La enfermedad del Alzheimer y sus consecuencias se ha visto varias veces en el cine, ejemplo de ello son la estupenda 'Arrugas' (2011) o la notable 'Siempre Alice' (2014). Miguel Molina continúa apareciendo en proyectos audiovisuales, en estos últimos años se le ha podido ver en 'Centro médico' (2018), 'Me llamo Gennet' (2018), 'Veneno' (2020) y este año estrenará 'El secreto de Ibosim' (2020). Ahora estrena el que puede ser su proyecto más personal, 'Un tiempo precioso' (2019), mostrada en la sección Punto de Encuentro en la 64ª edición de la Seminci de Valladolid.
Dirigida, escrita, producida y protagonizada por el propio Molina, 'Un tiempo precioso' es una película pequeña, de bajo presupuesto. Dichas características obligan a que los puntos fuertes del filme deban estar en los diálogos -cintas como 'Las amigas de Àgata' (2015) u 'Ojos negros' (2018) son ejemplos de estupendas películas con un presupuesto muy pequeño-, puesto que no es una película experimental. Sin embargo, aquí Molina, que firma el guion inspirándose en una historia de José Luis de Damas, no acierta, en parte porque no sabe si quiere hacer una cinta de corte costumbrista o una que nade entre realidad y ensoñaciones.
Por otro lado, al ser un proyecto de bajo presupuesto, cualquier defecto destaca más. En el caso de 'Un tiempo precioso', Molina busca que el público entre dentro de la locura que provoca el Alzheimer, haciendo un uso excesivo de la cámara en mano. Esto podría tener sentido en las secuencias en las que el actor muestra los recuerdos de su personaje, sus tormentos y sus obsesiones, mas no en las escenas en las que la carga dramática debería ser la protagonista.
Una ópera prima que destaca en sus momentos oníricos
Aunque Molina, junto con su esposa Sandra Blakstad y el gran Saturnino García, ofrecen unas interpretaciones cuidadas, no puede decirse lo mismo de Carlos Pulido, quien tiene varios momentos dramáticos en los que se muestra una exagerada reacción. No queda claro si es por una mala dirección o por sus dotes interpretativas, puesto que sí tiene escenas en las que conecta con Molina, mostrando cómo un hijo es capaz de aceptar las imperfecciones de un padre que no supo estar a la altura. En esos momentos, Pulido brilla.
En 'Un tiempo precioso' hay mucho espíritu y cariño por lo que narra. Sin embargo, eso no consigue que la ópera prima de Molina sea una cinta que logre cumplir con sus propias ambiciones, que tampoco son muy grandes. Una auténtica desilusión, puesto que tiene varias secuencias, sobre todo las oníricas, en las que puede verse que, de haber tenido un guion más sólido, se hubiera estado ante una pequeña joya de autor.
Nota: 4
Lo mejor: Las escenas oníricas, también las íntimas de Molina con Blakstad (su esposa en la vida real) y las que tiene el actor con Pulido.
Lo peor: Su guion provoca que el bajo presupuesto sea demasiado notable, sus movimientos de cámara no ayudan tampoco.