Ganadora de tres Premios Goya al mejor vestuario por 'Blackthorn', 'Nadie quiere la noche' y 'La sombra de la ley', la figurinista Clara Bilbao da un giro radical y se atreve como realizadora. Su ópera prima es toda una declaración de intenciones. Presentada en el 27 Festival de Málaga, 'Tratamos demasiado bien a las mujeres' adapta la novela 'Siempre somos demasiado buenos con las mujeres', de Raymond Queneau, aunque llevándola a un terreno completamente distinto.
Si la novela del escritor francés narraba en tono ácido y grotesco el Alzamiento de Pascua, que fue el inicio de la independencia de Irlanda, pero que dicha insurrección terminó trágicamente, con la rendición incondicional de los rebeldes y su posterior ejecución. Bilbao lo lleva al final de la Guerra Civil Española, en un pequeño pueblo perdido cerca de la frontera con Francia y en el que un grupo de maquis secuestra una oficina postal.
La novela narraba cómo cada uno de los siete rebeldes irlandeses caían uno por uno por las garras de una joven, trabajadora de Correos, que estaba escondida en el servicio durante el asalto. Bilbao sabe cambiar estratégicamente a una hermosa doncella en una seductora mujer de mediana edad, quien también utiliza sus encantos para terminar llevar a cada uno de los maquis a la perdición.
Ahora bien, el planteamiento era interesante. Sin embargo, la cinta poco a poco va perdiendo fuelle, especialmente con el caso de la protagonista encarnada por Carmen Machi. El guion de Miguel Barros busca mantener ese punto de comedia negra que tenía el libro de Queneau. Pero trasladarlo a la Posguerra deja cierta sensación de que hubiera dado para más.
Un debut un tanto irregular
Al final, los maquis terminan siendo meras caricaturas y la femme fatale protagonista hubiera tenido un mayor aliciente si se le hubiera convertido en una amenaza translúcida, en la que su maldad se vaya descubriendo poco a poco. Tampoco ayuda su parte final, en la que se revela el origen del mal de la protagonista. De la misma forma, pierde el encanto de cómo una funcionaria de Correos puede convertirse en la perdición del otro sexo.
Cualquier matiz queda sepultado por una serie de situaciones humorísticas que termina acercando a la cinta a una producción protagonizada por José Mota o Santiago Segura. ¡Ojo! De haber sido una propuesta en ese sentido desde el inicio, igual el resultado hubiera sido distinto. Pero se está ante actores dramáticos cuyo punto de humor no termina de explotarse, como los casos de Antonio de la Torre o Isak Ferriz.
El debut de Clara Bilbao deja un resultado muy irregular, dejando la sensación de ser una versión Z de lo que fue 'Los odiosos ocho' en su momento, en el que Quentin Tarantino llevaba al wéstern los arquetipos que construyó Agatha Christie con la fascinante 'Diez negritos'. 'Tratamos demasiado bien a las mujeres' parece más bien una parodia de sí misma y de lo que busca representar, dejando una impresión más agria que dulce en su resultado final.