Cuando vas al cine a ver una comedia de José Luis Cuerda ya sabes qué es lo que te vas a encontrar. Crítica y humor envueltos en una esfera de particularidad y peculiaridad poco vistas en el cine, que suele tener dos reacciones opuestas: aquellos que lo aman y aquellos que lo odian.
En el caso de 'Tiempo Después', el director y guionista sigue esta estela marcada en películas anteriores como 'Amanece, que no es poco' que, de hecho, es mencionada a modo de chascarrillo en el film. Esta vez nos situamos en el futuro, en 9177, mil años arriba, mil años abajo. La sociedad ha quedado reducida a un solo edificio donde se concentra todo el poder y todos los oficios, mientras que en un descampado cercano viven los parados. Todo se complica cuando José María (Roberto Álamo), uno de ellos, decide adentrarse en el edificio para vender su limonada.
A partir de aquí se sucederán una serie de rarezas, como bien anuncia el narrador, cargadas de crítica y humor que no pararán hasta el final del film que, como no, será sorprendente. Un trabajo, un asesinato, una guerra, y una forma peculiar de mostrar el amor será lo que marque esta historia llevada por personajes cada uno de ellos muy bien definidos y con un objetivo muy claro.
Sin embargo, es una película claramente dirigida a aquellas personas amantes de este tipo de cine, pues puede ser incluso en ocasiones algo complicada de comprender, e incluso irreverente para cierto sector del público. Su particularidad llega a ser tal que, si es la primera vez que te enfrentas a un largometraje de estas características, puede resultar algo desconcertante y complicado.
La crítica está clara y todo al final se trata de una metáfora. El mundo de los parados que no pueden dejar de serlo porque entonces "se desnaturalizan" y el mundo de los trabajadores y el poder que residen solo en un único edificio y al que nadie puede acceder ni nadie puede cambiar de profesión. Solo se permite la salida a los jóvenes para que luchen contra lo que consideran injusto, aunque en el largometraje cada asunto a combatir parece no ser del todo objeto de lucha para ellos.
Por otra parte, se muestra el fuerte poder que tiene la sociedad siguiendo el lema de "más vale caer en gracia que ser gracioso", que se ve reflejado en la lucha entre el barbero simpático y poeta, interpretado por Berto Romero, al que todos acuden, y el barbero más serio, papel de Arturo Valls, al que nadie acude y que, aunque elimine a su competencia, nadie sigue sin acudir.
Otro papel fundamental es el de la jefa de gabinete, rol de Blanca Suárez, que muestra a una mujer fría y calculadora, pero con carácter, con la que se pretende introducir el tema del amor, en el que jugarán un papel fundamental los personajes de César Sarachu y Roberto Álamo, que pretenderán enamorar a la joven para entrar al edificio, pero desconociendo exactamente en qué consiste este sentimiento y cómo alcanzarlo.
Todo ello siempre tildado con un fuerte humor muy característico del director que, en ocasiones, puede resultar realmente gracioso, en otras incomprensible y en otras desconcertante, pero, en cualquier caso, humor es; si bien, humor absurdo, de aquel con el que a veces no sabes ni por qué te estás riendo, pero lo estás haciendo.
'Tiempo Después' es sin duda una película que podría considerarse aparentemente sencilla, pero que en realidad esconde un guion muy bien elaborado, pensado y con un objetivo muy claro de qué querer comunicar a través de sus personajes. A pesar de ello, no deja de ser una comedia basada en el absurdo, hecho que puede hacer que no siempre sea fácil de comprender, que su humor no sea tan gracioso y que no resulte del agrado de todo tipo de públicos.
Se hizo gracias a la reunión de varios cómicos
Ninguna productora quería aceptar el guion de 'Tiempo Después'. José Luis Cuerda se iba a quedar sin ver en la gran pantalla su sátira futurista que tan solo había visto la luz en modo de novela. Sin embargo, fueron sus conversaciones con diversos cómicos acerca de cómo quería llevar este guion al cine lo que hizo que todos ellos se unieran para poder hacerlo posible.
Y así se forma "La Turba", un grupo formado por Edu Galán, Berto Romero, Andreu Buenafuente y Arturo Valls, que, con la ayuda del productor Félix Tusell, cuyo padre produjo la primera película del director, 'Pares y Nones', y Atresmedia, se pusieron manos a la obra para producir 'Tiempo Después' y que el deseo de José Luis Cuerda se hiciera realidad.
Nota: 6
Lo mejor: Su originalidad.
Lo peor: No siempre es fácil de comprender lo que está sucediendo en pantalla.
Las mejores películas de José Luis Cuerda, de peor a mejor
'Los girasoles ciegos' (2008)
Ganadora del Goya al mejor guion adaptado, basada en los relatos que conforman 'Los girasoles ciegos' de Alberto Méndez, Cuerda trae a la vida una historia de la posguerra de la Guerra Civil española, situada en la Galicia de los años 40, narra cómo Elena aparenta ser una sufrida viuda con dos hijos a cargo. Sin embargo, la realidad se oculta tras las puertas de su casa, al ocultar a su marido, que vive de incógnito en un anexo por sus ideas republicanas. Con una hija adolescente embarazada y a punto de huir con su novio, buscado por la policía franquista, a sus vidas llegará Salvador, un joven diácono con una crisis religiosa y que se obsesionará con Elena.
Elegida por la Academia Española para representar al país en la 82ª edición de los Premios Oscar, el filme es un duro relato de la persecución política que hubo durante la posguerra española. No obstante, su resultado final no resulta tan satisfactorio como el de 'La lengua de las mariposas', especialmente por convertirse, finalmente, en un panfleto maniqueo sobre la posguerra.
'La educación de las hadas' (2006)
Basada en la novela de Didier van Cauwelaert, 'L'éducation d'une fée', narra la historia de amor de Nicolás e Ingrid. Él la conoce durante un viaje de Alicante a Barcelona y para el hombre, ella es la mujer de su vida como Raúl, el hijo de Ingrid, al que quiere como si fuese suyo. La historia de amor parece perfecta, él era un inventor de juguetes cuya alma buscaba el amor, ella es ornitóloga y acaba de enviudar tras haber muerto su marido en Irak. Todo es genial, sin embargo, Ingrid decide, de repente, acabar con todo.
Una historia de amor compleja que, si bien es una película notable y con unos actores espléndidos, Ricardo Darín infalible e Irène Jacob espléndida, no logra ser tan redonda como su trilogía de humor surrealista.
'Así en el cielo como en la tierra' (1995)
Con esta película, José Luis Cuerda cerraba su trilogía con el "humor absurdo" como tema principal. En esta cinta, el cineasta dirige y escribe un tipo de sátira con la Tierra de escenario y con el Dios, Jesucristo la Virgen María y San Pedro convertidos en personajes de la posguerra castellana.
Una historia atrevida en la que se da una visión más cercana de estos personajes bíblicos y en los que se aprovecha para darles mayor humanidad y mostrar cómo ha evolucionado la sociedad en este tiempo, como también evidenciar que, ni siquiera un Apocalipsis, podría cambiar ciertas actitudes.
'La lengua de las mariposas' (1999)
Situada en 1936, justo el año en que estalló la Guerra Civil Española, Moncho es un niño que no quiere ir a la escuela porque teme que su maestro le pegue, algo habitual en la época. Sin embargo, conoce a don Gregorio, un hombre que ama su profesión que utiliza el método de observación para enseñar a sus alumnos. Con don Gregorio, Moncho aprende muchas cosas, piensa por sí mismo y valora lo que es la libertad. Sin embargo, en julio, los sublevados se hacen con el gobierno civil y provincial y don Gregorio, junto con otros republicanos, será recluido.
A diferencia de 'Los girasoles ciegos', 'La lengua de las mariposas' hablaba de la Guerra Civil con contención mostrando cómo grupos de falangistas, en este caso en Galicia, cuando la sublevación militar se hizo con el control de las ciudades de las provincia, asesinaron a militantes de partidos o sindicalistas de izquierda, mucho antes de que llegase el verdadero enfrentamiento civil. Sin duda, una de las películas más completas del director.
'El bosque animado' (1987)
Basada en la novela homónima de Wenceslao Fernández Flórez y con guion de Rafael Azcona, José Luis Cuerda daba el gran salto a primera línea con su segundo largometraje. 'El bosque animado' es el inicio de su trilogía humorística en clave surrealista y absurda. Una tragicomedia en el que se encuentran personajes completamente dispares y extraños en medio de los árboles de un bosque.
Un bandido, un pocero, una joven emigrante, un fantasma que no quiere estar solo, una niña que trabaja y un niño que detesta el laburo, todos ellos muestran la clara diferencia del mundo de los ricos, de los pobres, de la explotación, de la burguesía. Todo con un toque fantástico que hizo de la película un verdadero éxito de público y crítica que se tradujo en cinco premios Goya, entre ellos el de mejor película y el de mejor actor para un Alfredo Landa que está magistral.
'Amanece, que no es poco' (1989)
Comedia coral en la que Cuerda se encumbraba como uno de los grandes directores españoles. Segunda en su trilogía de "humor absurdo y surrealista", narra cómo un joven ingeniero español que trabaja en la Universidad de Oklahoma vuelve a su pueblo natal, en la Sierra de Albacete, para descansar tras tomarse un año sabático. Sin embargo, su regreso a España está lejos de ser un período de paz: su padre ha matado a su madre pero, para no sentirse tan mal, le ha regalado una moto con sidecar para viajar juntos, llegan a un pueblo que parece un desierto pero no, es que todos sus habitantes van a misa día sí y día también. Al pueblo llegan unos estudiantes de una universidad de Estados Unidos, meteorólogos belgas, exmiembros del Coro del Ejército Ruso e invasores de un pueblo cercano.
Una auténtica obra de culto con la que Cuerda se consagró, sin duda, la más extraña y arriesgada de sus películas, referente del séptimo arte español y uno de los mejores exponentes de la sátira en el cine.