que, de explotarse, habrían conducido a terrenos muy ricos, principalmente en lo que concierne al personaje del propio Alan Bennett (encarnado por un estupendo Alex Jennings). La forma de ilustrar el proceso de escritura del dramaturgo y exteriorizar sus debates internos es de lo más efectiva. También tiene cierto potencial la exploración de la vida "bohemia" del autor en una época y una comunidad de corte, digamos, conservador. No son más que dos ejemplos de aspectos que ayudan a engordar la cinta, pero que los autores desaprovechan en favor de una trama que, de pasiva, en muchos momentos parece no avanzar lo más mínimo.
Clase de interpretación
Al final, si por algo puede despertar cierto interés en el espectador potencial, es por el trabajo de sus actores. Sobre todo la veterana Maggie Smith. La actriz se marca un auténtico tour de force, hace un trabajo soberbio con un personaje al que tan pronto compadecemos como odiamos, o llegamos a amar. Y es que aunque el narrador sea Bennett, la historia gira en torno a la peculiar anciana. Su problema (el del personaje, no el de Maggie Smith), es que no es una protagonista activa, sino que son las diferentes circunstancias que se va encontrando las que la empujan en una u otra dirección. ¿Qué interés tiene seguir las vicisitudes de una señora sin iniciativa propia y que terminado su arco, apenas ha cambiado o aprendido algo?
La película muestra una desidia que se transmite al espectador, que se pasa más tiempo consultando la hora en el móvil (cuando no se pasa directamente al whatsapp o al correo), que prestando atención a lo que acontece a pantalla.
Tal vez la culpa sea mía, que no he captado las sutiles intenciones de Nicholas Hytner, pero lo mínimo que pido a cualquier producción (aquí estaremos todos de acuerdo) es que no me resulte aburrida. Y lamentablemente no es el caso. Quizás el exceso de teatralidad de la propuesta sea uno de los causantes de mi tedio durante el visionado. A pesar de su experiencia en estas lides, el guionista no ha sido capaz de adecuar su texto al dinamismo que requiere el cine, por más íntimo y pequeño que sea el relato. Y Hytner se muestra excesivamente respetuoso con el escritor ("¡está hablando de su propia vida, a saber cómo se lo tomaría!") y da la impresión de no haberse querido arriesgar mucho.
En cuanto se baja el telón uno se olvida de lo que ha visto, solo le queda el recuerdo de haber disfrutado del talento de Maggie Smith que, reconozcámoslo, tal como están los precios en el cine, sabe a poco.
Nota: 4/10
Lo mejor: Maggie Smith
Lo peor: La falta de interés que despierta una vez superada la premisa inicial.
