Con un equipo de creadores que pretende ser parte de la nueva forma de entender el horror noire, 'Them' logró captar la atención de su gran público potencial (los amantes del terror) con la llegada de su primer avance, el cual podía pasar por una suerte de título que venía a ser la explotación de la idea que Jordan Peele nos presentó en 'Nosotros' allá por 2019.
Little Marvin, productor, guionista y showrunner de la serie, ha logrado reunir a un equipo de directores y guionistas con los que saber encajar las piezas de un maquiavélico puzzle, cuyas principales piezas juegan casi al límite, rozando lo grotesco y atreviéndose a hacer una denuncia social que puede leerse tanto de forma sensacionalista (por lo explícito), como necesaria (por los tiempos que corren).
El nombre de Peele no es baladí a la hora de afrontar 'Them', pero más allá de la gracia (o genuina estrategia de marketing) que la posiciona junto al citado film del director, lo único que realmente hermana a esta serie de diez episodios con ella, es afrontar el racismo desde un punto de vista en el que poder jugar con las reglas y los tópicos del terror y el fantástico.
'Déjame salir' atinaba a la perfección con un tono satírico que a la vez conseguía espeluznar, logrando que su fórmula revisionista de la tesis fílmica de 'Yo anduve con un zombie' se impregnase de la base de 'Adivina quién viene esta noche'. Dejando a un lado el imaginario que evocaba al vudú, 'Nosotros' apostaba por una crítica exacerbada al american way of life y nos introducía en un juego de espejos en el que los dopplëgangers se alzaban cual revancha final contra la humanidad.
Aquí, y bastante en línea con otros títulos recientes como 'Antebellum' o 'Territorio Lovecraft', la cronología nos lleva hasta 1953, cuando la familia Emory llega hasta una zona residencial de Los Ángeles para iniciar una nueva vida, dejando Carolina del Norte y un pasado repleto de traumas y fantasmas de aquellos que parecen estar pegados a sus almas cual parásitos. Evidentemente, y como derivado de ese otro horror que vienen a ser las mudanzas, su llegada a ese emplazamiento de ensueño pronto se verá truncada por dos aspectos terroríficos.
El primero, y siguiendo la tónica de cualquier título con casa encantada que se precie, el descubrir que además de haber arrastrado con ellos sus miedos, entre las paredes de su nuevo hogar existen una serie de presencias malignas que empezarán a hacer mella en la cordura de todo el clan: el matrimonio compuesto por Lucky (Deborah Ayorinde) y Henry (Ashley Thomas), y sus hijas Ruby (Shahadi Wright Joseph) y Gracie (Melodie Hurd). El segundo de esos terrores parece venir directo desde la cabeza de Ira Levin, pues el séquito de pérfidas amas de casa cotillas, de comportamiento pandillero a la vez que elegante y, cómo no, blancas, bien podría ser la versión fascista de 'Las esposas de Stepford', genuina historia varias veces llevada al cine y que, en su trasfondo, también estaba presente de alguna forma en 'Déjame salir'.
Con episodios dirigidos por Ti West, Janicza Bravo ('Queridos blancos'), Nelson Cragg (director de fotografía en 'Feud' y 'American Crime Story'), Craig William Macneill (responsable de la cuarta temporada de 'Channel Zero', con la que 'Them' también conecta en cierto modo gracias a su imaginario) y Daniel Stamm ('El último exorcismo'), Marvin hace que todos ellos aúnen fuerzas para construir una historia de horror que viene a descomponer el mito del sueño americano, en que la una vez más la llegada al lejano oeste acabará haciendo que los protagonistas sucumban a misterios y terrores que bien podrían ser de origen telúrico.
Lo de las situaciones sobrenaturales en su casa (y fuera de ella) atormentando a la familia Emory, se irá sobrellevando mucho mejor que el racismo, la principal bandera que ondeará ese grupo de blancos de su nuevo vecindario, quienes atormentarán cual film de torture porn a los protagonistas, cuatro seres perdidos en un supuesto paraíso terrenal donde lidiar con jumpscares que podrían estar salidos de la factoría de James Wan, y a cuya trama realmente solo le pesa el querer estirar demasiado algunas tramas secundarias, las cuales denotan su existencia como mero relleno con el fin de completar el carácter serial de un producto, el cual vendría de la mano de 'Casa ajena', y que se ensalza como ejemplo notable de horror noire, pese a que pueda disgustar por cómo se atreve a meter el dedo en la llaga en el racismo, la lacra que sigue imperando en la sociedad actual.
Nota: 7
Lo mejor: La forma en la que se convierte tan visualmente apabullante como incómoda de ver por algunas de sus secuencias.
Lo peor: Condensando sus diez episodios a la mitad, hubiese funcionado mucho mejor, pues denota hastío hacia su tramo final (que remonta en los dos últimos capítulos).