¿A la tercera va la vencida? 'Transformers: El despertar de las bestias' marca el tercer intento de Paramount desde 2007 de crear una saga cinematográfica sobre estos famosos juguetes. Con Shia LaBeouf consiguieron una ambiciosa trilogía, mientras que con Mark Wahlberg tan solo llegaron a dos. Pero gracias a la alabada frescura del spin-off protagonizado por Hailee Steinfeld, el viernes 9 de junio llega a todos los cines la primera entrega de la saga principal sin Michael Bay como director. Esta sexta parte se presenta como una hermana pequeña (que no menor) con varias actualizaciones dignas de continuar en interesantes tramas muy bien apuntadas.
"Todos somos uno"
La excusa novedosa para este reinicio es la presentación de tres nuevas razas de Transformers increíblemente bien diseñadas como animales (ojo a ese pelaje). Aunque su historia no sea nada memorable, no expulsa de primeras como sí podían hacer la luna o el Rey Arturo de anteriores entregas. La premisa es la más aceptable de la saga, al utilizar los robots como un mero recurso para contar la historia de los humanos y transmitir el mensaje de la película: hacer equipo. Sin ser (ni querer ser) demasiado profundo, esta unidad entre todas las razas de máquinas y seres humanos aporta una perspectiva fresca y actual que el director sabe aprovechar muy bien.
El sello de Michael Bay en la saga eran las explosiones con el ejército y las banderas de Estados Unidos. 'Transformers' siempre ha representado América, pero América es mucho más que las anteriores cinco entregas. Con este guion más diverso de dramas reales, Steven Caple Jr. amplía muy interesantemente el patriotismo americano desde los barrios bajos de Brooklyn o el origen puertorriqueño de su protagonista hasta la cultura de Perú. El director de 'Creed II: La leyenda de Rocky' resulta ser una gran elección de relevo tanto por su base fan a los personajes como por su voz cultural en los personajes a través de sus canciones, localizaciones, lenguaje verbal y corporal que tanto cuadran con el mensaje de "todos somos uno".
Digno nuevo equipo
Esas nuevas razas de Transformers funcionan también muy potentemente con las ceremoniales voces de actores tan destacados como Michelle Yeoh, Peter Dinklage o Ron Perlman. Peor parados salen los clásicos autobots con un Bumblebee muy secundario pero siempre tierno y un Optimus Prime repitiendo el aburrido discurso paternalista sin ningún tipo de identidad ni emoción. Eso sí, el mejor personaje de la película está en este bando mecánico: el Mirage del desternillante Pete Davidson se convierte en un fresquísimo relevo del coche amarillo como compañero del protagonista, con una química y poderes electrizantes.
Los dos nuevos protagonistas humanos también se esfuerzan por derrochar carisma en cada plano tal y como ya habían hecho respectivamente en las excelentes 'En un barrio de Nueva York' y 'Judas y el Mesías negro'. Anthony Ramos supera la prueba de aguantar el interés y el desarrollo personal tras sus interesantísimos minutos de presentación. Pero cuando empiezan las explosiones, Dominique Fishback se convierte más en una importante pero plana figura reivindicativa que en un personaje con historia propia. Entre ambos no funciona la química, pero el guion ha evitado muy inteligentemente jugar al romance con ellos y convertir a la chica en "la novia de" o "la hija de". No solo no hace falta, sino que gracias a ello ambos demuestran ser buenos protagonistas de una futura saga.
Una clásica aventurita familiar
Los productores han escuchado al público: la nueva entrega de 'Transformers' se define entre el tono rebajado y más familiar de 'Bumblebee' con ambición progresiva de gran saga. De hecho se acerca más a Disney o incluso a Marvel, por sus buenas intenciones y esas inteligentes puertas abiertas que se van dejando sin apresurarse (intimidante Unicron como gran villano en la sombra). Más que una película de acción, 'Transformers: el despertar de las bestias' es una aventura familiar al estilo de 'La búsqueda (National Treasure)': viajes e investigación mientras descubres América. Ya hemos vivido estas dinámicas en muchas películas para todos los públicos, pero su esquema clásico funciona: entretiene y evade, que no es poco en estos tiempos. Tan solo deja de funcionar el ritmo en la lentísima parte de Perú, el único momento donde intenta llegar a emocionar sin éxito.
En esos 127 minutos de duración, el director luce sus tres actos con sus tres buenas escenas de acción también llenas de frescura y creatividad con sorprendentes habilidades nuevas de los robots que podrían haberse lucido más. A nivel de cantidad, es la entrega menos épica y más pequeña de la franquicia, pero también sabe ser apabullante a lo Michael Bay en (muy) contadas ocasiones. Al llevar toda la acción a la jungla y al clásico descampado anónimo de blockbusters, no se trata de una película de catástrofes y destrucción de ciudades. Aún así, sus reducidas escenas de acción presumen de mucha claridad, creatividad y hasta alguna chulísima sorpresa en la batalla final que aporta uno de las momentos más épicos de toda la saga.
Como película en sí misma y como reboot, 'Transformers: El despertar de las bestias' es un sí muy correcto, sin que nada destaque especialmente pero donde todo está bien. Es la menos placer culpable de todas y la más sólida por detrás de 'Bumblebee', sin tener casi nada muy épico pero tampoco nada bochornoso. Así logra un buen reinicio de saga con un soplo de aire fresco actual y un futuro prometedor que dará que hablar: ese último plano volará la cabeza a los fans. Y además, está tan bien metido con la fórmula Marvel de toda la película: inclusión, tranquilidad pero mucha ambición.
'Transformers: El despertar de las bestias' se estrena en cines el viernes 9 de junio.
