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'Thor: Love and Thunder': Mucho amor, mucho trueno y mucho Taika Waititi

El Dios del Trueno vuelve con su aventura más psicodélica, romántica y metal hasta ahora. Un estallido de acción y color tan divertido como emocionante.

Por Pedro J. García Más 5 de Julio 2022 | 15:00
Redactor y crítico pop. Me apasiona la animación y veo series por encima de mis posibilidades.

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'Thor: Love and Thunder': Mucho amor, mucho trueno y mucho Taika Waititi

Thor, quién te ha visto y quién te ve. Hace poco más de una década te presentabas en el Universo Cinematográfico Marvel con una primera película en la que, sin faltarte el humor, te alzabas como una figura sobria y solemne. Desde entonces han pasado muchas cosas. Una secuela que se convirtió en una de las entregas peor valoradas de Marvel Studios, varias aventuras épicas con Los Vengadores y el gran enfrentamiento final con Thanos en 'Vengadores: Endgame'. En ese camino, te hemos visto cambiar, experimentar una evolución de carácter proporcionalmente inversa a las tragedias que te han azotado, para convertirte en uno de los personajes más divertidos y entrañables del Multiverso.

Chris Hemsworth

¿Qué pasó para que el Dios del Trueno diera este giro tan chocante hacia el lado luminoso? La clave tiene nombre propio: Taika Waititi. El director de 'Lo que hacemos en las sombras' y 'Jojo Rabbit' se unió al Universo Marvel para aportar su personal estilo y su inconfundible voz cómica a la franquicia protagonizada por Chris Hemsworth, dándole un auténtico giro de 180 grados con 'Thor: Ragnarok', que reinventaba al personaje desviando el itinerario hacia el humor extravagante y la psicodelia cósmica. Una jugada que, si bien chirrió a unos cuantos, se llevó el beneplácito de tantos otros, consiguiendo su mejor cifra en taquilla sin Los Vengadores.

Y en esa senda (arcoíris) continúa precisamente la nueva película en solitario del personaje, 'Thor: Love and Thunder', de nuevo con Waititi al timón. Una prolongación natural de 'Ragnarok' que supone la primera vez que un personaje de Marvel protagoniza su cuarta película independiente. Y es que después del volantazo de su predecesora, Hemsworth encontró una segunda vida en el UCM, así como una ilusión renovada por un personaje que ya empezaba aburrirle a él y a parte de la audiencia. Con mucho amor y mucho trueno, la nueva película de Thor corrobora que lo mejor que le pudo pasar fue encontrarse en su camino con la locura sin límites de Taika Waititi.

Bienvenida, Poderosa Thor

'Thor: Love and Thunder' es la sexta película de la Fase 4 de Marvel e inaugura la temporada veraniega, entre la propuesta adolescente de 'Ms. Marvel' y la también cómica 'She-Hulk: Abogada Hulka'. Desde que Los Vengadores derrotaran a Thanos y el mundo cambiara para siempre, no habíamos vuelto a saber nada de Thor Odinson. La musculosa deidad de Asgard se ha enfrentado a múltiples pérdidas en los últimos años, entre ellas la muerte de varios familiares y la destrucción de su pueblo, y al inicio de 'Love and Thunder' por fin nos ponemos al día con él. Para canalizar su dolor, Thor decidió autoexiliarse y centrarse en sí mismo, sin olvidar su papel como héroe. Entre meditaciones y misiones secundarias con los Guardianes de la Galaxia, Thor parece haber encontrado la paz interior, pero la aparición de una nueva amenaza, Gorr el Carnicero de Dioses (Christian Bale) le obliga a salir de su retiro espiritual para reunir a su equipo de inadaptados y enfrentarse a él antes de que cumpla su promesa de eliminar a los todos los dioses.

Natalie Portman y Chris Hemsworth

Desde que comenzara la campaña promocional, si ha habido una novedad que ha acaparado la mayor atención, esa es la esperada vuelta de Jane Foster al UCM. Después de 'Thor: El mundo oscuro', Natalie Portman dejó al personaje y no volvió a aparecer en ninguna película de Marvel. Ella también estaba aburrida del tratamiento que se le había dado a Jane y no parecía interesada en seguir explorándola, a menos que le dieran la oportunidad de llevarla al siguiente nivel. Y esa oportunidad llega, y a lo grande, con 'Thor: Love and Thunder', donde da Doctora Jane Foster se convierte en la Poderosa Thor después de empuñar el Mjölnir.

La película se apoya en gran medida en ese esperado reencuentro entre Thor y Jane, llenando los huecos de su historia de la forma más reveladora, divertida y emocionante, para a continuación convertirlos en unos compañeros de batalla muy especiales, condicionados por una historia personal y romántica que aun no ha cicatrizado. En esa dinámica es donde encontramos algunos de los mejores momentos de 'Thor: Love and Thunder' (puro cringe entre exes y también muchas chispas), con una Portman encantada de volver a encarnar al personaje y un Hemsworth muy feliz -e hilarantemente desconcertado- por volver a verla. Pero la película tiene mucho más para ofrecer, empezando por los compañeros de fatigas de Thor, Rey Valkiria (Tessa Thompson), convertida en resignada gobernante de Nuevo Asgard, y Korg (Waititi), su fiel amigo, que aquí además ejerce de narrador; pasando por el mismísimo Zeus (un sorprendente Russell Crowe) y terminando por el nuevo villano, un aterrador hombre del saco cósmico con el que Christian Bale nos vuelve a demostrar que no hay papel para el que no se entregue al 200%.

La Marvel más marciana

A Marvel se le podrá criticar por muchas cosas, pero a estas alturas, acusarla de que sus películas no tienen personalidad propia ya no tiene sentido. Si bien todas siguen adhiriéndose a la más que testada y perfeccionada fórmula del estudio, salta a la vista que cada vez están confiando más en las visiones particulares de sus directores. Lo hemos visto con las saga 'Guardianes de la Galaxia' de James Gunn, 'Eternals' de Chloé Zhao o 'Doctor Strange en el multiverso de la locura', donde se puede ver bien claro el sello Sam Raimi. 'Thor: Love and Thunder' sigue esa tendencia, con un Taika Waititi que parece haber contado con mucha libertad creativa. Y que no ha dudado en aprovecharla para llevar el Universo Marvel hacia lugares de inaudita excentricidad.

El neozelandés empapa la película y su banda sonora de espíritu metal y glam rock, apoyándose también en la fantasía y la acción de los 80, con referentes confesos de 'Flash Gordon' o 'Golpe en la pequeña China' y claros ecos a los Masters del Universo. Sin perder de vista el material de origen (hay planos directamente sacados de las viñetas), pero reinterpretándolo todo muy libremente y a su manera, Waititi se desata por completo en una película que se recrea en imágenes de gran plasticidad, con una paleta de colores chillones, potentísimas secuencias de acción, energía hiperactiva y por supuesto, humor. Mucho humor. Para más señas: mucho humor marca Waititi.

Valkiria y Poderosa Thor

Porque aquí es donde entrará el factor decisivo para muchos, sobre todo para los más puristas del cómic. Si el humor en 'Thor: Ragnarok' te pareció demasiado, tengo malas noticias, a Waititi le da exactamente igual y 'Love and Thunder' es incluso más absurda y surrealista que su predecesora. Ahora bien, si 'Ragnarok' te convirtió en groupie de Thor y esa excentricidad es justo lo que buscas, te espera un viaje gloriosamente divertido. No hay chiste demasiado ridículo, no hay momento demasiado extravagante, no hay cortapisas y los actores se lanzan de cabeza. Por Dios, si hasta desnudan a Thor (sí, su trasero aparece sin censura), claro ejemplo de un atrevimiento que, aunque parezca una tontería, resulta muy refrescante y rompedor dentro de Marvel. ¿Hay gags que se alargan demasiado (ejem, Thor hablando con el Mjölnir y la Stormbreaker, ejem)? Sí. ¿Hay momentos que harán rechinar los dientes a más de uno? Sí. Pero aun así, es difícil resistirse a esa energía que nos pide que nos soltemos con ella y gritemos como cabras locas al vacío del espacio.

Pero ojo, porque en el caos de Waititi hay mucho más orden del que parece. Hay que ser muy inteligente para hacer un humor tan tonto y que funcione tan bien. Puede que 'Thor: Love and Thunder' sea lo más loco que ha hecho Marvel Studios hasta ahora, pero también es probablemente una de las películas más seguras de sí mismas del UCM.

El estilo chiflado y maníaco de Waititi puede hacer pensar que la película es una sucesión de momentos al azar, pero es mucho más que eso. En 'Thor: Love and Thunder' nos encontramos una aventura de Marvel muy bien estructurada, que sabe lo que quiere contar y cómo contarlo, y que fluye como la seda. Para no perderse, su rumbo viene marcado por un elemento muy importante en esta saga, y en todos los trabajos de Waititi: la emoción. El sentimiento que contrarresta la locura y que le da sentido, que nos recuerda que bajo la piel de este grupo de seres extraños y adorablemente estúpidos, hay un corazón que late muy fuerte. Ese corazón es lo que hace que los cimientos de 'Thor: Love and Thunder' se mantengan firmes, por muchas sacudidas que reciban.

Como niños

El cambio de actitud de Chris Hemsworth hacia el papel de Thor se ve claramente en 'Ragnarok', y en esta 'Love and Thunder' se completa la unificación entre actor y personaje, transformado en el himbo definitivo. El actor australiano ha encontrado en el Dios del Trueno una oportunidad para dar rienda suelta a su particular sentido del humor, que resulta estar en la misma sintonía que el de su director. Juntos han convertido a Thor en un niño grande, en una extensión del propio Hemsworth, que parece estar pasándoselo genial cada segundo que lo vemos en pantalla. Y tres cuartos de lo mismo para sus compañeros de reparto.

Tessa Thompson está más carismática, seductora e irresistible que nunca. Y queer, por supuesto. Porque hay que hacer un pequeño paréntesis para explicar que han cumplido su promesa y 'Thor: Love and Thunder' no tiene un solo "momento exclusivo gay", sino varios. Es más, hay un puñado repartidos con mucha naturalidad a lo largo del metraje (y no solo referidos a Valkiria). Tanto es así que 'Love and Thunder' se convierte fácilmente en la película más queer del UCM. Que tampoco es decir mucho, pero es importante y desde luego una señal de que Marvel no mentía cuando decía que pensaba incluir más representación LGBTQ+ en su Fase 4.

Jane Foster y Thor

Volviendo al reparto, hay que destacar por supuesto a Natalie Portman, que no solo lo da todo como heroína de acción partiendo la pana en el campo de batalla, sino que también nos enseña una faceta más ligera que no suele cultivar tanto. Y ella, como Hemsworth, también ha venido a jugar y se convierte por momentos en una niña, explorando su vis cómica sin miedo a hacer el ridículo, pero sin sacrificar tampoco el alma de un personaje con el que la película nos lleva por derroteros muy emotivos.

Como suele ocurrir en Marvel, la mayor fortaleza de la película reside en sus personajes y relaciones, y Waititi lo sabe, utilizando a Jane como núcleo emocional y nexo entre personajes, a los que humaniza y hace más cercanos. Con Hemsworth nos divierte bajando al Dios a la Tierra para convertirlo en un novio herido que no ha superado la ruptura y se comporta como tal, y con Thompson forma nuestro nuevo dúo favorito de Marvel, pura química. Pero la presencia de Jane sirve también para darnos momentos de gran ternura, incluso algún que otro plano de un romanticismo a lo Jane Austen que confirma por qué la palabra "Love" debía estar en el título.

Otra novedad es Russell Crowe, que se tira a la piscina con un Zeus que va a sorprender (e indignar) a más de uno, versión autoparódica y chistosa que nada tiene que ver con la tradicional presencia majestuosa y grandilocuente del Dios del Olimpo. Sin olvidar a Toothgnasher y Toothgrinder, las cabras místicas de Thor, que cubren la cuota ya obligada de mascotas Marvel, recordándonos cada vez que aparecen la locura que le corre por las venas al film. Por si se nos había olvidado.

Gorr

Eso sí, quien se mantiene (la mayor parte del tiempo) inmunizado al virus de la risa de Waititi es Christian Bale, que lleva a cabo otra impresionante transformación para dar vida a un villano trágico y monstruoso con el que la película contrapone luz y oscuridad en una batalla que alcanza cotas visuales y de acción excelentes en su clímax, un tercer acto visualmente brutal y a golpe de guitarra que eleva el listón de una película que ya desde su primera escena nos indica que no piensa bajar el volumen. Si acaso, la presencia de Gorr y la siniestra interpretación de Bale acaban dejándonos con ganas de profundizar más en un personaje que podía haber ido mucho más allá.

Grande y épica, pero no multiversal

Tanto narrativa como estilísticamente hablando, 'Thor: Love and Thunder' es una de las entregas recientes más independientes del Universo Marvel. Tras 'Spider-Man: No Way Home' y 'Doctor Strange en el multiverso de la locura', Marvel hace un pequeño aparte del Multiverso para rebajar un poco esa interconectividad que se empieza a ir de las manos en algunas parcelas de este universo (sí, están ahí los Guardianes de la Galaxia, pero que nadie espere mucho de ese crossover, porque es básicamente un cameo extendido). Esto quiere decir que, aunque haya conexiones y guiños al pasado y el futuro, como siempre, 'Love and Thunder' no parece en principio muy importante en la escala general del UCM, manteniéndose confinada en su propio mundo. Claro que eso es precisamente lo que la hace valiosa, que funciona muy bien como respiro en una fase donde la trama central está empezando a ramificarse y enrevesarse de forma peligrosa. En otras palabras, la película va totalmente a su rollo, y mejor así.

Sin ese grillete multiversal, Waititi tiene la oportunidad de seguir desarrollando el rincón mitológico y divino del Universo Marvel bajo sus propias reglas. Y con esa libertad y ese ímpetu creativo que nace de una ilusión que no siempre se encuentra en estas producciones, 'Thor: Love and Thunder' se alza como una de las películas más exuberantes y pletóricas de esta saga. Y también una de las más emocionales y románticas. Con una simbiosis perfecta entre director y reparto, un apartado visual muy pulido e imaginación para parar un barco vikingo, la nueva entrega del Dios de Asgard vuela alto. Eléctrica, vibrante, deliciosamente chalada, 'Thor: Love and Thunder' confirma que este era el mejor camino para el personaje y demuestra que Marvel está cada vez más decidida a arriesgar, recordándonos que tomarse en serio está sobrevalorado.

Nota: 8

Lo mejor: Ver a los actores disfrutando tanto con sus personajes. Su luminosa e irresistible estética kitsch. La libertad creativa con la que lleva a la saga a lugares inauditamente marcianos.

Lo peor: Al estar muy desconectada del resto del Universo Marvel puede parecer menos importante. Que el humor de Waititi no sea del gusto de todos.

PD: No hace falta decirlo, porque es Marvel, pero quedaos para ver las dos escenas post-créditos, porque vienen bien jugosas, con una gran sorpresa y muchas implicaciones para el futuro de la franquicia.