Al pobre Thor le está costando un poquito encontrar su sentido en el gran plan de Marvel. Capitán América tiene sus conspiraciones políticas y espionaje. Tony Stark tiene su carisma y sus millones. El asgardiano ha probado ya con un aire shakespeariano y un toque 'Juego de Tronos', y ninguna de las dos cosas terminó de convencer, a pesar de contar con un reino distinto a la Tierra y un toque medieval que le diferenciaría bastante de sus compañeros. Pero era demasiado serio para el Universo Cinematográfico Marvel. Así que en su tercera película, han optado por soltarle la melena (tanto que se le ha caído) y probar la recién descubierta vis cómica de Chris Hemsworth.
Para ello han llamado a Taika Waititi, director de 'Lo que hacemos en las sombras'. Su sentido del humor es el toque distintivo con el que 'Thor: Ragnarok' se separa de sus dos entregas anteriores y se acerca un poco más a 'Guardianes de la Galaxia'. Aunque borra eso de "un poco", porque no solo el humor bebe de uno de los últimos pelotazos del estudio. La estética y la banda sonora también tienen mucha influencia de James Gunn, así que esa búsqueda del sentido de Thor es más una mimetización con una idea que ya les funcionó. La buena noticia es que funciona. La mala, que no sorprende.
En esta ocasión, el asgardiano se tiene que enfrentar a Hela, la diosa de la muerte, que pretende conquistar su reino para luego ir haciéndose con todos los reinos que pille. Por el camino pierde a Mjolnir y acaba en un planeta nuevo, en el que es capturado y convertido en gladiador. Para salir de allí y regresar a Asgard necesitará la ayuda de su hermano, de un viejo amigo de color verde y de una nueva aliada muy dura de roer.
Desde la primera escena ya vemos a un Hemsworth que está encantado con ese giro hacia el humor de su personaje, y lo cierto es que no solo lo defiende de fábula, sino que al propio Thor le sienta tan genial como su pelo corto. El protagonista es más carismático, más dinámico, muchísimo menos frío que en las primeras entregas. Con este Thor uno sí que se hace de su equipo. La inclusión de la comedia ayuda mucho a que la trama no decaiga, y está utilizada con cabeza, no se trata del primer Club de la Comedia de Asgard. Lo que sí es un humor bien tontaco, repleto de chistes malos de esos que, como entren bien, probablemente uno pueda estar partiéndose de risa diez minutos seguidos, pero como entren mal probablemente cause algún que otro arqueo de ceja. Pero en general ese velo desenfadado con el que se cubre 'Ragnarok' le sienta a las mil maravillas, y casi todos los personajes se ven beneficiados por él. Thor para empezar, pero también Hulk o Loki.
Aunque ha sido muy publicitada la aparición de Bruce Banner, me ha alegrado comprobar que no han eclipsado al pobre Thor con una buddy movie en la que los dos personajes compartieran el 50% del protagonismo. La película sigue siendo de Thor, y Hulk es solo un instrumento más para la trama. Waititi aprovecha para avanzar también la trama del personaje de Mark Ruffalo, pero muy ligeramente. Hulk está mejor diseñado, se ve cada vez más al actor detrás del gigante verde, y está también mucho más dicharachero que nunca. Tom Hiddleston también tiene un peso secundario en la trama, pero como siempre ha ocurrido con Loki, cada vez que sale en escena, la roba. Los primeros momentos en los que ve a su "viejo amigo" Hulk son desternillantes, y le sigue funcionando muy bien el juego del engaño. Él es el claro caso de que Marvel puede coger a un buen actor y darle un papel a la altura.
Pero sigue fallando en uno de los puntos más importantes: el villano. Precisamente pasa lo contrario que con Hiddleston. Contratas a Cate Blanchett, una de las mejores actrices de la actualidad, para hacer de la mismísima diosa de la muerte. Es para gritar de la emoción. ¿El resultado? Cuatro o cinco escenas en las que Blanchett demuestra que se lo está pasando bomba jugueteando con el lado oscuro, y ya está. El resto del tiempo es una maravillosa doble de acción dando piruetas y lanzando espadas, dejándonos muy, MUY con las ganas de ver a una Cate Blanchett desatada, irónica y oscura. De nuevo, el villano es totalmente plano, una personalidad megalómana que solo quiere destruirlo todo y que tiene su ejército de minions que cada vez se parecen más a las masillas de 'Power Rangers'. Podría haber sido la gran villana del universo Marvel. No llega ni a clasificarse en el top 5. Y siendo Cate Blanchett duele. Duele mucho.
Pero volvamos a lo positivo. La película también cuenta con Jeff Goldblum, el cual sí está muy bien aprovechado como el gran maestro. Aparece poco, pero cuando aparece es una maravilla. Más que nada porque es Jeff Goldblum siendo Jeff Goldblum, pero con un maquillaje y vestuario mamarrachos. Nadie, precisamente, hace de mamarracho con más clase que él. También es una gratísima sorpresa Valkyria. Tessa Thompson no me llamaba mucho la atención de primeras, pero su personaje fuerte, socarrón, tan echada para adelante pero con esas grietas de inseguridad bañadas en alcohol, son el complemento perfecto para Thor. Ojalá la veamos más.
Esto ya lo he visto
Decía al principio que 'Thor: Ragnarok' no puede esconder de ninguna manera que ha mirado fijamente a Star Lord y compañía para buscar el éxito. Y aunque sale relativamente airosa, sigue sumiendo a Marvel en su principal problema: la homogeneidad. Tenemos el cameo de Stan Lee de turno, el actor invitado, la aparición sorpresa de algún Vengador, el hilar su Universo con la aparición de Dr. Strange (totalmente anecdótica), la escena gratuita con un poco de carne muy bien puesta, las dos escenas post-créditos de rigor (una después de los principales, la importante, y otra al final del todo, el chascarrillo). Y tenemos de nuevo una película que dura más de dos horas, que intenta contar mucho y que al final nada termina de cuajar para quedarse grabado en la cabeza. De hecho, lo más sorprendente es que la parte de los gladiadores sea prácticamente lo que hemos visto en los tráilers y nada más. La pelea de Thor y Hulk es el momento álgido de la película, pero se hace corta, y no volvemos a la arena en ningún otro momento. Ahí precisamente tenían el sello distintivo de Thor, le podrían haber convertido en un Maximo Décimo Meridio, pero solo utilizan la arena para causar el encuentro entre Thor y Hulk. Tampoco está bien aprovechada la pérdida de Mjolnir. Como se ve en la película, esto supone ciertos cambios en Thor que podrían dar pie a novedades que bien merecerían más tiempo de metraje, pero no lo tienen (supongo que llegaremos a verlas en 'Infinity War'). El resto del tiempo nos encontramos con peleas y persecuciones que ya nos suenan demasiado, y poca originalidad de por medio. Lo que hace que, por mucho que lo intente el humor, no hace que las dos horas se pasen volando. No llega a aburrir como lo hacían las primeras, pero tampoco encuentra la clave del éxito del asgardiano. No hay épica porque no hay sorpresa.
Y es una pena, porque ahora que han conseguido reinventar al protagonista y hacerle una personalidad realmente atractiva, de rodearle de actores y actrices con talento y potencial, y de buscarle nuevos caminos, al final acaban yendo por la vía segura y la repetición. Y para mí es un signo de alarma importante para Marvel, ahora que con 'Infinity War' en el horizonte cercano parece que vamos a seguir mirando a las estrellas. Si ya desde antes de dar el salto completo al espacio con los Vengadores vamos a tener sensación de deja vu con las naves, con los escenarios o con los alienígenas, lo tienen difícil para que su Universo Cinematográfico no siga pareciendo la misma película una y otra vez. Thor puede haber encontrado su sentido como personaje, porque sí, es la mejor película de las tres que tiene, pero tiene que seguir buscando una aventura que esté a la altura de sus poderes, si es que la hay.
Nota: 7
Lo mejor: La vis cómica es lo mejor que le ha podido pasar a Thor. La grata sorpresa de Valkyria y Jeff Goldblum siendo el maravilloso Jeff Goldblum.
Lo peor: Se ha convertido en un derivado de 'Guardianes de la Galaxia', pero sin efecto sorpresa. El desaprovechamiento de Cate Blanchett.