Una de las impresiones más bestias que tuvimos durante la pandemia fue comprobar con estupor cómo esos lugares emblemáticos, tanto dentro como fuera de España y tan acostumbrados a verlos abarrotados de gente, se vaciaban debido al confinamiento y dejaban en los espectadores un poso desalentador y desasosegante. Algo parecido ocurre en 'Todos los nombres de Dios', el nuevo thriller de Daniel Calparsoro protagonizado por Luis Tosar e Inma Cuesta, actor y actriz fetiche del director donostiarra, donde podemos ver una Gran Vía, emblema madrileño, totalmente desierta, ocupada exclusivamente por un convoy policial que trata de desactivar la bomba que lleva adherida un hombre que no puede dejar de caminar.
Con estas impactantes imágenes se vende lo nuevo de Calparsoro, un habitual y experto en el terreno del thriller y la acción patria. Siempre cercano a temas sociales y políticos, el cineasta ha tocado la guerra de Irak en 'Invasor', el subgénero de los robos y atracos con 'Cien años de perdón' o 'Hasta el cielo' y el de los crímenes y las investigaciones policiacas con 'El aviso' y la adaptación de la famosa novela 'El silencio de la ciudad blanca'. Con un guion escrito por Gemma Ventura, que ya le escribió el libreto de 'Centauro', Calparsoro aborda en 'Todos los nombres de Dios' el terrorismo, la problemática de las religiones y el conflicto de Oriente vs Occidente.
La acción se sitúa en Madrid y sigue a Santi (Luis Tosar), un taxista que presencia un atentado terrorista en un aeropuerto y, tras rescatar a un joven que parecía ser una víctima más, es capturado como rehén tras desvelarse que se trataba de uno de los terroristas. A partir de ese momento, comenzará una frenética cuenta atrás donde familiares, servicios de inteligencia (capitaneados por la impasible Pilar de Inma Cuesta) y hasta medios de comunicación buscarán a Santi, que terminará representando la condición no solo de España, sino de Europa.
Y quién mejor para encarnar ese papel que el inmenso Luis Tosar. El actor gallego ha llegado a un punto inescrutable de su carrera donde podría denominársele el James Stewart o el Tom Hanks español, ese héroe del pueblo, obrero, ciudadano de a pie que encarna los valores sociales de toda una clase social y que, inevitablemente, termina engullido por una serie de acontecimientos de los que no tiene la culpa y, en muchas ocasiones, tampoco la solución. 'Todos los nombres de Dios' es una suerte de adaptación del relato hitchcockiano, donde Tosar encarna al Cary Grant español en una sucesión de desgracias donde él es inocente, como podría resumirse (salvando las distancias) 'Con la muerte en los talones' o 'El hombre que sabía demasiado'.
Los 99 nombres restantes de Dios
Sin embargo, Calparsoro decide no seguir la vía alocada y divertida de Alfred Hitchcock porque sus motivos son bastante más serios, morales y comprometidos con la sociedad. Te lleva de la mano continuamente por el filo de la ética, proponiendo preguntas sin asegurar respuestas y sorteando con un tacto humanista todos aquellos temas escabrosos que, inevitablemente, rodean al terrorismo yihadista. Y más teniendo los atentados de la Rambla de Barcelona en 2017 tan recientes en la memoria.
Es muy complicado trazar nuevas líneas de diálogo o de reflexión respecto a las religiones, tanto la confrontación entre el cristianismo y el islam, como las múltiples caras e interpretaciones de Dios, como los cambios históricos a los que se ha visto sometida esta figura debido al revisionismo constante. Y, sin embargo, Calparsoro logra dar con la tecla para ensalzar la unión del pueblo contra los actos terroristas sin llegar a demonizar al fanático árabe. La historia del personaje de Nourdin Batan, aunque ya vista y previsible, ahonda en la raíz de esos jóvenes engañados que deben buscar un cielo asegurado por Alá tras inmolarse en alguna capital de Occidente llevándose a cientos de miles de civiles por delante.
Por mucho que el proceso por el que Calparsoro intenta que sintamos empatía por la figura del joven terrorista sea apresurado y destartalado, lo cierto es que hace una gran labor con sus personajes, situando a la Pilar de Inma Cuesta en una reivindicable posición femenina entre una jauría de dirigentes políticos y militares masculinos, mientras que el padre de familia de Tosar es alguien dañado, frágil y con la convicción necesaria para hacer el bien incluso en los momentos más oscuros.
Salvando los temas más controvertidos, Calparsoro logra con 'Todos los nombres de Dios' un thriller trepidante e imparable, con una acción que siempre va en ascenso, sin desfallecer y sin detenerse. Poco más de media hora que se pasan en un suspiro y que estira la tensión al límite para regalarnos otro notable thriller español que se adentra en las oscuras aguas del terrorismo para tratar de arrojar algo de luz y poner en evidencia la futilidad de los sentimientos religiosos exacerbados. Al menos, aquellos que cuestan vidas
Lo mejor: Unos siempre geniales Tosar y Cuesta. El trepidante ritmo.
Lo peor: Alguna historia de personaje es apresurada y previsible.