Resulta inevitable comparar el último trabajo de Stephen Daldry con la obra maestra de Danny Boyle, 'Slumdog millionaire', que ganó ocho Oscars, entre ellos el de mejor película, mejor guión y mejor director, sin embargo tienen muy pocas cosas en común.
'Trash: Ladrones de esperanza', también nos traslada a un país en desarrollo, como es Brasil, donde conocemos a tres niños, Raphael, Gardo y Rata, que trabajan rebuscando entre la basura de un enorme vertedero de Río de Janeiro. Un día, el primero encontrará una cartera que les llevará a lo largo de una aventura que cambiará el rumbo de su vida y el de su país.
Desde el inicio de la película, se ve cuál es el principal fallo de la cinta de Daldry, la grabación de los niños narrando la historia. Este recurso narrativo, utilizado también por Boyle, y malamente justificado al final, está completamente desaprovechado y consigue justo lo contrario de lo que pretende, en vez de hacer que te adentres en lo que cuenta la película, consigue sacarte de ella.
Y es que cuando por fin te has introducido en la historia, gracias a las impactantes imágenes aéreas del vertedero, llenas de color y vida, y sientes la tensión, con escenas realmente sobrecogedoras de la brutalidad policial existente en el país, aparece un plano de los niños enfrente de la cámara, que te descoloca y te saca del relato que realmente está intentando contar.
Por otro lado, el hecho de que los protagonistas no sean actores profesionales y esta sea su primera película, ayuda mucho a la representación de la inocencia de la infancia y la amistad sincera de la que intenta hablar 'Trash'. Rooney Mara y Martin Sheen sirven como mero reclamo para atraer a los espectadores a las salas, pues apenas tienen protagonismo en la cinta, otro punto a favor.
Música maestro
Si hay algo que no se le puede reprochar al director inglés, es la utilización que hace de la música en sus películas, no hace falta recordar, la escena de 'Billy Elliot (Quiero bailar)' en la que el hermano mayor debe huir de la policía a ritmo de 'London Calling' de The Clash, y en esta no iba a ser menos. Sin embargo, esta vez no ha utilizado clásicos punk de los años 70, sino canciones que nos recuerdan a los carnavales de Rio y que encajan perfectamente con la cinta.
En conclusión, la película esta hecha para emocionar y mostrarnos una realidad que muy pocos conocen, evidentemente la elección de Brasil para situar la adaptación del libro que no estaba localizado en ningún lugar, no es casual, pero, en ocasiones se queda a medio camino entre el drama serio y el telefilm documental. Además las comparaciones con otros trabajos del director como 'Billy Elliot' y la película de temática muy parecida, 'Slumdog Millionaire', no le ayudan nada.