Fue Narciso Ibáñez Serrador quien, en la década de los setenta, se atrevió a mostrar el horror con ojos y rostro de un niño, algo considerado escandaloso por aquel entonces y que aún a día hoy es una temática que levanta ampollas en ciertos sectores con tendencia al conservadurismo. Por si fuera poco, '¿Quién puede matar a un niño?' no solo era explícita en su título, sino por atreverse a traspasar la línea de la moralidad reinante a la hora de representar la violencia cometida por y hacia los salvajes e hiperviolentos críos de la isla ficticia de Almanzora.
Desde entonces, y no siendo este el primer gran ejemplo que nos ha traído a niños diabólicos al cine, la villanía representada en una figura de aspecto angelical ha vivido a lo largo de los años toda una serie de encarnaciones. Ahí están la llegada del Anticristo ('La profecía'), sangrientas sectas paganas (la saga 'Los chicos del maíz'), o diferentes representaciones de la psicopatía infantil ('La huérfana', 'Goodnight Mommy').
Para la última de estas encarnaciones, ha sido uno de los nombres más destacados del actual panorama del terror indie norteamericano quien ha llevado esta misma idea de encarnación literal a la pantalla. Nicholas McCarthy, director de la terrorífica 'El pacto', firma la solvente 'The Prodigy'.
Pese a mostrar todas sus cartas desde el primer momento, y no avergonzarse por conseguir un par de jumpscares de los de manual, el título consigue enervar gracias a la solvencia de una trama de thriller donde claramente se nos expone la finalidad, dejando a un lado la aparente necesidad de sorpresa con la que últimamente parecemos querer estar satisfechos.
En ella, la premisa queda clara en el momento en el que se nos presenta a sus personajes mediante el uso del aspecto visual: un peligroso y (suponemos) perturbado asesino en serie cuya pasión es la de secuestrar mujeres y coleccionar sus manos, se reencarnará en el cuerpo de un recién nacido. A medida que el pequeño Miles (Jackson Robert Scott) vaya creciendo, su madre Sarah (Taylor Schilling) empezará a percibir que detrás de la aparente genialidad de su hijo, se esconde un horror salido de la más inimaginable de las pesadillas.
Espíritu clásico
Mucho se ha dicho sobre si 'The Prodigy' es o no un remake encubierto de 'Schock', joya de culto de Mario Bava (quien haya visto el tráiler, ya sabe por dónde van los tiros), con la que únicamente tiene en común son los guiños a la galería y a la que seguramente el guionista Jeff Buhler (responsable no solo de 'El vagón de la muerte', sino también de las inminentes 'Grudge' y 'Cementerio de animales') ha querido rendir su particular homenaje.
Partiendo entonces de una premisa que, como hemos aclarado, no inventa nada nuevo y que expone en todo momento sus intenciones, cabe destacar lo nuevo de McCarthy no solo como buen ejemplo de título de terror con niño diabólico de por medio, sino porque el as en la manga que se guarde sea, precisamente, el de ser fiel a sí misma como película que se atreve a jugar hasta el límite con la concepción de un psychokiller en el cuerpo de un niño de aspecto adorable. Y es aquí donde aplaudimos que no se ande con rodeos una vez estalle su clímax final.
Nota: 6
Lo mejor: El joven Robert Scott está inmenso componiendo un personaje que consigue perturbar.
Lo peor: Que vaya a pasar desapercibida como un título de terror convencional.