La saga 'Transformers' es una de las que más altibajos ha vivido. Aunque respondía bien en taquilla, a pesar de sus feroces críticas, el traspié que supuso 'El último caballero' hizo que la franquicia entrase en barbecho. El éxito de 'Bumblebee', gracias a un menor presupuesto y haber dado la sorpresa entre la crítica, devolvió las esperanzas, pero el mal desempeño de la taquilla de 'El despertar de las bestias' provocó que los autobots volvieran a morder el polvo.
Ha tenido que ser la animación la que venga a salvar la franquicia, que vuelve a mirar al pasado y lanza la precuela que explica el origen del antagonismo entre Optimus Prime y Megatron con 'Transformers One'. Se trataba de una apuesta de lo más arriesgada, dado que tocaba remontarse a 1986 para ver una película de animación de la franquicia, que adaptaba la exitosa ficción de los años 80.
A pesar de no triunfar comercialmente en su momento, la cinta de 1986 se ha convertido en una producción de culto. Es más, en muchos aspectos ha servido de referencia para esta producción, dado que 'Transformers One' cuenta el hándicap de ser una producción en la que no hay personajes humanos. Sin embargo, como bien dice el refrán: quien apuesta no gana.
No hay temor a decir que se está ante la mejor entrega de la franquicia desde que volviese a los cines en 2007. El salto a la animación le permite a la cinta explorar e ir más allá de lo que hubiera sido una combinación de CGI e imagen real. Es más, le desprende a los personajes de la rigidez propia que se le exige en una cinta como las predecesoras. También permite que Cybertron se luzca como el planeta originario de los bots.
La animación le sienta de maravilla a 'Transformers'
Dirigida por Josh Cooley, ganador del Oscar a la mejor cinta de animación por 'Toy Story 4', y con guion de Eric Pearson (conocido por haber firmado los libretos de varias cintas de Marvel como 'Thor: Ragnarok', 'Viuda Negra' o las futuras 'Thunderbolts*' los reboots de los Cuatro Fantásticos y Blade), junto con Andrew Barrer y Gabriel Ferrari. La cinta sabe crear esa sensación de fraternidad entre Optimus Primer y Megatron antes de su enemistad y rivalidad, cuando se llamaban Orion Pax y D-16.
Eso, precisamente, le da un trasfondo mayor a un personaje antagónico que se sale del cliché y que provoca un mayor atractivo. El filme logra redimir a Megatron, en el sentido de que logra que el público conecte con sus ambiciones, su sensación de falta de reconocimiento. Si bien, no justifica para nada sus acciones, logra darles un trasfondo complejo que hace del antagonista un personaje potente. De la misma forma, el cómo Optimus Prime se erige como el héroe.
La cinta acierta también en su camino de Orion Pax a Optimus Prime, lo cual tampoco era fácil. Los buenos de las películas tienen esa mirada benévola que provoca que, en muchas ocasiones, no se profundice en sus buenas intenciones. 'Transformers One' lo hace y crea ese equipo de autobots que ha conquistado a tantos fans. Es más, el ser de animación permite que haya secuencias en las que la comedia, el drama y la acción se combinan estupendamente.
Su animación es magnífica, demostrando que los Transformers han encontrado una nueva manera de alcanzar al público y que, quizás, era la mejor forma de demostrar que las historias de los personajes creados por Hasbro eran mucho más que un alarde de efectos visuales. La acción luce bella, épica, potente. Además, sabe ser una producción tanto familiar como para el resto de la audiencia, lo cual no es sencillo tampoco. Nadie hubiera imaginado que los autobots eran capaces de protagonizar una de las mejores películas de animación de este año. Y es que 'Transformers One' ha roto el tablero en un año que parecía que la carrera de premios iba a estar dominada por 'Del revés 2 (Inside Out 2)' y 'Robot salvaje'.
'Transformers One' se erige como la mejor película de la saga, que marca una senda que ojalá se tome. Una producción épica que atrapa tanto a fans como a profanos en la franquicia. Optimus Prime, Megatron, los autobots y los decepticons nunca había lucido tan bien. Una cinta brutal que vuelve a demostrar el poder de la animación como narración cinematográfica.